Jamilenudos recogen firmas con el fin de exigir el traslado del párroco
Quiso 'disolver el grupo parroquial de la Hermandad de la Virgen de los Dolores' y los vecinos presentaron hasta 500 firmas contra el intento. Fue en febrero. Pero los 'problemas' con el actual párroco de Jamilena no acabaron ahí y, molestos con su gestión, los jamilenudos exigen, ahora, al Obispado el traslado de Antonio Montijano.
El Corpus fue la gota que ha colmado el vaso. O, mejor dicho, el sorteo del hermano mayor de la Cofradía del Santísimo Sacramento. Debía haberse celebrado el 3 de julio, después de la procesión de la Octava del Corpus. Pero, “por primera vez, en doscientos años” —se queja José Campos, uno de los dos jamilenudos que optaban al cargo—, el sorteo se suspendió y las banderas se quedaron en la casa del hermano mayor saliente. “Nunca había habido problemas y tampoco reglas dentro de la Cofradía”, dice otro vecino, exmiembro de la antigua asociación rociera de Jamilena. La prueba es que el hermano mayor saliente murió hace veinticinco años y ello no había sido óbice para que detentara el cargo, apoyado en su familia, como valedora. Pero, en esta ocasión, el párroco, Antonio Montijano, decidió que los postulantes al cargo debían ajustarse a unas normas y estableció, para sorpresa de cofrades y de vecinos, en general, que no podían concurrir “ni menores de edad, ni personas que tuvieran menos de un año de antigüedad en la hermandad”, como es el caso de Campos. El sorteo se pospuso hasta la semana siguiente (10 de julio). Pero la determinación de Montijano fue otra semilla envenenada más en el campo de malestar que cultiva en Jamilena “desde hace dos años”. “La Iglesia aquí está dividida”, sentencia Campos, que no tiene pelos en la lengua para denunciar la arbitrariedad con la que gestiona Montijano. “Desde que llegó aquí —en septiembre de 2007— se ha peleado con todo el mundo, con catequistas, con ministras de comunión, con grupos parroquiales…” El joven también denuncia “faltas de respeto a feligreses”, “tarifas excesivas de cultos, misas y confirmaciones, donativos obligados y disolución de grupos parroquiales sin motivo aparente”. Afirma que esto último ocurrió el pasado enero, cuando “intentó disolver el grupo de la Hermandad de la Virgen de los Dolores”. Pero no pudo.
Los vecinos reunieron, entonces, unas quinientas firmas de apoyo al grupo parroquial y todo quedó en otro capítulo más dentro de ese “descontento” que ha germinado en Jamilena contra la gestión de Antonio Montijano y que, la semana pasada, animó de nuevo a los vecinos a recoger rúbricas. Ya llevan “unas 400” y la diferencia, ahora, es que no solo denuncian su “desacuerdo” con la forma de actuar del párroco, sino que exigen “el traslado” de un sacerdote que, hace cuatro años, ya vivió una situación y una oposición similares en Villanueva de la Reina. “Llevamos dos años comunicándole esta situación al obispo y al arcipreste y este solo nos dice que recemos por Montijano”, dice indignado el jamilenudo. “Lo que queremos es poder disfrutar de nuestra parroquia como buenos cristianos”, afirma Campos en una carta remitida a este periódico, en la que le pedía a Ramón del Hoyo: “Que se encargue de que nuestra parroquia sea un lugar de encuentro entre hermanos y vuelva a recuperar la luz y la vitalidad que con este párroco ha ido perdiendo”. Desde el Obispado, confirmaron que conocen el malestar que Antonio Montijano despierta entre los jamilenudos. Nuria López Priego /Jaén