Jamilena llega a quintuplicar su población durante sus fiestas patronales

Nuria López Priego /Jamilena
Defienden los jamilenudos que las fiestas en honor de Jesús Nazareno son 'sagradas'. Por eso, en el cuarto de los siete años de vacas flacas que soñó José en el Antiguo Testamento, feriantes y orquestas han acordado un aplazamiento de pago con el Ayuntamiento para que los vecinos no entren a su casa hasta el domingo.

    14 sep 2011 / 11:00 H.


    Las fiestas en honor de Nuestro Padre Jesús Nazareno convierten, cada septiembre, a Jamilena en el epicentro de la comarca. “Los vecinos se vuelcan con la feria”, anunciaba, tan solo una hora después de que se inaugurara la feria de día y a pocas del encendido del alumbrado extraordinario, el propietario del Bar Juan y María, Juan Barranco. Mientras, los platos de patatas fritas, morcilla y lomo, y las Cruzcampo iban y venían por la barra, deslizándose como en el mejor anuncio de televisión entre grupos —todavía pocos— de amigos y de familiares que sonreían, con ganas, en la primera jornada de una feria que se espera durante todo el año. Pero ¿hay dinero para tantos días? Y la respuesta, no sin una carcajada previa, llegaba en forma de “¡Hombre, algo hay!”, aventuraba pícara una vecina, y su compañero, Juan José Cazalla, añadía: “¡Hay que sacarlo de debajo de las baldosas! ¡Si estamos ahorrando todo el año para esto!”. Se hacen encajes de bolillos, como los que ha bordado el Ayuntamiento —que espera gastar un 50% menos que en 2010 y que ha contado con la colaboración de feriantes y orquestas—, para hacer posible siete días de alegría, encuentro y convivencia que se viven en la calle, como apuntaba, ayer, una vecina: “Ya no entramos en la casa hasta el domingo”. Y es que las fiestas patronales son “sagradas” en un municipio de algo menos de 3.500 habitantes que, hoy, en su día grande espera quintuplicar la población.