Jaén, infierno y paraíso

Cuando vives en Jaén, no es extraño sentir el peso del entorno, como un proceso de lenta asfixia lenta. En cuanto sales de aquí por unos meses, ¡cuánto lo echas de menos! La respiración se torna dificultosa, entrecortada, en las avenidas de Madrid, entre las piedras de Oviedo o por las oscuras callejas del viejo Palermo. Lejos de Jaén, añoras el regreso. Como el olivar ansía el agua de otoño, aún en forma de tormenta. No sabes si quieres volver a este Jaén/infierno que te consume y debilita, o al Jaén/paraíso que te inyecta en vena el elixir de la juventud.

    21 oct 2015 / 10:00 H.

     Vuelves a estas páginas queridas, generosas, y te viene a la mente una frase incombustible: “Jaén me quita el sueño”. No entiendes por qué al invicto caudillo le dio por ahí, pero sí comprendes la pérdida del sueño, el cabreo estratosférico de tus paisanos de Campillo del Río, ofendidos y humillados por las obscenas imágenes del flamante y faraónico puente gaditano. ¡Tanto puente “pa” tan poca gente!, me dice un amigo de Lupión. Y nosotros aquí, “dejaos” de la mano de Dios. Parece que Paco Reyes ha entendido la justicia de la queja. En su cabeza y corazón bedmareños caben la angustia de los pueblos venidos a menos, de poblados fantasmas, de aldeas sin remedio. Porque los pueblos de colonización se siguen vaciando. De ilusión y de gente. Como se vacían Huesa, Jódar, Quesada… por estas fechas, en busca de la vendimia o la manzana. Huyen del ahogo en sus bolsillos familias enteras. Otros escapan, por razones menos poéticas. ¿Se larga Luis Enrique Fernández de Moya perseguido por la surrealista imagen del tranvía fatal? Echemos la mirada al canto paradisíaco de Jaén, ahora que llega tierra adentro. Vemos cómo avanza por fin el puzle de la Autovía del Olivar. Cómo por la teatrera Cazorla  asoman Els Joglars, la Fura dels Baus, Roberto Álamo, Juan Mayorga, Los Ulen, Nathalie Poza, Ernesto Alterio, Alicia Hermida, Peris Mencheta, la oscura, reprimida memoria de Federico. Vemos cómo renace la Academia de la Guardia Civil baezana, sustento de tantos negocios en ese “nido de gavilanes”, cómo la anhelada presa de Siles se hace realidad. Lo del Jaén/paraíso también existe. Lo tienes frente a ti.
    Francisco Zaragoza