Juan, "sin miedo"

Desde úbeda. Esto era una vez: Un niño muy inteligente cuyo comportamiento no era todo lo bueno que se podía esperar; aunque poseía buenas prendas personales: era valiente, dadivoso, compasivo, imaginativo; pero, demasiadas veces, todo lo echaba a perder por su mala actuación.

    03 ene 2014 / 08:55 H.

    Por eso, durante tantos y tantos días traía estampas, juguetes o cosas innecesarias al cole —como tantas veces le repetía su maestro—; en lugar de preocuparse por ser el primero de la clase -pues talento tenía para ello-, y aprender lo que allí se le enseñaba. Hasta que un día, por fin, maduró. Entonces no hubo quien le ganase en cualquier materia escolar o extraescolar (practicaba el teatro con sumo gusto y maestría), pues sabía de todo, ya que leía y le interesaba toda materia que viniese reflejada (principalmente) en las nuevas tecnologías. Aunque tenía un defectillo: Le gustaban demasiado las historias sangrientas y monstruosas, ¡no lo podía remediar!; no sabía muy bien si debido a alguna influencia familiar cercana. Y antes que se diera cuenta, llegó a ser mayor, siendo la admiración de propios y extraños; pues al tener una preclara mente matemático-científica, se dedicó a la ingeniería robótica, traspasando su fama nuestras fronteras nacionales; por lo que fue requerido por China (por entonces, la primera potencia mundial), a donde fue —sin miedo— a mostrar sus inventos más perspicaces.
    fernando sánchez resa