Jaén, Tokio y Nueva York comparten el mismo cielo

Enrique Alonso
Jaén, Tokio, Nueva York y otras muchas ciudades del mundo comparten el mismo cielo. En realidad, el firmamento es el mismo en cualquier lugar de la Tierra. No importa si se vive en Moscú o en Buenos Aires. Sin embargo, al mirarlo, sí que se ve de distinta manera en función de la ubicación geográfica de la ciudad.

    15 mar 2009 / 11:12 H.

    La capital de la provincia jiennense se halla a 37 grados, 47 minutos, 15 segundos de latitud. Los japoneses que viven en Tokio o los norteamericanos que residen en Nueva York cuentan con una latitud tan parecida que hace que no existan cambios significativos en el “manto de estrellas” que los cubre cada noche.
    Los astros a veces están y en ocasiones se esconden. Los jiennenses no observan el mismo cielo durante los 365 días del año. Hay constelaciones que aparecen en primavera y se van en verano. Otras que se muestran en invierno con todo su esplendor. Pero, no es porque las estrellas se escondan, sino porque la tierra se mueve. Hoy, 15 de marzo, el firmamento ofrece sus astros con  todo su esplendor. Hasta que no pase un año, no se volverá a ver un cielo idéntico. El de mañana será muy parecido, pero no igual. Además, cada 365 días, las estrellas aparecen en un lugar idéntico, pero no los planetas. Estos también se mueven y cambian de ubicación. Y, como la Tierra hace lo mismo, coincidir en el mismo lugar resulta más complicado.
    Ahora, en cada anochecer, se divisa Venus. Quizás, muchos jiennenses no lo conozcan por este nombre, pero sí por el Lucero de la Tarde. Dentro de unas semanas no se verá, pero aún se muestra con toda su grandiosidad. Desde Jaén se ve como un punto muy brillante en el cielo. Aparece en las primeras horas de la tarde. Cuando cae la noche, desaparece. Para verlo, sólo hace falta tomar como referencia los puntos cardinales. No obstante, es tan luminoso que no ofrece duda. Un jiennense que camine por la Plaza de las Batallas sólo tiene que levantar la vista y mirar hacia el Castillo de Santa Catalina. Verá un astro muy luminoso. Es Venus, que se asoma al mar de olivos de Jaén.
    Se podría hacer el mismo ejercicio para divisar estrellas e identificar las constelaciones que forman. Sin embargo, Josep Martí Rivas, profesor de Astrofísica de la Universidad de Jaén, advierte de que la contaminación lumínica es el principal problema que surge en las grandes ciudades para contemplar el espectáculo del firmamento. Recalca que, cada vez, existe más conciencia de que lo que ha de tener luz es la calle y no el cielo, ya que supone un gasto absurdo de energía. La mayoría de las constelaciones no se ven desde el centro de la capital, pero están en el “manto de estrellas” que cubre Jaén. No obstante, algunas sí que se podrían divisar. Un jiennense que se sitúe en la Plaza de las Batallas ha de saber que la Osa Mayor está encima del Bulevar. Muy cerca de Renfe. Allí también se levanta la Estrella Polar, que es la que guió a los navegantes cuando no existía la brújula para llegar al destino en sus largas travesías. Si sigue en la Plaza de las Batallas y se da la vuelta, tendrá enfrente la Catedral. Tal vez no lo vea porque hay mucha luz o, quizás sí, en función de la luminosidad de los astros y de las calles. Pero, encima de la joya de Andrés de Valdelvira habita Orión. Las civilizaciones más antiguas llamaron a este grupo de estrellas “El cazador”. Hay tres muy juntas que imitan a un cinturón. El resto parece una forma humana. Incluso, hay otras que ofrecen una forma de arco, aunque estas no se ven con el ojo humano. Si se le suma que los grupos de estrellas que tiene debajo se le llaman el perro mayor y el menor y que Tauro está enfrente, parece que es un cazador que luchará contra un toro.
    Para ver las constelaciones se ha de tener presente el mes del año y los puntos cardinales. Desde la Plaza de las Batallas, el Oeste está hacia la Carretera de Córdoba. El Este, en dirección al estadio de La Victoria. Cassiopeia, Aries, Piscis y Perseo están en dirección Oeste, con una cierta inclinación hacia el Norte. Mientras, Bootes y Leo, hacia el Este. Para divisar los astros sólo hace falta localizar los puntos cardinales y mirar el firmamento. La orientación dada desde La Plaza de las Batallas cambia si se está en un lugar diferente de la capital jiennense. El mapa de las dos próximas páginas es un aliado especial.
    Lo mejor es salir de los núcleos urbanos para que la luz no entorpezca el gran espectáculo. Cuanta menos haya, mucho mejor. La capital cuenta con decenas de parajes apropiados y la provincia, con las joyas de sus parques naturales. Contemplarlo no cuesta nada.