Hoy, 11 de mes
Anunciación de la Virgen María! El próximo 25 de marzo la iglesia festejará uno de los misterios fundamentales de la fe católica, la Encarnación del Verbo en las purísimas entrañas de María.
Dios se hace hombre para redimir a los hombres. En la liturgia escucharemos el maravilloso y admirable relato del ángel anunciando, a la humilde doncella de Nazareth, el cumplimiento del eterno consejo de Dios respecto a la maternidad divina. Nosotros resumimos este misterio con el rezo del Ángelus, que toma su nombre de las primeras palabras en su versión latina: “Ángelus Domini nuntiavit Mariae” (el ángel del Señor anunció a María) y que consta de los tres textos que resumen el misterio. María es ejemplo de maternidad asumida: “Hágase en mi según tu palabra”. María cree, María espera, y Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre comienza su andadura terrenal. Se deberían fijar en ella tantas mujeres que, ante el eufemismo de “embarazo no deseado”, deciden añadir otro eufemismo aún más cruel: “Interrupción voluntaria del embarazo”. Comenzamos a finales de mes la semana en que Jesús, después de ser aclamado por la multitud en su entrada en Jerusalén, se ve traicionado por una multitud enfurecida que no cesaba de gritar: ¡Crucifícalo, crucifícalo! María asiste a los padecimientos de su Hijo. Únicamente, se nos indica que durante su camino cargado con la Cruz encuentra a su madre y cómo, ya en el Gólgota, Jesús la nombra madre de todos los hombres. Nos avergonzamos de mostrar nuestra condición de cristianos. Deberíamos tomar ejemplo de esos cristianos egipcios, perseverantes en su fe. “Mi hermano fue decapitado mientras musitaba el nombre de Jesús”. Nuestra Iglesia necesita de los jóvenes, que llenan los templos el día de la estación de Penitencia, pero que, en algunos casos, desaparecen durante el resto del año. A su sacrificio corporal de portar los pasos, deberían unir el sacrifico espiritual de compartir durante el resto del año la compañía de Jesús y su Madre. De esa Madre a la que aplaudimos durante esa Semana, pero a la que después olvidamos. Que este mes sea un motivo de reflexión y de acercamiento a la reconciliación con Dios. Así se lo pediremos hoy a la Virgen, en su advocación de Nuestra Señora de la Capilla, en este miércoles de Cuaresma.
Ernesto Medina Cruz / Jaén