"Jamás pegué a mi hija, me denunció solo por venganza"
María Teresa M. S. ni tan siquiera miró a su hija Estefanía cuando si situó a menos de un metro en la sala de vistas del Penal 3. En el banquillo de los acusados, esta vecina de Andújar se limitó a escuchar con lágrimas en los ojos cómo la adolescente —cumplió la mayoría de edad en marzo— relataba un supuesto episodio de malos tratos ocurrido en el domicilio familiar en la madrugada del 19 de marzo de 2011.

“Empezamos a pelear. No me acuerdo de los motivos. Ella me arrinconó, me empujó y me tiró al suelo. Me di un golpe muy fuerte contra un mueble”, relató la joven a la juez con la intención de ratificar su denuncia: “Vivir con ella era un calvario. Yo, simplemente, le estorbaba.No me quería en su casa”, remachó.
Mientras tanto, la progenitora miraba para otro lado. Antes, cuando tuvo que explicar su versión de lo ocurrido aquella madrugada, María Teresa negó que pusiera la mano encima a su hija. Relató cómo la adolescente, que entonces tenía 15 años, se retrasó: “La llamé muchas veces. Estaba muy preocupada con lo que podía pasarle.Incluso, avisé a la Policía”, explicó.La niña llegó a las dos de la mañana. Hubo una discusión. Palabras subidas de tono y voces, tal y como explicó ayer una vecina. Sin embargo, la madre negó haber golpeado a su hija: “Jamás le puse la mano encima”.
Dos semanas después, la adolescente denunció a la progenitora en la Comisaría. Llevaba un parte médico en el que acreditaba que tenía un gran hematoma en el hombro izquierdo: “Lo hizo por venganza, porque yo la había denunciado a ella unos días antes por maltratarme a mí. Fue una represalia”, matizó la acusada. Es más, especificó que las lesiones que tenía la víctima se las había producido durante una pelea con otras chicas en la puerta de una discoteca de Andújar. La denunciante ratificó la existencia de esa reyerta, si bien aclaró que no tuvo nada que ver con la herida que tenía en el hombro.
María Teresa M. S. describió a la adolescente como una joven “rebelde y problemática”. “No podía con ella. Tuve que pedir ayuda a los servicios sociales y a la Fiscalía porque era incontrolable”, añadió. La mujer, ya con un nudo en la garganta, describió a su señoría cómo se desvivió durante años por criarla: “No le faltó nunca de nada. ¿Qué hice mal? ¿Por qué me hace esto?”, se preguntó de forma retórica.
Al final del juicio, la Fiscalía mantuvo su petición de nueve meses de prisión para María Teresa M. S. por un delito de malos tratos en el ámbito familiar. También solicitó que indemnizase a su hija con 220 euros por las lesiones que, presuntamente, le causó.
La defensa de la acusada, ejercida por el letrado José Ranea, pidió la libre absolución de su cliente: “Está claro que todo fue una invención.Una denuncia que presentó, dos semanas después de los hechos, como represalia a la que su madre había interpuesto contra ella”, concluyó para solicitar la absolución. El juicio quedó visto para sentencia.