25 abr 2009 / 10:09 H.
La información como estrategia primordial y necesaria para llegar al ciudadano. Esa es la premisa que se han marcado Obras Públicas y el Ayuntamiento para intentar acercar a los vecinos cómo será en realidad y, sobre todo, como afectará el nuevo sistema tranviario que se va a implantar en la capital. A través del ente público Ferrocarriles de Andalucía se ha mantenido ya, al parecer, la primera reunión de una serie de encuentros previstos con presidentes de comunidades de vecinos, comerciantes y colectivos afectados por las obras el nuevo medio de transporte, con el objetivo de minimizar en lo posible las más que seguras molestias. Sorprende que se haya tenido conocimiento de esta primera cita a través de un comunicado, sin dar pie a los medios a informar del acto “con luz y taquígrafos”. En cualquier caso, la iniciativa es digna de elogio y, sobre todo, muy necesaria, aunque es de esperar que en lo sucesivo se anuncie con antelación y no a posteriori. La cuestión fundamental es que toda información es siempre poca, sobre todo cuando se trata de un asunto que genera una viva polémica, con encendidos defensores y detractores entre la sociedad jiennense. En esta línea, se ha elaborado un decálogo de medidas para que las molestias de los trabajos sean las menos posibles, tanto a los residentes como a los que trabajen en las zonas por las que discurre el trazado. Habrá oficinas de información instaladas en la plaza de la Constitución y en la de las Batallas, dos puntos neurálgicos que también funcionarán a modo de buzón para las quejas, incidencias y reclamaciones varias que se deriven de las obras. Cualquier cambio cuesta y el tranvía implica muchos, tanto en el tráfico rodado, como en la propia mentalidad de los ciudadanos, pero si hay voluntad de explicarlo y colaborar con los vecinos, el resultado será positivo para todos.