¿El culpable es el conductor o la carretera?
Inmaculada Espinilla / Jaén
Es cuestión de segundos. Un simple despiste, una reacción a destiempo o no ver una curva. Ya está. La vida se escapa y los familiares de las víctimas de tráfico se pasan años preguntando por qué ocurrió.
Es cuestión de segundos. Un simple despiste, una reacción a destiempo o no ver una curva. Ya está. La vida se escapa y los familiares de las víctimas de tráfico se pasan años preguntando por qué ocurrió.
Por este motivo, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se congratuló de que el número de fallecidos en accidentes, desde el pasado 1 de julio y hasta el 31 de agosto, fuese el más bajo desde el año 1962. De hecho, por primera vez en la historia, en agosto, fueron menos de doscientos los que dejaron de respirar en las carreteras españolas. Aun así, cada muerte es una desgracia.
Salidas de vía, choques frontales y exceso de velocidad son algunas de las causas, pero, por otro lado, también es cierto que existen lugares que parecen más propicios para que se produzcan los accidentes de tráfico. Son los puntos negros, es decir, aquellos tramos de, al menos, cien metros de longitud en el que tienen lugar, como mínimo, tres accidentes con heridos (ya sean leves o graves e, incluso, alguna muerte), al año.
En la provincia jiennense son seis, según los últimos estudios, que datan de 2009. La Jefatura Provincial de Tráfico de Jaén, cada año, realiza un informe sobre cuáles son, dónde se encuentran y por qué se convierten en la pesadilla de cualquier conductor.
Lo hace al empezar el año natural y se encuentran en la A-313, A-42, N-323, N-432 y A-6. Destaca, según indica Juan Diego Ramírez, jefe provincial de Tráfico, que todos estos puntos son nuevos y no coinciden con los detectados el año pasado.
Para localizarlos, se estudian de una forma pormenorizada todos los accidentes de tráfico ocurridos en la provincia. Después, sobre el papel, se investigan las causas de los incidentes y, también, los técnicos se desplazan al lugar de los hechos para ver la carretera. Con los datos recogidos se eleva un informe a la Dirección General de Tráfico y, en el caso de que se considere conveniente, también a su titular para que haga las mejoras necesarias, aunque las recomendaciones de la Jefatura Provincial no son vinculantes. A pesar de lo que uno pueda creerse a priori, el estudio de los seis puntos actuales revela que la causa no siempre es el estado de la calzada.
Así la pregunta es: ¿quién es el responsable de que existan los puntos negros, el conductor o la carretera? Es difícil encontrar la respuesta y, tal vez, dé igual. Lo importantes es hacer bajar las estadísticas y el número de personas que se dejan la vida en la carretera. Juan Diego Ramírez afirma: “Siempre hay un margen de mejora de la calzada, aunque se repiten los fallos del conductor. Por muy mala que sea la infraestructura, el hombre es el que maneja. De todas formas, eso no es óbice para que se les preste una especial atención”. De hecho, el Ministerio de Fomento maneja otro concepto.
Los tramos de concentración de accidentes (TCA) son aquellos con mayor porcentaje de siniestralidad respecto a otras carreteras de las mismas características y que soportan un tráfico similar. En Alcalá la Real se emplaza uno de ellos, que, además, coincide con el punto negro (N-432, de los puntos kilométricos 391 a 400). Como anécdota, dos ladrones tuvieron un percance en ese lugar mientras huían de las fuerzas de seguridad. Los malhechores habían robado en un pueblo de Granada. Estaban en las puertas de un prostíbulo y se encontraron con la autoridad. Comenzó una persecución y el vehículo de los infractores se salió de la calzada. Uno pudo huir y el otro fue detenido.
En referencia a los TCA, el jefe provincial de Tráfico explica que la tendencia actual es trabajar para unir los dos conceptos. “En la actualidad, se compaginan los dos conceptos, aunque lo más lógico es unificarlo”, informa. En cualquier caso, lo que sí que es fundamental para conseguir el descenso en la siniestralidad es asimilar los conceptos de la seguridad vial. En este aspecto, los jiennenses se caracterizan por ser unos conductores prudentes, por lo general. Los datos hablan por sí solos. En torno a seiscientos conductores han perdido todos los puntos de su carné o más del 90% obtuvieron la bonificación de dos puntos más. “Al principio, su implantación vino acompañada de queja, pero se sabía que trataba de fomentar los buenos hábitos y castigar los malos”, afirma Ramírez.
Al mismo tiempo, las campañas emprendidas desde Tráfico tienen sus efectos. ¿Llegará el día en que los puntos negros desaparezcan en la provincia? El jefe provincial de Tráfico no lo descarta.