Jesús es inocente

Es el veredicto del jurado popular en el juicio por la muerte de la enfermera, haciendo justicia ante la injusticia de la Justicia contra un inocente. No hubo crimen, ni asesino frío y calculador, solo el sufrimiento de un hombre acusado de un crimen que nunca cometió, previamente condenado sin juicio. Estos errores no pueden permitirse y ahora, cuando se ha pronunciado la justicia soberana, es el momento de exigir responsabilidad, empezando por el Hospital, del que la enfermera obtuvo el Propozol, inaccesible para los ciudadanos, por ser de uso exclusivo en quirófanos. Si Antonia no se hubiera hecho con este anestésico, hoy podría seguir entre nosotros. Responsabilidad al IML de Jaén, por la chapuza de la forense que levantó el cadáver, al no tomar la temperatura corporal de la muerta, ni la de la habitación y por no obtener la muestra del humor vítreo, necesaria para determinar la hora del fallecimiento. Responsabilidad a los forenses que realizaron la autopsia, a su libre albedrío, como acostumbran hacer en Jaén, al margen de las obligatorias Directivas de la Unión Europea, impidiendo averiguar la causa de la muerte. ¿Qué decir de la Fiscalía y del Juzgado de Violencia de Género, por cuyas decisiones un inocente ha permanecido ocho meses en Prisión y lo han sometido a un juicio tan cruel? Los ciudadanos de un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores la libertad, la justicia y la igualdad, no podemos permitir tanta impunidad e irresponsabilidad de quienes han copado los poderes del Estado.

 

    29 may 2014 / 22:00 H.