JUAN DÍAZ SERRANO. "Mi mayor logro es el respeto de mis costaleros"

MARIAM LÓPEZ ruiz
El Viernes Santo sanjuanero recobra en los últimos años el esplendor merecido por la imaginería y la antigüedad de su cofradía, gracias a la labor encomiable de personas como Juan Díaz, que supo ser costalero y pasó a ser fabricano sin perder la humildad y la sencillez de una persona que lucha por su Calvario y por el de todos los suyos. A él no le importa decir que se necesita ayuda porque es así, porque corazones tan grandes como el suyo no pueden latir solos. Por ello, desde aquí, pido a los lectores que se acerquen y ayuden a esta cofradía jiennense.

    11 mar 2012 / 11:12 H.

    —¿Cuándo se incorpora como fabricano a la Antigua, Insigne, Venerable y Real Congregación del Santo Sepulcro de Cristo y Siervos de la Orden Tercera de Nuestra Señora de los Dolores?
    —Soy el fabricano del Calvario desde 2009. Llegué a la hermandad a través de mi cuñado porque hacían falta costaleros. Con el tiempo, mucho trabajo y retos por alcanzar, llegué a ser fabricano.
    —¿Cuál es su función?
    —Es amplia. Cuidar de las imágenes, del paso de penitencia, colaborar con la cofradía, buscar a los costaleros y costaleras que cargarán el paso y formarlos para que estén preparados. El día de la estación de penitencia tengo que coordinar el desfile procesional, dando las órdenes a los costaleros, capataz y costal-guías.
    —Cuando llegó a la cofradía por primera vez, ¿cómo se la encontró?
    —Regular. Podría decirte que parecía una dictadura. Se mantenían unas normas y formas que impedían el cambio. Una rigidez que ya no era acorde con la época en la que vivimos y que no se puede imponer a los cofrades y hermanos que queremos a nuestro lado. Aquí nadie se movía ni buscaba medios económicos tan imprescindibles para una cofradía. Se quería anular la música con la excusa del respeto del luto del Viernes Santo, cuando eran otras cuestiones. Considero que hubo un antes y un después tras llegar el cambio de hermano mayor, otras incorporaciones, y mi llegada, sin querer resultar presuntuoso.
    —¿Qué logros consiguió en este tiempo?
    —Lo más importante personalmente es ganarme el respeto de mis costaleros, y el de la junta de gobierno. Como fabricano, siento un orgullo y una enorme emoción de poder decir que, tras mucha lucha, conseguí que el conjunto escultórico del Calvario —que estaba relegado en un rincón de la iglesia desde hacía muchas décadas y expuesto a las manos de cualquiera, cuando se trata de una de las riquezas de nuestro patrimonio, ya que es una obra de Sebastián de Solís de 1579— se haya llevado al presbiterio, dando así un mayor esplendor y hermosura a la iglesia. También luché mucho en momentos en que la economía no nos acompañó. Por ejemplo, el pasado año —no me avergüenza decirlo—, no pudimos permitirnos ni la decoración floral del paso y tuve que moverme mucho, con otro compañero, para encontrar la ayuda de otras cofradías, como la del Amor y la Expiración, que nos regalaron los lirios.
    —¿Qué  espera conseguir en adelante?
    —Que vaya cada día a mejor. Esto pasa, primero, por tratar con cariño a los que ya tenemos dentro, a nuestros cofrades, a costaleros y a los hermanos. Por supuesto, espero que se acerque más gente a su iglesia, a su cofradía. Que nos conozca. Que sepa de nuestras necesidades, que son muchas, y que entre muchos se hacen más llevaderas. También necesitamos colaboradores, que aunque no quieran ser cofrades, estamos abiertos a cualquier persona que quiera colaborar con una de las hermandades más antiguas de Jaén, que guarda un patrimonio de imaginería de los más ricos de la capital y, quizás, poco reconocido.
    —¿Cuáles son estas necesidades?
    —Costaleros con fe, que desde el hermano mayor, junta de gobierno y hasta el último que la conforman trabajen día a día por y para ella, como lo hacen, trabajando con el corazón. Pero, sobre todo, conseguir más hermanos, porque el tema económico es muy importante en una cofradía, ya que la gente no sabe lo que se necesita para mantenerla y para que salga su estación de penitencia.
    —¿Cuánto puede costar sacar a la calle la estación de penitencia?
    —Mucho, la banda musical puede llegar a pedir hasta 4.000 euros, salga la procesión o no. La decoración del Calvario con flores de lirio puede salir por 900 euros cada paso —en esta cofradía procesionan tres pasos—. Además hay que sumar la cera, mantenimiento y renovación de túnicas, incienso, mantener bordados de sayas, mantones y coronas. Una vez que desmontas, te puedes encontrar que una vara o dos se han roto, o una candelería de la Virgen o un candelabro. Son gastos de mantenimiento muy caros. Por eso se necesita mucha ayuda para poder salir a la calle el Viernes Santo y poder mantener todo el año la cofradía.
    —Es una cofradía que, en la última década, ha vivido un reconocimiento y un acogimiento muy especiales por parte de los jiennenses. ¿A qué se debe?
    —A que es una cofradía muy antigua, que tiene una salida de su iglesia parroquial muy difícil, preciosa y conmovedora, pues se hace de rodillas. También porque se trata de imágenes con mucha historia y, al verlas en esa salida tan dificultosa, impone. Y porque el recorrido tiene puntos dignos de ver, como Arroyo de San Pedro, el paso por el Arco de San Lorenzo, que es un lugar recomendado, y más este año en el que, por primera vez, entran en este punto los costaleros con el paso del Calvario y lo sacan las costaleras.
    —¿A qué se debe el cambio de itinerario y bajar por calles tan empinadas y estrechas como Los Caños?
    —Hemos vuelto al itinerario antiguo. Lo están haciendo en los últimos años muchas cofradías. El año pasado, a causa de la lluvia, no se pudo realizar, pero, a pesar de ello, este tramo de recorrido estuvo lleno de gente esperando el paso procesional porque realmente es muy bonito y de un trabajo y riesgo de los costaleros digno de admirar. El paso del Calvario, al pasar por el Convento de Santa Clara, se tiene pensado que se gire y se encare en respeto y homenaje al convento.
    —Se habla cada año de la polémica en torno a las bandas de música en esta cofradía. ¿Es cuestión de economía o de recogimiento como se quiere hacer creer?
    —Este año salimos con la banda Nuestra Señora de los Dolores, de Jamilena. Además, vamos a tener a Raúl Rodríguez, compositor de la marcha “Último suspiro del Calvario” y que viene en persona este Viernes Santo a tocar con esta banda. Pero, años atrás, la economía ha mandado, y quien diga que no se ponían bandas de música por recogimiento mentía, porque en junta de gobierno se acordó no salir con música, ya que no lo permitía la economía de la cofradía. Y ya he hablado antes de los gastos de poner en la calle una estación de penitencia. Este año, con la mediación de la cofradía y la de los costaleros, lo podemos tener.