¿Una mayoría absoluta es un cheque en blanco?

Ángel Padilla Romero/Desde Huesa. Al final, como decimos en Andalucía, la cabra tira al monte. Este nuevo Gobierno nos presentó durante la campaña electoral una cara que era cuando menos sorprendente porque, para empezar, tenían un programa electoral que no se atrevieron a desvelar e incluso por unos meses nos hicieron pensar que Mariano Rajoy aplicaría unas políticas distintas a las que el resto de gobiernos de derechas en Europa estaban aplicando. Para desgracia de todos no ha sido así, excepto para los afortunados que en este país están por encima de las clases medias que independientemente de las políticas que se apliquen no les quitarán el sueño.

    23 abr 2012 / 14:31 H.

    El otro día el Consejo de Ministros aprobó un Decreto Ley por el que se reforma el sistema de renovación de RTVE y se permite que el presidente de la corporación pueda ser elegido por mayoría absoluta al igual que el resto de cargos en caso de que no se alcance un consenso suficiente como para alcanzar la mayoría cualificada de dos tercios que exige la actual Ley de Radio y Televisión Pública. No olvidemos que la ley de RTVE fue aprobada en 2006 cuando todavía era presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero y con el consenso del PP. ¿Ahora que pretende el PP con este decreto ley? Muy claro, que la televisión y sobre todo los contenidos de los informativos se preparen desde el Palacio de la Moncloa e intentar hacer ver a la opinión pública que la realidad no es otra que la que nos quieren hacer ver. Está claro que siguen anclados en el pasado y no sería de extrañar que en pleno siglo XXI se volviese a ver la televisión en blanco y negro. ¿Acaso esta decisión ayudará a salir antes de la crisis? Y ahora nos dice Rajoy que el recorte de 10.000 millones de euros en Educación y Sanidad es un pequeño esfuerzo, pero no dice para quién o quiénes de los millones de españoles y españolas no supone un esfuerzo sino un sacrificio que nos llevará hasta el abismo. Este es el líder conservador que presentaba el PP para la Presidencia del Gobierno, que dijo que no iba a subir los impuestos, que no iba a abaratar el despido y que no iba a meter la tijera a los servicios públicos. Qué insensatos al pensar que igual dejaría a un lado las doctrinas de los que hasta antes de la campaña electoral le movían los hilos y ponían en su boca las palabras “sensatez, coherencia, igualdad y justicia”. Alguien debería de darse cuenta y decirlo bien alto que la actual política que se está llevando a cabo en Europa no está resultando excepto para Alemania que es la que está marcando los tiempos. Es un suicidio colectivo pensar que las políticas que se aplican en Alemania puedan funcionar en Grecia, Italia o Portugal, e incluso en España, porque existe una realidad bien distinta en cada país y la prueba está en los países que han sido intervenidos y a este ritmo por desgracia aumentarán. Ángela Merkel no reconoce que una Europa alemana será siempre un descalabro para la propia Europa y por supuesto para Alemania y, sin embargo, con unas políticas en las que se piense que Europa está más allá del individualismo de uno o dos países y que la austeridad en época de crisis es necesaria, pero que las medidas en cada país han de llevar un ritmo distinto del mismo modo que ninguno es igual y no por eso dejamos de ser más o menos europeos, que lo de café para todos no vale y que realmente una Europa a la velocidad que cada país necesite será una Europa fuerte y solvente para que todos salgamos de la crisis más reforzados. Me pregunto dónde se ha quedado la Europa nacida para propiciar y acoger la integración y gobernanza en común de los pueblos y sus estados, cada cual con su peculiaridad. Mi sensación es que se quiere marcar una línea entre ricos y pobres de la sociedad española y que a las grandes fortunas de este país le ha incomodado que la clase media ha pasado durante algunos años a ocupar un espacio demasiado cerca de ellos, y ahora muchas de las pequeñas y medianas empresas que han podido hacerles algo de sombra a sus grandes fortunas, las están comprando y los dirigentes de estas empresas han tenido que sucumbir y mal vender por pura necesidad y volver a ser trabajadores a capricho del señor.