Ideas de refresco

Desde hace ya algunos años soy un simple espectador de la política y sí, también, un opinador más que, lejos de pretender influir en nadie, piensa y repiensa solo como gimnasia mental. Aunque, miren por dónde, hoy sí me gustaría influir en la decisión de algunos.

    27 jul 2012 / 16:50 H.

    Sí, pongamos por caso, de todos aquellos que llevan ya más de un trienio cobrando del erario público sin ser empleado o funcionario del mismo, solo decirles: “Muchas gracias por los servicios prestados y regresen a su puesto de trabajo o búsquense la vida como el resto de los conciudadanos. ¡Adiós y gracias! ¿No se les ha ocurrido pensar que quizá tengan alguna responsabilidad con lo que está ocurriendo? Sí, por acción, por omisión, por estulticia. ¿No han reparado en que han podido ser autores o cómplices —conscientes o inconscientes— del desastre en el que estamos instalados? Seguro que sin mala fe u otra torticera intención, pero de no ser así solo me queda: ignorancia, ingenuidad o incompetencia. Por tanto, lo dicho: márchense. Pero conforme cierran la puerta, háganos un último favor: díganles a todos esos compañeretes que ambicionan sustituirles, que se lo piensen bien, que la gente está ya muy quemada y va a empezar a pedir responsabilidades de todo orden a aquel que aspire a cualquier tipo de poltrona. También explíquenles muy bien cuál es la situación, no vaya a ser que después aleguen ignorancia; y por último, adviértanle sobre cuál es la situación en la calle, que ya no hay donde estrujar más al ciudadano y que las prebendas —hasta ahora disfrutadas— están por acabarse. ¡Ah!, y no se preocupen por nosotros, entre 46 millones de españoles, digo yo    que habrá ideas de    refresco”.

    Rafale Latorre es funcionario