Hoy, once de mes
Impregnado de festividades marianas se nos presente el actual mes de septiembre, comenzando el día 3 con la celebración de Nuestra Señora Madre del Divino Pastor hasta culminar el próximo día 24 con la Virgen de la Merced.
Pero en medio quedan otras festividades muy importantes, tales como el día 8 la Natividad de la Virgen María que tuvo de Dios el privilegio de ser preservada de toda culpa desde el primer instante de su concepción, el Santísimo nombre de María el día 12 o los Siete Dolores de la Virgen el día 15 en que la Iglesia celebra el triunfo de María, que junto a la cruz venció con Cristo al pecado. Pero adjuntas a estas festividades principales se añaden multitud de advocaciones localizadas especialmente en el día 8, tanto en España como en el resto de Europa. Sirvan a título de ejemplo las de: Nuestra Señora de Guadalupe (patrona de Extremadura), de Covadonga, del Coro, de la Encina, Peña de Francia, de las Virtudes, del Remedio, del Sacro Monte di Varese, Madonna di Monte Berico (ambas de Italia), Notre-Dame de Chartres y Notre Dame de La Salette (las dos de Francia), Nuestra Señora de los eremitas de Einsiedeln (Suiza), o B.V. de Mariazell (Austria), sin olvidarnos de la celebración en muchos lugares de España de la Virgen de la Viña, en la época de la vendimia, entre otras muchas que también se deberían destacar, pero no tendríamos espacio para nombrar todas. Esta rica manifestación mariana es una de las notas más características de la devoción, en la que los factores humanos y las exigencias sobrenaturales se entrelazan maravillosamente para tejer en torno de la cabeza de la Virgen una brillante diadema del amor que poseen todos sus fieles. Ahora que comenzamos un nuevo curso cofrade, debemos renovar nuestros esfuerzos tanto para ayudar a nuestra Cofradía como para, siendo expresión viva del amor a la Santísima Virgen y por ende, a su Santísimo Hijo, Dios hecho hombre, seamos sembradores de la semilla de la Verdad. Imploramos hoy, postrados a sus pies, a la Santísima Virgen de la Capilla, por un amor fraternal entre todas las naciones, por la erradicación del hambre y de las enfermedades y por una verdadera paz. Si unimos nuestras oraciones, la Santísima Virgen atenderá todas nuestras peticiones.
Ernesto medina Cruz / Jaén
Pero en medio quedan otras festividades muy importantes, tales como el día 8 la Natividad de la Virgen María que tuvo de Dios el privilegio de ser preservada de toda culpa desde el primer instante de su concepción, el Santísimo nombre de María el día 12 o los Siete Dolores de la Virgen el día 15 en que la Iglesia celebra el triunfo de María, que junto a la cruz venció con Cristo al pecado. Pero adjuntas a estas festividades principales se añaden multitud de advocaciones localizadas especialmente en el día 8, tanto en España como en el resto de Europa. Sirvan a título de ejemplo las de: Nuestra Señora de Guadalupe (patrona de Extremadura), de Covadonga, del Coro, de la Encina, Peña de Francia, de las Virtudes, del Remedio, del Sacro Monte di Varese, Madonna di Monte Berico (ambas de Italia), Notre-Dame de Chartres y Notre Dame de La Salette (las dos de Francia), Nuestra Señora de los eremitas de Einsiedeln (Suiza), o B.V. de Mariazell (Austria), sin olvidarnos de la celebración en muchos lugares de España de la Virgen de la Viña, en la época de la vendimia, entre otras muchas que también se deberían destacar, pero no tendríamos espacio para nombrar todas. Esta rica manifestación mariana es una de las notas más características de la devoción, en la que los factores humanos y las exigencias sobrenaturales se entrelazan maravillosamente para tejer en torno de la cabeza de la Virgen una brillante diadema del amor que poseen todos sus fieles. Ahora que comenzamos un nuevo curso cofrade, debemos renovar nuestros esfuerzos tanto para ayudar a nuestra Cofradía como para, siendo expresión viva del amor a la Santísima Virgen y por ende, a su Santísimo Hijo, Dios hecho hombre, seamos sembradores de la semilla de la Verdad. Imploramos hoy, postrados a sus pies, a la Santísima Virgen de la Capilla, por un amor fraternal entre todas las naciones, por la erradicación del hambre y de las enfermedades y por una verdadera paz. Si unimos nuestras oraciones, la Santísima Virgen atenderá todas nuestras peticiones.
Ernesto medina Cruz / Jaén