¡Ámalos también a ellos!
JOSÉ MARíA RUIZ RELAÑO desde Andújar. No juegues a un juego que no dominas, ¿no ves que perderás? Juega más bien al tuyo, y hazlo con tus cartas. Pero que tus cartas sean diáfanas, como el sol de mediodía. Déjalos a ellos prosperar en su cubil. El brazo de uno sobre el hombro del otro, regresan sonrientes a su madriguera.
Sonríen, pero hieden a sangre fresca de hermano. Son insensibles al dolor ajeno. Construyen la verdad a su gusto, a su medida y conveniencia. Se la creen y la imponen a los demás. No los envidies. No los imites. Se pudren en lo hondo de los abismos. Se solazan en el hedor nauseabundo de sus cubiles. Acumulan el fruto de sus rapiñas, se postran ante él y lo adoran. Es su dios. Vive, tú, sin embargo, al aire libre. Vive desnudo, hijo. Soporta las inclemencias del tiempo. Ama a la tormenta. Convive con el rayo. Deja que el aire y la lluvia enjuguen tu rostro. No te importe. Vuela tú libre y solo. ¡No tengas nada tuyo!. ¿Qué se te da a ti, de tesoros pútridos? Extiende tus brazos al mundo y tómalo. Es tuyo. Y … cuando el mundo sea tuyo. Entonces, ¡ámalos también a ellos!