Juan Luis Rascón: 'El político debe demostrar de obra su coherencia'
Irene Bueno/Jaén
Es diputado nacional por el PSOE de Córdoba, aunque jiennense de nacimiento y de corazón. Es el primer político que muestra con detalle todo lo que tiene y lo que percibe por el desempeño de su trabajo.
—¿Tiene ya su pronóstico para las próximas autonómicas?
—Queda todavía mucho partido que jugar y, aunque los vientos que corren están en contra de mi partido, confío en que los socialistas lo acabemos ganando. Para ello hay que convencer a la mayor parte de ese 20% de ciudadanos indecisos de que el mejor proyecto político para Andalucía es el nuestro.
—¿Cree que las encuestas están sujetas a la realidad o que a la gente, en estos momentos, le da pudor desvelar su intención de voto?
—Las encuestas bien hechas reflejan un estado de opinión ciudadana que, desde luego, merece la pena tener en cuenta. Ahora, sin olvidar nunca que la encuesta más fiable son las urnas.
—¿Está la clase política en el momento de peor imagen?
—Las encuestas que, repito, reflejan el estado de opinión ciudadana, dicen que sí al situar como tercer problema del país a sus políticos. Es terrible porque, en principio, somos los llamados a resolver estos problemas.
—¿Cómo se puede recuperar la confianza de los ciudadanos?
—La confianza humana la genera el trabajo bien hecho después de una concienzuda reflexión, la coherencia, la honestidad y la humildad intelectual, la transparencia, la proximidad a la gente y a sus problemas reales. Creo que en la política, y en otras esferas de la vida, esos valores son determinantes para hacer que las personas confíen en ti.
—¿Los políticos tendrían que ser los primeros en asumir aquello de “la mujer del César...”?
—No me cabe la menor duda. El liderazgo social que ha de ejercer un político se demuestra no de palabra y sí de obra, andando con esa mochila de valores éticos y enseñándolos por donde va.
—El desprestigio político aleja al votante de las urnas, ¿quién se beneficia de la baja participación?
—Es la pescadilla que se muerde la cola: el desprestigio de la política desencanta a la ciudadanía que entonces se aleja de las urnas; las urnas vacías desencantan a la democracia y ésta, a su vez, se desprestigia.
—¿Cree que es casual que haya saltado ahora a la luz el caso de los “ERES” falsos?
—En esa política miope de arrojarnos los demócratas la basura de la corrupción unos a otros no hay casualidades. Todos deberíamos tener muy claro que la corrupción es uno de los peores males de la democracia y que hay que luchar unidos contra él, lo provoque quien lo provoque.

Es diputado nacional por el PSOE de Córdoba, aunque jiennense de nacimiento y de corazón. Es el primer político que muestra con detalle todo lo que tiene y lo que percibe por el desempeño de su trabajo.
—¿Tiene ya su pronóstico para las próximas autonómicas?
—Queda todavía mucho partido que jugar y, aunque los vientos que corren están en contra de mi partido, confío en que los socialistas lo acabemos ganando. Para ello hay que convencer a la mayor parte de ese 20% de ciudadanos indecisos de que el mejor proyecto político para Andalucía es el nuestro.
—¿Cree que las encuestas están sujetas a la realidad o que a la gente, en estos momentos, le da pudor desvelar su intención de voto?
—Las encuestas bien hechas reflejan un estado de opinión ciudadana que, desde luego, merece la pena tener en cuenta. Ahora, sin olvidar nunca que la encuesta más fiable son las urnas.
—¿Está la clase política en el momento de peor imagen?
—Las encuestas que, repito, reflejan el estado de opinión ciudadana, dicen que sí al situar como tercer problema del país a sus políticos. Es terrible porque, en principio, somos los llamados a resolver estos problemas.
—¿Cómo se puede recuperar la confianza de los ciudadanos?
—La confianza humana la genera el trabajo bien hecho después de una concienzuda reflexión, la coherencia, la honestidad y la humildad intelectual, la transparencia, la proximidad a la gente y a sus problemas reales. Creo que en la política, y en otras esferas de la vida, esos valores son determinantes para hacer que las personas confíen en ti.
—¿Los políticos tendrían que ser los primeros en asumir aquello de “la mujer del César...”?
—No me cabe la menor duda. El liderazgo social que ha de ejercer un político se demuestra no de palabra y sí de obra, andando con esa mochila de valores éticos y enseñándolos por donde va.
—El desprestigio político aleja al votante de las urnas, ¿quién se beneficia de la baja participación?
—Es la pescadilla que se muerde la cola: el desprestigio de la política desencanta a la ciudadanía que entonces se aleja de las urnas; las urnas vacías desencantan a la democracia y ésta, a su vez, se desprestigia.
—¿Cree que es casual que haya saltado ahora a la luz el caso de los “ERES” falsos?
—En esa política miope de arrojarnos los demócratas la basura de la corrupción unos a otros no hay casualidades. Todos deberíamos tener muy claro que la corrupción es uno de los peores males de la democracia y que hay que luchar unidos contra él, lo provoque quien lo provoque.