Jóvenes cristianos
Durante estos días son muchos los jóvenes que en nuestra Diócesis están recibiendo el Sacramento de la Confirmación, después de unos años de preparación tras su primera Comunión. Han tenido el valor suficiente de seguir adelante para confirmar que desean ser seguidores de Jesús. La Confirmación no es una meta, es un punto de partida que, desde la madurez cristiana, compromete el resto de la vida.
Seguir a Jesús, desde la libertad y la responsabilidad, es apostar por los valores evangélicos y hacerlos realidad en cada momento de la vida. No es fácil, por ello os felicito y os animo a luchar, a soñar y a seguir trabajando para hacer un mundo más humano, más habitable. Los padres y padrinos que apoyamos vuestra decisión, que nos alegramos con este nuevo Sacramento que recibís, tenemos que acompañaros con el ejemplo. Nuestro testimonio de palabra y vida tiene que ser el empujón que vais a necesitar en los momentos difíciles o de incertidumbre. Ser cristiano es vivir a la luz del Evangelio con alegría, transmitir esa alegría a los demás, ser felices haciendo felices a los demás. De poco vale “ir tirando”, es mejor ser protagonista de una vida vivida en plenitud, con la confianza puesta en Dios, con la seguridad de que nunca nos abandonará, con el coraje de hacer realidad los sueños, con la valentía de renunciar a todo aquello que produce dolor e insatisfacción. Numerosos jóvenes viven así y les tenemos que agradecer su tesón y constancia, porque son el futuro y la esperanza de un mundo mejor.
Auxiliar administrativo
Miguel Lechuga