Incertidumbre y solidaridad
Paradójicamente cuando la sociedad de la información nos invade, la incertidumbre crece. Periódicos, televisión, radio, y sobre todo internet, nos informan a diario sobre las expectativas de nuestra economía, y nos hacen dudar de la receta más acertada para combatir esta crisis. Que si aumenta el paro a niveles históricos, que si estamos saliendo de la crisis, que si políticas de austeridad o políticas de crecimiento, que si descuelgues salariales, que si subidas de impuestos y recortes sin anestesia.
A esto se le une el escepticismo en la sociedad ante un inminente rescate europeo, en el que se desconocen las condiciones que se negocian con Bruselas. La falta de transparencia y la ausencia de una hoja de ruta que señale claramente la estrategia y objetivos de las autoridades, acrecienta los complejos problemas que padece nuestra economía. Y con estas, empezamos el último mes del año, el mes en que celebramos la Navidad. La bonanza de tiempos pasados, ha llegado a confundir la Navidad con el consumismo, y ahora, en momentos económicos difíciles podríamos pensar en unas navidades menos auténticas. Sin embargo, estas fechas son de felicidad, momentos de familia, de amistad, de cariño, en los que damos lo mejor de nosotros mismos. Prueba de ello es la fantástica acogida que ha tenido en nuestra provincia la campaña “gran recogida de alimentos”. Cientos de voluntarios repartidos por supermercados y colegios, han conseguido, como hormigas, juntar miles de kilos de alimentos para familias que lo necesiten de nuestro entorno más cercano. Se estima que un diez por ciento de la población de la provincia come cada día gracias a entidades benéficas. Actos solidarios se repiten en estos días, como la cena en beneficio de la asociación “Aspace”, los donativos a Cáritas, o la venta de lotería para diferentes asociaciones, como la del autismo, la fibromialgia, “Jaén Acoge” o diferentes cofradías. La solidaridad, esa escasa virtud del ser humano, surge en momentos de dificultad, como barrera de contención ante amenazas impredecibles. Frente a la referida incertidumbre que genera la economía, lejos de paralizarse por el miedo, los jienenses han reaccionado, con solidaridad, con convicciones, volcándose como pueblo unido, en defensa de los suyos. Hemos de adaptarnos a un ritmo vertiginoso, y apostar por los conceptos más humanos, por las conductas adecuadas y por la generosidad. Ante un mundo de incertidumbre, en el que todo ha cambiado, en el que nada es igual a lo de antes, si permanecemos unidos, saldremos de esta. Necesitamos más gente con convicciones y menos poseedores de la verdad absoluta. (No estoy seguro, pero es en lo que creo).
Rafael Peralta es economista