El día que cambió la comunicación

La telefonía móvil cumple hoy veinte años desde su puesta en marcha en la provincia
  Irene Bueno / Jaén
Parece que ha estado ahí toda la vida, pero la realidad es que, hace veinte años, casi nadie tenía un teléfono móvil. Hoy se cumplen dos décadas desde la puesta en funcionamiento en Jaén de un sistema que, en este periodo, ha revolucionado la comunicación.
El servicio de telefonía móvil en Jaén se puso en marcha el 30 de noviembre de 1988. La obras realizadas en la estación base de El Neveral permitían el avance. Sólo contaba con capacidad para trescientos dieciocho abonados, que se ampliarían, en 1993, a mil seiscientos.

    30 nov 2008 / 17:35 H.

    Muy lejos del dato actual, que pone de manifiesto que en la provincia hay más teléfonos móviles que población residente. Sin embargo, en aquellos momentos eran muy pocos los que podían permitirse este “artículo de lujo”.
    Dos eran los motivos principales: el primero, el elevado coste, comenzó por casi un millón de pesetas, aunque pronto (en dos o tres años) se rebajó hasta las cuatrocientas o quinientas mil de las de entonces. El segundo, no había, prácticamente, antenas instaladas en España que dieran cobertura al sistema, por lo que su funcionalidad era muy reducida.
    Las primeras zonas que se beneficiaron del comienzo de la telefonía móvil en la provincia fueron la capital y el valle del Guadalquivir ya que, por su orografía, permitía una mayor expansión de la red. Hoy en día, todavía quedan “sombras” —lugares sin cubrir— en algunos puntos, debido a que las montañas dificultan que los emisores tengan una eficiencia al cien por cien.
    Varios colectivos fueron los primeros en hacerse con los nuevos “artilugios”. Por un lado, los empresarios, que vieron en el aparato una oportunidad de negocio; por otro, profesionales liberales como médicos, abogados, periodistas, que pronto “arrinconaron” el buscapersonas y lo sustituyeron por un sistema más completo que les permitía no tener que emcontrar un teléfono fijo para comunicarse con su interlocutor, lo que facilitaba, en gran medida, su trabajo.
    Sin embargo, los precios de los aparatos y las limitaciones que todavía tenía el medio, a mitad de los años noventa hacían que el crecimiento de clientes, aunque rápido, fuera aún contenido. Había que dar muchos más pasos. La liberalización de las comunicaciones, las agresivas campañas de captación de clientes, la reducción de los costes de la fabricación de los terminales... Todo ello en su conjunto, hizo que, en los últimos tiempos , la “venta” de estos aparatos se haya disparado hasta sobrepasar, el pasado año, el número de terminales al de la población. El negocio de las empresas de telefonía móvil no está, hoy en día, en la venta de los aparatos, sino en la prestación de los servicios. Eso hace que un terminal que, a mediados de los noventa tenía una vida media de cinco, seis años o más años, ahora esté “caducado” a los dos o tres años, máximo.
    servicios. El espectacular desarrollo de la tecnología ha permitido que el teléfono móvil sea, en la actualidad, un pequeño ordenador portátil, con la peculiaridad de que, además, se pueden realizar llamadas. Muy lejos parece que quedan aquellos “ladrillos” que, a duras penas, cabían en el bolsillo. El peso de un móvil medio de los que están en el mercado oscila entre los cincuenta y lo setenta y cinco gramos y se pueden llevar en cualquier lugar.
    No parece posible el sistema de vida actual sin la presencia de estos aparatos, aunque todavía hay algunos, los menos, que se resisten a sumarse a la tendencia. Las familias comienzan a plantearse la adquisición de un móvil para los niños, desde que estos son pequeños. Se ha convertido en una garantía de seguridad, por su inmediatez y por su efectiva localización. Sin embargo, algunos usos, como la grabación de vídeos de dudosa moralidad, es una señal de que no siempre la tecnología se pone al servicio de los beneficios sociales.

    Los jóvenes piden “bluetooth”, fotos, memoria, música y diseño
    La telefonía concentra el mayor avance en las nuevas tecnologías
    La presencia del teléfono móvil es patente en cualquier colectivo de la población jiennense. Sin embargo, son los jóvenes y adolescentes el grupo de clientes más “atractivo” para las compañías. El segundo Observatorio de Tendencias elaborado por una firma comercial recoge que estos piden todos los “extras” posibles.
    La población de entre 15 y 35 años lo tiene claro a la hora de buscar un teléfono móvil. Los elementos “imprescindibles” para adquirir el aparato son, por este orden, el “bluetooth”, la cámara de fotos, la memoria, el MP3, el cable USB y el diseño. De hecho, el 87 por ciento de los usuarios de esta franja de edad tiene celulares que permiten el acceso a internet, según el estudio realizado por Nokia.
    También es muy alta la proporción de terminales que cuentan con otros servicios. Así, el 93% posee cámara de fotos —preferiblemente de la mayor resolución de imagen posible—; el 88% tiene “bluetooth”, y el 86% permite grabar vídeos. Sin embargo, el uso de estas aplicaciones varía según la edad.
    El documento revela que los más jóvenes utilizan el dispositivo MP3, para sacar fotos, intercambiar ficheros por infrarrojos y almacenar información, mientras que los más mayores del grupo los emplean para acceder a internet, consultar mapas y enviar mensajes multimedia (MMS). Curioso es su manejo para escuchar música. En sólo un semestre, el porcentaje de jóvenes que prefieren este dispositivo para reproducir sus melodías preferidas se ha incrementado en 6 puntos y se sitúa ya en el 49%, muy cerca de la proporción de este colectivo que opta por el MP3 (el 55%).
    Esto revela que entre las próximas innovaciones que se introducirán en los teléfonos móviles que salgan al mercado se encuentra la mejora de la calidad en la reproducción del sonido, así como la ampliación de la memoria para el almacenamiento de canciones y vídeos musicales. En cuanto al formato de terminal preferido, el estudio indica que el “más deseado” es el táctil, elegido como el más atractivo por el 37% de los encuestados, seguido de los de apertura deslizante (23%) y el tipo concha (19%).
    En contra de todas las tendencias en el mercado de la telefonía, Motorola es la única empresa que lanza un nuevo móvil que tan sólo realiza llamadas (el Motofone F3), que salió a la venta en el año 2007. No posee cámara, ni sensor infrarrojo, ni “bluetooth”, ni radio, ni reproductor de vídeo o MP3, ni navegación GPS. Si, ha encontrado un importante hueco de mercado en aquellos colectivos que se han incorporado significativamente más tarde a las nuevas tecnologías y que sólo quieren un teléfono móvil para realizar llamadas. La sencillez del sistema anima a este grupo de edad a hacerse con un terminal.