Incomprensible
Fernando Cuesta Garrido/Desde Jaén. La muerte en circunstancias extrañas del joven Íñigo Cabacas, en Bilbao, ha de ser esclarecida. Hechos como los acontecidos a la salida de un evento deportivo, como fue un partido de fútbol, en el que la violencia en las calles va siendo algo habitual debe ser erradicado.
Una sociedad como en la que nos encontramos debe buscar una fórmula para aislar a personajes que no quieren o no saben canalizar sus comportamientos de una forma racional, sensata y educada y en definitiva pacífica. La muerte de Íñigo es una prueba clara que, más allá de la actuación de las fuerzas del orden, se debe analizar de forma valiente los hechos bajo la total y absoluta imparcialidad. Íñigo es la víctima inocente al que se le debe respeto y por supuesto la solidaridad para con la familia y amigos, pero debemos ir más allá. Todos debemos reconocer que en algo nos estamos equivocando. Aquí todos tenemos parte de culpa. La actuación de la policía tal vez no estuvo a la altura de las circunstancias, tal vez no se acertó en la tareas realizadas, pero tampoco el comportamiento de algunos ciudadanos se correspondía con actuaciones civilizadas. No vale ahora rasgarse las vestiduras y lamentarse de lo ocurrido. Es muy fácil y cómodo señalar a la Policía Autónoma como culpable de los hechos olvidando que en una democracia el trabajo policial como en este caso no se debió a una casualidad. Si las calles son inundadas de violencia las fuerzas del orden tienen la obligación de actuar. La calle es de todos para que sea utilizada de forma pacífica. Quien piensa que el espacio público es de su propiedad no solo se equivoca si no que debe saber que la democracia se ha dotado de instrumentos que se lo van a recordar. Espero que todo se esclarezca, pero también espero y deseo que episodios en los que Íñigo perdió la vida no vuelvan a repetirse. La ciudadanía no puede ni debe permitir que elementos insociables se hagan dueños de las calles y plazas para utilizarlas como campo de batalla y así poder distorsionar y contaminar acontecimientos que hoy por hoy forman parte de la cultura de este país como es el fútbol.