¡No tiremos la toalla!
El viernes 26 el Instituto Nacional de Estadística publicaba la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al tercer trimestre. Los datos que se daban eran desesperanzadores: En estos tres meses han perdido en España su empleo casi 100.000 personas divididas casi a partes iguales entre empleo público y privado, y siendo mujeres siete por cada diez.
Seguimos sufriendo esta lacra del desempleo con una dureza impensable hasta hace nada. La tasa de paro superó el 25% lo que supone un triste récord histórico, tanto en términos relativos (25%) como absolutos (casi 5,8 millones de personas desempleadas). Los peores datos de nuestra democracia. Pero aunque uno de cada cuatro trabajadores en edad de trabajar y dispuesto a hacerlo está parado no en todas las comunidades los datos han sido tan negativos. El paro descendió en La Rioja, Cantabria, Navarra, Baleares, Galicia, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Madrid. Estos datos deben darnos esperanza. En cambio, se ha cebado con nuestra comunidad porque más de la mitad de las personas que han pasado a engrosar las listas del paro son andaluzas. Todo ello en un trimestre (julio, agosto y septiembre) que corresponde prácticamente al verano y que previsiblemente, con la importancia que el turismo tiene en nuestra comunidad, debería de ser bueno. Si hemos dicho que Andalucía tiene los peores datos a nivel nacional, dentro de nuestra comunidad es Jaén quien presenta los más dramáticos. En esta provincia se concentra la tasa de actividad más baja y la de paro más alta: Por cada 100 jienenses en edad de trabajar, solo 55 están disponibles. De ellos, de los activos, no lo consiguen el 39%. La situación es extrema desde el punto de vista laboral y humano. Lo sabemos, ya hace mucho que todas las encuestas nos dicen que el paro es nuestro primer problema. Necesitamos unos representantes políticos, los de Madrid y los de Sevilla, que estén del lado de las personas y no con los bancos. Queremos que nuestros gobernantes sepan a donde nos quieren llevar, que nos devuelvan la confianza. Que, nos guste o no lo que hagan, sepamos que son de fiar. Después de eso, habrá que aceptar que a la crisis hemos de hacerle frente entre todos. De aceptar que hacen faltan cambiar muchas pequeñas cosas y que podemos hacer más y, que es esa la única manera de mejorar esta situación. Nadie puede tirar la toalla. Que la banca es la gran culpable de la crisis sí, que la clase política necesita una regeneración, también! Ellos tienen que hacer su parte. ¡Nosotros, la ciudadanía, tenemos que hacer el resto!
Pilar de la Paz es especialista en género e igualdad de oportunidades