JOSÉ ROJO MORENO: “Cada músico debe encontrar su propio camino y enfoque”

Juana Valdivia Ortiz
Comenzó por tradición familiar. Ha visto la guitarra en su casa desde pequeño, donde  hay mucha afición por el flamenco. Su padre tocaba cuando se juntaba con amigos y lo llevaba de la mano al estudio del guitarrista Tomás Reyes, en la Plaza de la Magdalena.

    08 nov 2009 / 11:43 H.

    —¿Cómo fue su etapa de aprendizaje?
    —Cuando tuve edad suficiente, comencé a dar clase con profesores. Entonces no existía la posibilidad de estudiar guitarra flamenca en el Conservatorio, se aprendía en academias o con profesores particulares. Empecé las clases con Tomás Reyes, guitarrista que tenía su estudio en la Plaza de la Magdalena. Llegado el momento, continué con Paco Aguilar en la Peña Flamenca de Jaén. Con él estuve bastante tiempo y aprendí mucho; en su momento, la Peña Flamenca contó con mi guitarra y aún sigue contando. Después quise profundizar un poco más y di clase con Antonio  Anguita.
    —¿Qué significó para su formación como músico el Festival de la Guitarra de Córdoba?
    —Mi inquietud de querer avanzar me llevó a Córdoba, donde quise aprender de la forma de  tocar de  Rafael Rodríguez el “Merengue de Córdoba”. Ha sido  maestro de grandes guitarristas, como Paco Serrano, Vicente Amigo o José Antonio Rodríguez, entre otros. Fue entonces cuando conocí el importante Festival de la Guitarra, donde se reúnen profesores de todos los lugares del mundo a dar clase. No sólo de guitarra flamenca, sino también de guitarra clásica o guitarra moderna. Durante seis años consecutivos de asistencia al festival, estuve aprendiendo con Enrique de Melchor, guitarrista excepcional que me sedujo en cuanto a estilo. Cada guitarrista tiene una pauta, aunque nuestro icono sea siempre Paco de Lucía porque es el guitarrista más grande que ha dado la guitarra flamenca, al igual que Manolo Sanlúcar. El estilo de Enrique de Melchor me sedujo bastante. Conecté muy bien con él y se creó una buena sintonía entre los dos, él como profesor y yo como alumno, de tal modo que llegamos a ser amigos.
    —¿Cuándo da el salto a la formación reglada de guitarra flamenca?
    —Estas diferentes etapas las he compaginado con el Bachiller y la Licenciatura de Derecho en la Universidad de Jaén. Mientras terminaba la carrera, tuve la oportunidad de entrar en el Conservatorio de Jaén como alumno a estudiar Guitarra Clásica y esta fue una nueva perspectiva que surgió en mí, la Guitarra Flamenca desde el punto de vista de la formación reglada. Fue muy positivo. Al poco tiempo, se introdujo en los conservatorios españoles la carrera musical de Guitarra Flamenca. Hice la prueba de acceso al grado superior del Conservatorio de Córdoba y terminé mis estudios con la primera promoción  de la Licenciatura de Guitarra Flamenca. Ahora me encuentro en una etapa donde desempeño una labor docente en el Conservatorio de Jaén que, desde hace tres años, lleva impartiendo en sus aulas dicha carrera musical.
    —¿Que cantaores a los que haya acompañado a lo largo de toda su trayectoria artística destacaría?
    —Siempre se va de menos a más. Los comienzos son difíciles y, poco a poco, vas escalando peldaños en tu carrera artística. Cuando era pequeño empecé, acompañando a cantaores. Bien es verdad que mi padre es aficionado al cante flamenco y yo tenía en mi casa para practicar un cantaor de la mano y eso te ayuda. Seguí acompañando a cantaores profesionales de más prestigio, aunque lo cortés no quita lo valiente; aún hoy sigo acompañando a cantaores aficionados porque hay que estar para todo. A veces de un aficionado se aprende más que de un profesional. Hay cantaores con los que he aprendido mucho, como José Mari Valderrama, hijo de Juanito Valderrama, una enciclopedia abierta del flamenco. También he aprendido mucho con Rosario López, la cantaora de Jaén por excelencia, ya retirada. “El Niño Jorge”,  Carlos Cruz y  Manolo Canalejas son cantaores a  los que acompaño y con los que tengo mucha sintonía. Me gustaría destacar a Manolo Valderrama, hermano de Juanito Valderrama. Fue  el primer cantaor que acompañé, con tan sólo diez años. He tenido la suerte de acompañar a casi todos los cantaores de la provincia. Con respecto a los cantaores de fuera de Jaén, me ha hecho ilusión acompañar dos veces a Juanito Valderrama. Para mí fue muy importante, porque ha sido uno de los iconos del flamenco y una de las figuras más destacadas. También veo a los cantaores jóvenes que están ahora en el candelero del cante flamenco, como José de la Tomasa, Gabriel Moreno, Rocío Segura y Pedro Obregón.
    —Hace unas semanas acompañó a la Banda Sinfónica de Jaén. ¿Cómo fue la experiencia?
    —Es importante crecer como músico y me apetece mucho hacer colaboraciones con compañeros del Conservatorio. La primera vez  fue con Juan Antonio García Mesas, que era director de la Banda Municipal de Jaén, en concreto de la obra “Palindromía flamenca”. En otra ocasión se realizó con el profesor de banda del Conservatorio de Jaén Paco Bernal en el Teatro Darymelia, con los alumnos de quinto y sexto de grado medio. El día 18 del pasado octubre, con Javier Yera, en el Nuevo Teatro Infanta Leonor. Es una obra muy potente y a la gente le gusta porque queda muy bien la sintonía entre guitarra y saxofón.
    —¿Qué tiene ahora en mente?
    —Todos los años, el Conservatorio de Jaén ofrece a aquellos profesores que quieren, la oportunidad de preparar un concierto en el ciclo “Aula Abierta”. Ya he participado en otros años y este quiero preparar un concierto, sólo mi guitarra y yo.
    —¿Algún proyecto del que esté especialmente orgulloso?
    —Este verano, un compañero profesor de contrabajo, Juan Jaime Ruiz Leite, y yo hemos presentado en el Festival de Música de Antequera un concierto de contrabajo y guitarra flamenca y fue una experiencia maravillosa. Y sobre todo, el dúo de guitarras “Bajo un mismo son”, con Laura González.
    —Sabicas, en 1963, en Nueva York, le dijo a Paco de Lucía que un auténtico flamenco debe componer sus temas, no copiar. ¿Como afronta la composición musical?
    —Llega un momento en que cada músico quiere hacer su propio camino, su propia forma de enfocar la música. Estoy consolidando un programa de repertorio de obras compuestas por mí que se adapte a mis intereses. Tenía algunas de hace tiempo y otras nuevas. Quizás el fin último sea plasmarlo en un disco. Ya hice uno como solista en el año 2000, pero ahora me surge la inquietud de hacer un nuevo trabajo del que ya he hecho pruebas. Es algo que quiero hacer sin precipitación. Me servirá para ver la evolución que he tenido con la guitarra. Voy madurando y lo que quiero es conseguir mi propio estilo y mi forma de componer, que es lo difícil, lo complicado y la lucha diaria.