¿Qué han hecho los andaluces?
Viajando por la Sierra Sur de Jaén en plan aventura gastronómica tuvimos ocasión de saborear un revuelto mixto de espárragos, ajetes y habitas que es todo un hallazgo culinario a la vez que un delicado canto a la diversidad de los ingredientes bien tratados y mejor ligados.
Un ejemplo culinario que nos ilustra sobre cómo compartir un espacio y un tiempo entre entes diversos consiguiendo un resultado excelente. Viene esto a cuento porque el pasado marzo se celebraron elecciones autonómicas en Andalucía con el resultado que todos conocemos. En esta singular ocasión las encuestas no estuvieron acertadas en la previsión del resultado final del voto que los andaluces depositaron en las urnas haciendo uso de su libertad. Ante esta realidad que no ha dejado contentos a muchos supuestos demócratas, se ha desatado una ola de incomprensión que se manifiesta en ataques zafios a la sociedad andaluza. El panorama que dibujan los descontentos se plasma en un batiburrillo de necedades. En conversaciones y en redes sociales se pueden encontrar comentarios tales como, “yo me voy de Andalucía ya mismo”, “los andaluces son unos catetos” y demás frases de este jaez. Las personas que desprecian de ese modo a este pueblo no son amigos de nadie, sino de ellos mismos y sus intereses. A todos estos señores hay que desearles suerte y buen viaje si es que deciden buscarse la vida en lugares menos inhóspitos. A enemigo que huye puente de plata. No es este el mejor de los mundos pero aquí se necesitan personas dispuestas a arrimar el hombro para seguir adelante y tratar de mejorar. Más grave aún es tener que escuchar de forma harto reiterada en algunos medios de comunicación que no es necesario calificar, opiniones mendaces como “la sociedad andaluza está putrefacta”, “esto es una vergüenza de sociedad”, “los andaluces son ignorantes” y demás lindezas por el estilo que dejan a este pueblo a los pies de los caballos. A estos caballeros habría que recordarles aquella frase que dice “ladran, luego cabalgamos”. Flaco favor le hacen a la sociedad a la que zahieren de forma tan desconsiderada. Esta forma de expresarse no es propia de profesionales que tienen el deber de analizar los resultados e informar con mesura. La pregunta ante tan extemporáneas manifestaciones es la siguiente: ¿qué han hecho los andaluces? Y la respuesta es que han ido a votar y han votado aquello que les ha parecido oportuno. El resultado no es el que ellos deseaban, pero está ahí y hay que respetarlo porque esa es la esencia de la democracia. Volviendo al símil culinario ejemplo de convivencia, ese magnífico revuelto de varios ingredientes ¿sería mucho pedir a los que comparten esta tierra un poco de sentido común para convivir en paz e intentar resolver los muchos problemas que tiene esta sociedad?
Paco Casas es escritor