Huelga

La huelga obedece realmente a intereses sectarios cuyo objetivo es hacer oposición al gobierno de Rajoy. Los argumentos que han exhibido para convocar la huelga son patéticos. Por añadir alguna reseña recordemos a todas aquellas asociaciones, que dicen representar a los padres de alumnos, que se han mantenido silenciosas por el deficiente comportamiento de los alumnos. La disciplina en las aulas deja mucho que desear. Se han cometido incluso actos delictivos contra los profesores con demasiada frecuencia. Agresiones graves al profesorado se ha dado de forma intensa en los últimos años por parte de alumnos y de padres. Las bajas por depresión de los maestros es algo habitual en el paisaje. Tampoco debemos olvidar  el adoctrinamiento ideológico que en algunas comunidades se ha llevado a cabo. País Vasco y Cataluña es donde la historia se ha retorcido hasta la saciedad con el fin de fomentar el odio a España. Algo que nunca ha sido considerado de gran relevancia por parte de las asociaciones de padres, puesto que no han salido multitudinariamente a protestar. Desde la familia se ha ido delegando responsabilidades hacia los profesores. Estos han empleado y emplean más tiempo en impartir educación que dar asignaturas. Las familias han relajado la educación de una forma alarmante y cuyos resultados estamos padeciendo.
Antaño el número de alumnos por clase podía llegar a más de cuarenta y los resultados han sido mejores que en la actualidad. Nuestros representantes políticos actuales han compartido aula con cuarenta compañeros y el resultado es de un país a la cabeza del mundo. El haber reducido el número de alumnos por clase no ha dado resultado y por ello regresar a lo que sí se ha comprobado que era eficiente no es perder calidad de enseñanza. En resumen la huelga que se ha llevado a cabo solo sirve para comprobar la manipulación que algunos grupos ejercen sobre los padres de alumnos. Si una y otra vez decimos que tenemos la generación mejor preparada no parece, que en materia educacional,  se este a la altura de lo que se piensa. 
FERNANDO CUESTA GARRIDo