Interior arreglará, por fin, los calabozos de la Comisaría
Entre los policías más veteranos de Jaén circula un chascarrillo desde hace muchos años. Medio en broma, medio en serio, los agentes aseguran que no recuerdan haber visto nunca un albañil trabajando en el viejo caserón de la calle Arquitecto Berges donde se ubica la Comisaría. En muy poco tiempo, por fin, los verán. Al menos, la Dirección General de la Policía anuncia la “ejecución de obras de adecuación en el edificio”. La nota oficial no especifica qué tipo de reformas se realizarán. Tan solo se explica que llegan tras varios informes suscritos por el actual comisario, y también por sus predecesores, sobre la preocupante situación de las dependencias policiales.

Las mejoras consistirán en una adecuación integral de los calabozos, unas obras que fueron aprobadas hace más de dos meses, pero cuya ejecución se ha acelerado debido al suicidio de un preso registrado en la madrugada del pasado 18 de junio. Además de la remodelación de las celdas, ese suceso ha desencadenado un serio enfrentamiento entre el comisario provincial, Jesús Herranz, y el Sindicato Unificado de la Policía (SUP), que es mayoritario en Jaén.
De hecho, su secretario provincial,Jaime Torres, asegura que las obras anunciadas no suponen más que “un parche”, ya que las deficiencias son “muchas y muy graves”. Al hilo, el colectivo sindical recuerda que el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales acaba de emitir un informe —tiene fecha del 25 de junio— en el que se asegura que el edificio no cumple la normativa vigente: “Es una ruina, que pone en peligro la integridad de los que allí trabajamos”, sostiene Torres. En ese documento, se enumeran las deficiencias en la instalación eléctrica, que obligan a estar “en permanente estado de alerta por la posibilidad más que probable de que se produzca un incendio que destruya toda la Comisaría”. De hecho, el pasado día 9, se registró un cortocircuito en la sala del 091 por “la sobrecarga en la instalación eléctrica”. De hecho, se quemó parte del aislamiento del techo.
El informe también describe los problemas de fontanería, con tuberías de plomo con más de 25 años de antigüedad, “por lo que las averías son continuas”. El escrito es demoledor en lo referente al acceso de las personas con discapacidad —no hay ascensor y el elevador está “obsoleto”—, la ausencia de un arco detector de seguridad o el hecho de que los vestuarios de los funcionarios no reúnan “las mínimas condiciones recomendables de salubridad”.
Para el SUP, la única solución posible es construir unas nuevas dependencias. Por eso, su secretario provincial reclama al comisario que ponga en marcha el procedimiento para ello: “Es algo que no se hace de la noche a la mañana. Es su responsabilidad comenzar con el trámite, es decir, contactar con el Ayuntamiento y comunicárselo a la Jefatura Superior de Andalucía y a la Dirección General”, sostiene Jaime Torres.
Hay que recordar que, en el verano de 2007, la entonces alcaldesa, Carmen Peñalver, viajó hasta Madrid para la firma de un protocolo con el Ministerio del Interior, dirigido entonces por Alfredo Pérez Rubalcaba. En ese convenio, se planteaba la construcción de una nueva Comisaría en los terrenos del antiguo instituto Santa Teresa, en el Polígono de El Valle. Es más, un año después, el Ayuntamiento modificó la calificación urbanística de la parcela y, en octubre de 2009, el que era subdelegado del Gobierno, Fernando Calahorro, dio por segura la construcción del edificio en esa parcela. Sin embargo, esos planes chocaron con la oposición frontal de todos los sindicatos policiales, quienes denunciaron que no era la ubicación más adecuada. La crisis económica terminó de enterrar ese proyecto. El SUP exige al actual comisario que mueva ficha para construir un nuevo edificio.