¿Nuestro dinero para Bankia o para el cáncer?

Féliz Martínez Cantos/ Desde Jaén. La persona funciona generalmente entre un equilibrio y desequilibrio entre mente y corazón. Es decir, los sentimientos y sus resultados están dotados de unas características u otras más o menos diferentes.

    30 may 2012 / 14:55 H.

    Como es natural cuando se toman las teclas para expresar algo de la vida y más aún sobre asuntos de los que depende esta, el resultado será diferente, en muchos aspectos, si primas un estilo sobre el otro o incluso te quedas solo con uno de ambos. Realizo este a especie de prologo para que se comprenda que apago mi mente y enciendo y potencio mi corazón para expresar algo inaudito a lo que, con excesiva frecuencia, se nos condena a la población de esta provincia y esto es muy grave. Que conste que sobre la gravedad de este camino tengo la tremenda experiencia de haberlo pasado en persona acompañado de toda mi familia y tal vez hasta algunos amigos y amigas. Sé, pues, lo que escribo. En el cáncer no es nada normal y muchísimo menos la influencia que tiene en nuestra forma de ser; en la actitud ante la vida; en la valoración del tiempo, etcétera, etcétera. Es algo tan especialmente especial, tan “sui generis”, tan personal, que tan solo lo puede sentir y hablar sobre su profundidad aquél que lo ha pasado, o lo está pasando o la familia que contempla y sufre esta enfermedad, por otra parte con resultados que se van mejorando a lo largo del tiempo. Dentro de estas peculiares características, digamos lo que digamos, el enfermo, cuando encuentra una roca en la que tropieza o algo que hace las veces de tapón en su camino de atención médica, se descompone y repito que eso tan solo puede saberlo quien lo ha pasado. Por esto y sin la más mínima cortedad ni suavidad de ningún tipo, para mí al menos, considero impresentable, inadmisible y hasta repugnante puñalada el que se lleven meses y meses esperando la instalación de ese aparato de radioterapia en el hospital de Jaén. Ni entro ni entraré en discusión alguna, simplemente califico, plenamente consciente de lo que esta falta y dejadez significa. A veces se piensa que estas situaciones se comprenden cuando se ha pasado por ellas. No, no voy a decir que quienes tengan la responsabilidad de que no esté instalado deberían pasar por esa situación, no lo voy a decir, pero sí digo que se lo que es pasar días y días por ese hueco rodeado de plomo. Mientras, sí que es posible y ya conecto la mente, pagarle primero a Rato, como uno de los miles de ejemplos y después, si sobra, comprar este aparato. Por cierto, aparato tan usado en campañas, tomas de posesión, etcétera, como la más que celebre ¡presa de Siles! Salvo que aquí se juega con personas. ¿Se podría decir más? Creo que no es necesario ni imaginarlo. Pero tan solo me conformaría con que, por ejemplo, en un mes, se respondiera concretamente a esto. Repito que no se puede imaginar, hay que pasarlo. ¿Para cuando estará funcionando? Y de nuevo digo que los enfermos de cáncer no son la presa de Siles.