Incertidumbre tras el primer día de “corralito” en Grecia
Los ciudadanos griegos vivieron con nervios e incertidumbre las primeras 24 horas de “corralito”, después de la entrada en vigor de un decreto gubernamental que el domingo por la noche anunciaba el primer ministro, Alexis Tsipras, sobre el cierre de los bancos y mercados hasta el 7 de julio.

La imposición del control de capitales fue acompañada por el cierre de la Bolsa helena hasta la próxima semana, un periodo que se podría prolongar o reducir en el transcurso de los días. El decreto limita la retirada de efectivo a 60 euros diarios por persona. La activación de los cajeros estaba fijada para doce horas después de la publicación del decreto, que tuvo lugar el domingo antes de medianoche.
En el mediodía de ayer, los cerca de 5.500 cajeros automáticos del país empezaron a funcionar de forma gradual y, en algunas zonas de la ciudad, la cola es de hasta una veintena de personas.
“Tenemos miedo de que los cajeros se queden sin dinero”, comentaban quienes esperaban. Vaskosos, un estudiante de Doctorado en Política bromeaba con uno de sus compañeros de facultad: “Tenemos que enviar nuestro dinero a Londres, allí estará seguro”. Ambos piensan que la situación no se alargará más de dos días y que los líderes europeos “encontrarán una solución”.
Turistas y pensionistas. La imposición del decreto, además, permite el pago con tarjeta de crédito, así como las transacciones online, tan solo dentro del país.
Los turistas quedan exentos de tales medidas, pudiendo retirar efectivo y efectuar pagos con tarjeta sin restricciones. No obstante, en Grecia, el pago con tarjeta de crédito no está tan extendido como en otros países. Por ejemplo, pocos taxistas aceptan tarjeta y muy raramente se puede pagar por esta vía en los restaurantes locales o cafeterías. “Estos acontecimientos tendrán un impacto negativo directo sobre el turismo”.
De las medidas decretadas también quedan excluidos los pensionistas, pues la mayoría cobró su pensión en la jornada de ayer.