22 sep 2014 / 10:12 H.
Es curioso lo mucho que tenemos y el poco aprecio que le damos. Dentro de nuestros límites geográficos hay un bosque ordenado de olivos, único en el mundo, circundado por fabulosos parques naturales. Está salpicado por 97 núcleos urbanos donde casi 700.000 personas van, vienen, respiran a diario. Por sus entrañas fluye el Guadalquivir, vena llena de vida. Este bosque salpicado de castillos, fortalezas y torres vigías produce millones de toneladas de O2 a la vez que elimina otras tantas de CO2. Si lo miramos desde el espacio todo parecen ventajas para las gentes de este territorio bello y singular. Pero claro, desde el espacio no se ven las emociones, ni las formas de actuar, ni siquiera cómo somos los jiennenses. Por más que lo pienso, escapa a mi intelecto, no entiendo el porqué de nuestro endémico retroceso social y económico. Puede que la raíz de esto venga dada por nuestro grado de baja autoestima. Pocos territorios hay con un potencial tan inmenso. Con recursos agrícolas, posibilidades turísticas enormes; con un arraigo cultural extraordinario, con una situación geográfica envidiable de tránsito en las grandes rutas. Entonces, ¿por qué? Puede ser que a la oligarquía económica le interese nuestra laxitud, ellos solo quieren dinero, pero los políticos, la Universidad, los intelectuales, el pueblo en general, ¿qué hacemos? ¿Qué Jaén queremos? O de una vez nos plantamos y perdemos cinco minutos para diseñar un proyecto común de salida en aras del futuro o estaremos perdidos. El bosque ordenado da para más que preciosos óleos de Zabaleta. Es un tesoro que nos rodea y al que parece que nos obstinamos en desdeñar cada día. De nada sirve dejar sudor y sangre produciendo millones de kilos de aceitunas si no ponemos en valor nuestro aceite. Ojalá el poema de Miguel Hernández, reconvertido en himno provincial, estuviese grabado en cada uno de nuestros corazones para darnos cuenta de que, con todo lo que tenemos, el futuro es nuestro y hay futuro si nos lo proponemos, como diría mi admirado Labordeta en una de sus canciones: “Que la Tierra es tuya y de nadie más”.