Honduras como ejemplo de la distancia de la 'Madre Patria'
El papel secundario de España y su diplomacia en la crisis que vive el país centroamericano demuestra una vez más en qué lugar nos encontramos con respecto a los países que tutelamos hasta su independencia hace ahora doscientos años.
Estados Unidos “maniobra” con intensidad desde antes del golpe de Estado que ha derrocado el presidente Zelaya y Venezuela y la Alternativa Bolivariana (ALBA) que representan Bolivia, Nicaragua y Ecuador son en estos momentos un factor determinante en la resolución de la crisis constitucional que se vive en América Latina después de que los militares vuelvan a ejercer el poder de las armas, lo que no se veía por allí desde hace dos lustros. España parece estar liderando a una adormilada Unión Europea, lo cual está bien, pero no es el papel que le corresponde por su presencia en aquellas tierras y, muy especialmente, porque sus habitantes siguen refiriéndose a ella como la “Madre Patria”.
No es una novedad, desde luego, porque España y sus Gobiernos últimos han venido obviando el alto caudal político (y económico) que nos reporta una tutela efectiva de Madrid a los distintos gobiernos sudamericanos. Centrarnos en Europa ha sido vital para el salto cualitativo y cuantitativo de la democracia española en las tres últimas décadas, pero nunca debimos dejar de atender de forma preferente lo que en América estaba pasando, por la lengua y por la matriz común que tenemos con la mayoría de los pueblos del continente. Nunca es tarde para rectificar, pero una y otra vez se ponen como ejemplo situaciones en las que España debería liderar soluciones a algún conflicto y no se hace con la celeridad necesaria. Esperemos que después de distintos “fracasos” por adelantamiento de otros gobiernos, nos pongamos las pilas por el bien de un país que “alumbró” otras tierras en sus tiempos de esplendor.