Irak ya 'puede' gobernarse y mantener la seguridad

El Ejército estadounidense arrió ayer la bandera del país en un acto con el que oficialmente da por zanjada su intervención militar en Irak después de nueve años desde la invasión que derrocó a sadam Husein.
No obstante, los últimos 4.000 soldados estadounidenses que quedan en Irak se retirarán el 31 de diciembre, y las autoridades y las fuerzas iraquíes tendrán entonces que hacer frente en solitario a la insurgencia,

    16 dic 2011 / 11:41 H.

    las tensiones entre distintas comunidades religiosas y la incertidumbre política. “Después de que se haya derramado una gran cantidad de sangre iraquí y americana, se ha cumplido la misión de conseguir un Irak que pueda gobernarse a sí mismo y mantener la seguridad”, destacó el secretario de Defensa, Leon Panetta.
     Casi 4.500 soldados estadounidenses y más de 100.000 iraquíes han muerto durante la guerra, que comenzó con una campaña de ataques con misiles sobre Bagdad y después derivó en un enfrentamiento entre los chiíes, que son mayoría y vivieron oprimidos durante mucho tiempo, y los suníes, quienes los gobernaban.
    Además de los ataques de la insurgencia, Irak tiene otros problemas, como la corrupción, la fragilidad de su gobierno de coalición y el hecho de que su economía dependa tanto del petróleo. El nivel de violencia ha disminuido desde el peor momento de la guerra, cuando los terroristas suicidas y los grupos armados mataban a cientos de personas cada día con sus ataques. Solo en el año 2006, fallecieron 17.800 iraquíes, entre civiles y militares.
    La seguridad sigue siendo un asunto que preocupa a los iraquíes, que, no obstante, creen que la retirada de las tropas estadounidenses refuerza la soberanía de su país. En la ciudad de Faluya, que fue el centro de la insurgencia de Al Qaeda, miles de iraquíes celebraron la retirada este miércoles. Algunos quemaron banderas de Estados Unidos y portaron fotografías de sus familiares muertos. Redacción/Bagdag