Jódar. Una campaña consigue reducir en un tercio la población de palomas

La sociedad local de cazadores lleva a cabo una campaña de control de las palomas en el casco galduriense con el fin de reducir el impacto negativo ocasionado por estas aves. La población resulta elevada y causa perjuicios, por ejemplo, en los monumentos.

    18 jul 2011 / 09:43 H.

    Las palomas semidomésticas constituyen un problema en el interior del casco urbano de las ciudades y los pueblos de Jaén. En el caso de Jódar son numerosas las quejas vecinales relativas a su presencia, ya que nidifican y pernoctan libremente en el interior de áreas habitadas y generan atranques en canalones y sumideros, así como múltiples desperfectos en tejados y falsos techos de edificios públicos y domicilios particulares.
    Al final de la pasada primavera, los servicios técnicos del Ayuntamiento estimaron el número de palomas bravías en una cifra que oscilaba entre los mil y los mil trescientos ejemplares. Al regreso de sus comederos en el campo, la mayoría de estas aves se para a beber en la estación depuradora de aguas residuales y en otras dos balsas emplazadas en la periferia de la ciudad. Tal concentración en algunos puntos concretos es el motivo por el cual se consideran los mejores espacios para controlar regularmente la especie, muy nociva por sus nidos y defecaciones, en el interior de áreas habitadas.
    Por ese motivo se han puesto en marcha jornadas para planificar una estrategia que atenúe los daños, promovidas por la Sociedad de Caza y Pesca Galduriense. La iniciativa contaba con autorización de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Se abatieron cuatrocientas treintas palomas en las áreas elegidas, como confirman fuentes de este colectivo promotor. Ello supone la desaparición de más de un tercio de los especímenes calculados para todo el núcleo urbano. Con la acción se contribuyó a mantener el número de aves en niveles compatibles con la conservación de las edificaciones galdurienses.
    En 2011, la campaña se produjo con anterioridad a la apertura del periodo de caza de la paloma bravía, en un momento en el que las parejas aún criaban. Así, el efecto conseguido con las labores resultó todavía mayor. La idea recibió, en general, una buena acogida entre la ciudadanía del municipio de Jódar. En otras ciudades se utilizan diferentes procedimientos, como los ultrasonidos o las jaulas trampa.
    José Sánchez / Jódar