JOSÉ MARTÍNEZ SÁNCHEZ: “En los libros encuentro mucha compañía”

Olivia Aranda
Es de Úbeda, pero lleva más de 30 años viviendo en Jaén. Pepe Martínez Sánchez es un hombre curioso y un ávido lector que viaja a través del papel.

    09 ago 2009 / 09:52 H.

    —¿Qué libro está leyendo actualmente?
    —Normalmente leo varios libros a la vez. Ahora he terminado “El Sari Rojo”, estoy leyendo también el original que me ha prestado mi amigo Pedro Herrasti —que es miembro del club de lectura— del que será su segundo libro y siempre leo algo relacionado con mi profesión.
    —¿Cree que influye el estado de ánimo en la lectura de un libro?
    —Por supuesto, porque cuando uno tiene muchas preocupaciones difícilmente se puede concentrar. Eso pasa con todo, también en los estudios. Además, a veces cuando uno tiene un problema piensa encontrar la solución en un libro.
    —¿Suele volver a leer algún libro?
    —Deberíamos releer, pero son tantos los libros que hay que nuestra vida es demasiado corta, entonces yo no suelo releer, aunque a veces algún pasaje que me gustó me complace rememorarlo. Sí que los subrayo y hago anotaciones en un libro de citas.
    —¿Se acuerda de alguna?
    —Sí, por ejemplo la que tengo puesta en mi blog: “Dile a tu jefe lo que piensas de él: la verdad te hará libre”.
    —¿Qué escribe en su blog?
    —Yo soy más escritor de artículos de opinión. En el blog puedes manifestar lo que opinas, no es como una novela, que me parecen palabras mayores. Siempre he escrito algo pero sin ninguna pretensión, escribía para guardarlo en un cajón o enseñárselo a la familia. Con el blog lo pones al alcance de todo el mundo.
    —¿Tiene algún relato escrito?
    —No, yo soy poco de ficción, me cuesta imaginar, me gustan los artículos de política. A los que ya tenemos cierta edad nos gusta rememorar cosas, y entonces recordamos cómo era la vida y cómo ha cambiado. Puedes imaginar algún relato, pero a veces te parece chusco y te cuesta escribirlo.
    —¿Desde cuándo le gusta escribir?
    —Desde pequeño, estaba en los Salesianos en Úbeda y me acuerdo que gané un premio de redacción, después vine a Jaén y no seguí escribiendo porque mis derroteros profesionales fueron por otros sitios. Lo que pasa es que siempre queda algo y siempre me ha gustado tener una forma de expresión académica, que esté todo bien escrito, sobre los cánones que manda la gramática.
    —¿Un libro que todos debamos leer?
    —Siempre nos han dicho que los clásicos, como puede ser “El Quijote”, por supuesto, y alguno de poesía, por ejemplo de Pedro Salinas, Cernuda o Lorca. Deberían ser obligatorios y seguro que nos gustarían.
    —Sin embargo, la poesía es más minoritaria.
    —Lo que pasa es que la poesía tienes que leerla tú solo, desgranarla y reflexionar mucho sobre ella. Y desde luego, no puedes asimilar el libro de forma continuada, tienes que decir: hoy leo un poema, mañana otro y al día siguiente tres versos.
    —¿Quién es su escritor favorito?
    —Me gustan mucho los articulistas como Manuel Vicent y Manuel Alcántara. También Juan Manuel de Prada, y de los extranjeros ahora he leído a Sándor Márai y también me ha gustado mucho.
    —-¿Qué encuentra en los libros?
    —Sobre todo mucha compañía, entretenimiento y el hecho de conocer otros mundos. Estamos inmersos en un mundo rutinario y de esta manera uno puede evadirse y recorrer mundos mejor incluso que lo hace un turista, de esta forma el escritor es capaz de hacerte entrar en algo en lo que tú no habrías reparado. No concibo el aburrimiento, hay muchísimas cosas que saber y que leer.
    —¿Por qué decidió hacer el taller de personas libro (se memorizan textos y se narran en público)?
    —Por influencias de amistades del club de lectura que lo habían hecho antes. Fue una experiencia interesante, se da uno cuenta de que su voz y su entonación son bastante malas, de que es muy difícil dirigirse al público.
    —Aparte de leer, ¿qué le gusta hacer en su tiempo libre?
    —Me gusta mucho caminar e ir a la sierra… Ahora con el calor no, pero durante el invierno suelo ir al campo todos los fines de semana. También soy aficionado a la electrónica y a la informática. Yo me dedicaba a la ingeniería, ahora estoy prejubilado desde hace cinco años.
    —¿Y cómo fue el cambio?
    —Fue malo, tú te encuentras bien, con aptitudes, con ánimo y ganas, sin embargo, no sabes cómo va a venir el futuro y, aunque te dicen que es voluntario, optas por ese camino, pero me hubiera gustado seguir.
    —¿Por qué decidió apuntarse al club de lectura?
    —Mi amigo Cristóbal, un compañero de trabajo, me animó. Aunque yo he sido socio de la biblioteca desde hace mucho tiempo, nunca me lo había planteado y aquí he conocido a una gente estupenda, aparte de compañeros somos amigos.
    —¿Qué actividades hacen en el club?
    —Sobre todo poner en común un libro, porque una obra puede tener tantas visiones como lectores. También hemos hecho conferencias y visitas guiadas, siempre teniendo como trasfondo la literatura.
    —¿Cuántos libros tiene?
    —Podría decir que demasiados, no me gustaría tener tantos, incluso tengo una cochera en Úbeda llena de libros y recortes de prensa. Voy haciendo una base de datos y ya va por los 16.000 ejemplares.
    —¿Cuántos libros puede leer en un mes?
    —No sé, a lo mejor 5 o 6. Soy un lector demasiado rápido, a veces tengo incluso que volver atrás en la lectura porque se me escapan cosas o por impaciencia o porque no me satisface mucho, pero no suelo dejar sin terminar de leer un libro aunque no me guste, soy así de masoquista.
    —¿Su libro favorito?
    —“Cien años de Soledad”, por ese realismo fantástico que sugiere muchísimas cosas, te transporta a mundos oníricos.
    —-¿Se comprará algún día un libro electrónico?
    —Me gustaría, porque puedes irte de viaje y llevar muchísimos libros ahí metidos. Tiene muchas ventajas.
    —Pero no es igual que el de papel.
    —Bueno, pero en cuanto a transporte y comodidad es mejor. Yo no soy bibliófilo, hay gente a la que le gusta el libro como objeto, yo no soy de esos. A mí me da igual que sea una edición mala o fea.
    —-¿Cree que el destino está escrito?
    —No, es fruto del azar. No sabemos lo que nos deparará, ni quiero saberlo.
    —-¿Usted leía libros a sus hijos?
    —No, de hecho ellos han visto muchos libros en casa pero son poco lectores. Y, sin embargo, mi padre apenas podía leer porque trabajaba en el campo y no tenía ni tiempo. Mi padre leía en sus pocos ratos libres, era de los pocos que sabían leer en aquellos tiempos y le contaba las novelas del oeste a la gente del pueblo. Yo recuerdo a los vecinos emocionándose cuando les contaba obras como “Historia de dos ciudades”.