Jaén, Paraíso Interior
La Feria Internacional de Turismo, Fitur, se presenta cada año como el mejor escaparate en el que cada región muestra sus mayores atractivos. Pese a los temidos recortes, las administraciones públicas hacen esfuerzos para que Jaén esté presente, conscientes de la necesidad de fomentar el turismo como clave para el desarrollo económico de una comarca.
Y es que en una situación como la actual, en el que la industria emigra de nuestros polígonos, necesitamos más que nunca que los turistas inmigren a nuestros hoteles o casas rurales. La recuperación económica parte por aquellos sectores en los que seamos más competitivos. Los factores geográficos son los que más contribuyen a la competitividad de una comarca, y en Jaén, estos sectores son principalmente Agricultura y Turismo. En el primero, lo somos por las raíces de los olivos en nuestra tierra, pero sin influencia en el mercado global, en el que nos presentamos en un escenario de exceso de oferta, resultando precios ruinosos. Respecto al sector turístico, contamos con una diversidad de recursos que podemos ofrecer al visitante, desde monumentos, parques naturales, hasta cultura, clima, salud o gastronomía. A parte de videos promocionales y folletos, el sector necesita el enlace al levante por autovía, que nos recuerda la abandonada línea de Baeza Utiel, con una versión contemporánea en el tranvía de la capital, que deja boquiabiertos a propios y extraños. Sin embargo el turismo no solo lo hacen las infraestructuras y el paisaje, sino el paisanaje, y son sus gentes, las que influyen en la satisfacción del cliente. Sierras mágicas, olivos y pinos, nacimientos de ríos, leyendas, catedrales, o ciudades patrimonio de la humanidad sirven de poco si no tenemos un sector profesionalizado orientado al cliente. Administración Pública y asociaciones empresariales, conscientes de esta estrategia, han de trabajar de forma conjunta en busca de una mayor competitividad. Las empresas turísticas, lejos de considerarse competidoras entre sí, han de concienciarse de la necesidad de vender un producto en común, a modo de paquete ofertando estancia, gastronomía, guías, citas culturales, turismo activo, etcétera. Las herramientas, son, entre otras, la formación, la innovación, e incluso la pasión. Debemos poner toda la creatividad disponible para captar al cliente y luchar contra la estacionalidad que deprime actualmente el sector. Es preciso estar presentes en las redes de comercialización, ofertar rutas diferenciadoras como culturales o gastronómicas. No podemos olvidar que Andalucía es el jardín de Europa, y que Jaén es la Suiza andaluza, lo que nos ha de hacer sensibles con el respeto al medio ambiente. Para vender Jaén, es necesario que nosotros mismos nos creamos que formamos parte de ese Paraíso Interior.
Rafael Peralta es economista