Huerto del Carmen

Desde mi jubilación busco la tranquilidad y la paz que conllevan las primeras horas matutinas paseando por la Úbeda profunda para escuchar el amoroso piar de los pajarillos; la tibieza de la temperatura cuando canta el gallo; el azucarado olor de las tahonas trayéndome recuerdos y sonidos de antaño, mientras  sueño el mar de olivos que navega hacia nuestra ciudad. Por eso paso a diario por el Huerto del Carmen, que ofrece sus pintorescas murallas y jardines en terraza para solaz esparcimiento de cualquier visitante.

    10 may 2014 / 22:00 H.

    Tiene rincones que te transportan a plena naturaleza. Pero, ¡ay!, que también he podido comprobar cómo ha caído en manos de gamberros y gente incívica que lo usa para su botellón particular; de almacenamiento de los excrementos de sus perros; para ejercer pintadas imbéciles en sus muros o puertas; para lanzar bolsas de basura a su piscina, o para romper algunas de sus cartelas donde se muestra sucintamente las siete leyendas ubetenses. Cuando paseo por sus aledaños siento tanta pena, que la sincera alegría que me produjo su descubrimiento se va tornando en rabia y desasosiego. ¡Quiero seguir aspirando su silencio y su tranquilidad absoluta mientras los pajarillos anuncien la llegada de un nuevo día primaveral!
    Fernando Sánchez Resa / ÚBEDA