Huelma.- Los mundos ibero, árabe y fotográfico perfilan Mágina


Un lienzo de ladrillo y mortero con el Castillo de Huelma, la cabeza de lobo de El Pajarillo y el retrato de Arturo Cerdá y Rico forman la alegoría creada para exaltar la idiosincrasia de Mágina. Llevarla a cabo costó 5 horas y cuarto y 45 aerosoles.
Día primero.

    31 ene 2011 / 15:15 H.

     Comienza el décimo reto de Diario JAEN: colorear las comarcas jiennenses, y el encargado es Belin. Se trata de un viaje con escalas y la primera parada es Sierra Mágina. Una zona de leyendas, de magia y de misterios y de una vasta riqueza paisajística, histórica y medioambiental, que integran 15 municipios y que tiene en Huelma (6.208 habitantes) su cabeza de partido.
    Dan las 9 de una gélida mañana. La helada de la noche ha blanqueado los campos de olivos que ondean junto a la carretera y el casco urbano rezuma sosiego y quietud. Los niños ya están en el colegio; los adultos, en sus olivas y, por las calles, sólo transitan unas cuantas mujeres solitarias que van de sus casas a la tienda a por pan o al mercado, a hacer los mandados. Son ajenas a un proyecto que va a soliviantar la Avenida de Federico García Lorca. Apostado frente al remodelado edificio de la Piscina Municipal aguarda Miguel Ángel Belinchón. Las manos metidas en los bolsillos, protegidas de temperaturas que “congelan”, y la mirada clavada en el muro de 2,4 metros de alto y casi 9 de largo que tiene enfrente; calculando las distancias y la manera en la que encajará las figuras del primero de los 10 grafitis que dibujará para Diario JAEN dentro del 70 aniversario del periódico.
    Lo mira y lo remira. Sostiene que “cada pared pide algo” y, sin bocetos previos, coloca la escalera, abre la maleta de las pinturas y extrae de ella las fotografías de los 3 motivos que ha escogido para realizar la alegoría de la comarca de Mágina. Sacarle los colores y plasmar su historia en un lienzo de ladrillo y mortero es el guante que le lanzó JAEN. Lo recogió “sin pensar”, confiesa, y, ahora, está frente a un primer muro “en beige”, porque se olvidaron de blanquearlo. Eso demorará su trabajo. “La pared se chupa la pintura y hay que repasar una y otra vez”, dice. “Pero eso también es parte del reto”, añade, y coge un aerosol gris y, con el pulso firme de su zurda, empieza a montar el dibujo y a describir la silueta de algo que, poco a poco, se asemeja al castillo huelmense, una fortaleza que fue levantada entre los siglos XV y XVI sobre un antiguo recinto islámico y que, hoy, además del orgullo del municipio, es Monumento Histórico.
    Junto a él, a la izquierda y a una velocidad pasmosa, encaja la cabeza ibera de lobo que se halló en el yacimiento del cortijo “Pajarillo” y, a la derecha, en un visto y no visto, con una destreza que apabulla, tanto a profanos como a artistas, perfila el retrato de un hombre, médico de profesión y fotógrafo de vocación, que jamás imaginó que su pasión por este arte lo convertiría en todo un referente de la fotografía española, Arturo Cerdá y Rico.
    Sólo han pasado veinte minutos, pero la pared ya está “manchada” y lo que se intuye promete y deja boquiabiertos a los vecinos que deambulan por la avenida. Algunos se mantienen en la distancia, escudriñando lo que observan y preguntándose: “¿Esto qué es?”. Otros, como Ricardo Guzmán, el vecino del número 74, se echa a la calle tras mucho mirar desde el balcón y, una vez abajo, a la altura de Belin, resume en 2 palabras lo que se adivina en la mirada sorprendida de sus conciudadanos: “Es un artista”. Y “el cuadro, una maravilla”, pero musita: “Lo que hace falta es que no lo estropeen”.
    Este temor se generaliza entre los vecinos, pero la concejal socialista, Dolores Urbano, anuncia que para impedirlo: “Vamos a explicarles a las asociaciones, empezando por la de vecinos de la zona, por qué se ha hecho esto y qué significa. Cuando se sepa lo que representa, la gente se sentirá identificada y esto contribuirá a que se proteja. No tenemos otra forma de hacerlo, porque esto es una pared pública”. Tanto ella como el edil Luis Marín valoran la iniciativa de Diario JAEN. “Nos pareció muy interesante porque supone normalizar esta forma de expresión como arte y alejarla de aquella imagen de estropear las calles. Sirve como elemento integrador y, además, tiene una labor didáctica”. Por su parte, el alcalde, Francisco Vico, destaca: “El artista ha plasmado muy bien la realidad de nuestro municipio, el castillo y ‘El Pajarillo’, junto a un personaje de la zona importante a nivel nacional como es Arturo Cerdá y Rico”.
    Y así, entre idas y venidas de miembros del Ayuntamiento y de huelmenses expectantes, Belin va  llenando de color y de arte una de las principales avenidas de Huelma. A las 5 y cuarto de la tarde, después de 5 horas y cuarto de trabajo y 45 botes de pintura utilizados, el grafitero estampa su firma en el mural, se aleja para verlo en su conjunto, sonríe satisfecho y se despide: “Hasta mañana. Nos vemos en Alcalá”.