José Manuel Calabrús: "Todos tratan de olvidar esa época”

—Presentará este viernes, en Madrid, Píos, cesarcarlistas, columelos y demás voluntarios contendientes. Relatos de opositores. ¿Qué encontrarán los lectores entre sus páginas?
—Es un libro que recoge historias noveladas de un mundo apasionante, el de los opositores, personas con ganas de comerse el mundo y que derrochan juventud, pero que, a veces, encuentran que sus expectativas no se cumplen en la realidad. Historias de gente corriente, que disfruta, y que también lo pasa mal, en unas circunstancias muy concretas.

—¿Y cómo surgió la idea de novelar estas historias?
—Yo fui opositor ejerciente, como me gusta decir, de Notaría durante un tiempo y, una vez curado de esta enfermedad voluntaria, no perdí cierta sensibilidad hacia este mundo. Creo que el opositor es un ser vulnerable e igual que una vez me atreví a dar una visión objetiva, con consejos, aquí, a modo de reverso, se me ocurrió escribir este libro de relatos. Es curioso que no existan más publicaciones con esta temática cuando España es un país en el que casi todo el mundo ha opositado, pero todos tratan olvidar este época, la que también tiene sus cosas buenas.

—¿A qué se refiere con que se atrevió a dar una visión objetiva, otro libro sobre oposiciones?
—Habitualmente colaboro con revistas del motor y blogs jurídicos. En su momento, publiqué un artículo con mi opinión sobre las directrices con las que el opositor estaría mejor examinado y tuvo bastante éxito, lo que me animó a redactar estas historias, que no son fruto de una noche de verano, han crecido a lo lago del tiempo. Y no solo escribo yo, como pretendo que tenga utilidad para los opositores y que se sientan identificados, he dado cabida a historias de otras personas, que creí interesantes de contar. Además, están ilustradas por unos dibujos magníficos de Arturo Molero.

—¿Quienes son estos colaboradores, además del dibujante?
—Una chica de Jaén, que trabaja en Madrid, que no quiere que se conozca su nombre, que aprobó unas oposiciones a un muy prestigioso cuerpo jurídico; también escribe José María Codes, letrado del Senado con raíces jiennenses, y una escritora joven canaria, Mireia Pérez Fumero.

—¿Y este título tan peculiar a qué hace referencia?
—Solo el que está en este mundo sabe a qué me refiero y darse por aludido. Pío XI y César Carlos son residencias de postgraduados y opositores en Madrid, y Columelos viene por el nombre de la calle donde está la academia de Notaría, muy cerca de Serrano. Todo el que haya preparado estas oposiciones, lo reconocerá. Y lo de voluntarios contendientes, es una referencia a esa especie de batalla contra uno mismo y los contrincantes, aunque en las oposiciones de largo recorrido, al final, más importante que aprobar es hacerlo con cordura tantos años después.

—Su puesta de largo es este viernes, en Madrid, en la Fundación Pablo VI, en la que estará muy bien acompañado. ¿Como será?
—La presentación también servirá como excusa para rendir homenaje a una persona muy importante en este mundo, como son los preparadores. Yo tuve la suerte, en mi etapa en Madrid, de contar con José Enrique Gomá Salcedo, una eminencia del notariado. Me acompañarán Pío Aguirre, un buen amigo de mi familia de toda la vida y, al ser un acto formal entre amigos, no se me ocurrió mejor persona que él para que, con su estilo tan particular, lo presentara. También estará Francisco Herrero Salamanca, que dirige la gestoría Herrero & Gutiérrez, un referente para los opositores en la resolución de dudas y problemas sobre la formalización de solicitudes y de los concursos. Es un sabio de este mundo, no creo que en España haya nadie que conozca mejor lo que sufren los opositores mientras aprueban y después.

24 jun 2015 / 10:36 H.