Condenado por hacer tocamientos a una menor frente a un colegio

Rafael Abolafia / Jaén
La condena se sostiene en la declaración de la víctima, una adolescente que, cuando ocurrieron los hechos, el 22 de marzo del año 2007, tenía 16 años. En el juicio, la chica reconoció, sin duda alguna, a Antonio José M. J. como el hombre que la abordó, junto a unos contenedores existentes en el Colegio Alfredo Cazabán, le puso una navaja en el costado y le realizó tocamientos por todo el cuerpo, al tiempo que profería “sonidos extraños”. No es la primera vez que la joven lo identificaba.

    13 dic 2008 / 17:47 H.

    Ya lo hizo días después de los hechos, cuando se encontró, por casualidad, con Antonio José M. J. por la calle. Fue entonces cuando consiguió ponerle cara a su agresor. Lo denunció a la Policía. Dos agentes le colocaron los grilletes al acusado y lo llevaron a la Comisaría. Fue allí donde la víctima lo reconoció de nuevo. La tercera vez fue en la sala de vistas de la Audiencia. La misma sala en la que el acusado negó, una y mil veces, haber cometido los hechos que se le imputaban. En este sentido, siempre se ha declarado inocente.
    Los magistrados de la Sección Segunda han basado la condena a Antonio José M. J. en ese reconocimiento tan rotundo que la víctima realizó de su agresor. De hecho, es la prueba de cargo fundamental contra el procesado. La defensa planteó en la vista que la rueda de identificación realizada en la Comisaría “no se hizo con las debidas garantías”. En este sentido, el detenido fue expuesto a la denunciante acompañado por dos policías de uniforme. El Tribunal admite que se produjeron algunas irregularidades, pero que no son trascendentes para el resultado final del procedimiento, porque la adolescente ya había identificado a Antonio José M. J. con anterioridad.
    Los magistrados también han tenido en cuenta las declaraciones de los forenses. Los psicólogos y los psiquiatras testificaron que el relato de la víctima es muy creíble. De hecho, un perito del Instituto de Medicina Legal aseguró que la joven obtuvo la máxima puntuación en las pruebas que se le realizaron para medir la verosimilitud del relato.
    Además de la condena de cuatro años de cárcel, el mínimo que establece el Código Penal para este tipo de delitos, la Sección Segunda de la Audiencia le impone también el pago de 6.000 euros de indemnización por los daños morales ocasionados. Hay que recordar que la Fiscalía solicitó un castigo de seis años de prisión y una compensación de 3.000 euros. Mientras, la abogada de la Asociación de Mujeres Víctimas de Violencia (Amuvi), que representa a la joven como acusación particular, reclamó una condena de siete años de cárcel y una indemnización de 10.000 euros.
    La defensa de Antonio José M. J. anuncia ya que presentará un recurso de apelación ante el Tribunal Supremo. Considera que la presunción de inocencia de su cliente no se ha quebrado.