¡Cuánta necesidad!
Nos acercamos a unas fechas del año que invitan al consumismo. Con la que está cayendo y con las cifras del paro demoledoras, nos podemos cuestionar si esto de la crisis realmente no tiene tanto alcance. Pero no, cuando los medios de comunicación nos transmiten el número de familias que pierden sus casas por no poder pagar la hipoteca,
cuando observas la cantidad de personas que se acercan a los comedores sociales en busca de algo que echarse a la boca, cuando te piden dinero para que una familia concreta, con hijos pequeños, pueda comer, o cuando escuchas testimonios de personas cercanas que hasta hace poco vivían sin problemas, entonces constatas que lo de la crisis no es un cuento, que el lobo llegó hace tiempo y que la cosa todavía puede ser peor. Nadie lo cuestiona. Existe mucha necesidad, hay personas que lo están pasando mal, y otras muchas con el miedo en el cuerpo por lo que pueda venir. Es cierto que gran parte de la crisis la tiene el ritmo de vida por encima de las posibilidades y el deseo de ganar mucho dinero en poco tiempo y sin gran esfuerzo. Por ello, ojalá pase pronto esta mala racha, vuelva la cordura y alcancemos ese equilibrio necesario para vivir dignamente, sin necesidad y sin malgastar tontamente. Queda claro que es más importante ser que tener, y que todos podemos hacer algo. Nuestra forma de ser y actuar puede ayudar a que alguna familia salga de su agonía y que en un futuro haya hogares sin las amenazas del paro o la exclusión. Seamos conscientes y coherentes.
Miguel Lechuga es auxiliar administrativo