¡Marchando!
Marchando, que es gerundio!. Eso solían decir nuestros padres cuando tenían que poner a la prole de mi generación en marcha. Hay momentos en los que es imprescindible moverse unitariamente para presionar y exigir de los poderes actuaciones concretas en beneficio de la colectividad.
Este es el caso en el que nos encontramos ahora con respecto al cumplimiento de déficit, más allá del análisis (imprescindible también), de quiénes, cuándo y cómo se produjeron los desvíos. Europa, lo que es igual en este momento al Gobierno Merkosí, o sea a la derecha dura alemana apoyada por la francesa, nos exige un cumplimiento de déficit imposible, sin retroceder una década. Todos miramos a las comunidades autónomas y Ayuntamientos como responsables del desvío, y tendremos que saber por qué se producen éstos en un año (2011) en el que se celebraron elecciones municipales y autonómicas. El poder europeo quiere hacer de los países satélites (que es en lo que nos estamos convirtiendo) un manos tijeras, para que recorten a diestro y siniestro, importándole un bledo el dolor que produzcan. Pues sí, habrá que presionar a Europa desde donde sea para conseguir la modificación de cumplimiento de déficit si no queremos asistir a la inexorable pérdida del estado de bienestar. Antes y ahora, protestamos por los recortes, fuesen del anterior Ejecutivo o del actual. Ahora a presionar a Europa, y todos desde la derecha, desde la izquierda, y desde el centro, procuraremos evitar unos ajustes drásticos y dolorosos.
Ana Barberán es funcionaria