Homenaje a una mujer sencilla y luchadora del casco antiguo

Los homenajes, en la mayoría de las ocasiones, se tributan a quienes destacan en cualquier ámbito. Sin embargo, la Asociación de Vecinos Santa Marta-La Plaza tiene claro que, muchas veces, quien se merece la distinción es la persona sencilla que, desde joven, de forma callada, trabajó y se sacrificó por los suyos. Esos requisitos definen bien a Rosa Expósito Martos, una mujer del casco antiguo acreedora del “Reconocimiento a toda una vida” que, desde hace quince años, otorga este colectivo.

15 mar 2014 / 23:00 H.


Nació en 1949 y vive en el casco antiguo, muy cerca de la Plaza, en la calle Carnicería. Rosa Expósito es una mujer sencilla, humilde, trabajadora, con una sonrisa para los suyos, aunque la vida no le ha sido muy fácil. A los cuarenta y cuatro años se quedó viuda y con cuatro hijos. Con la ayuda de su familia, los sacó adelante. Trabajó en la aceituna y también como limpiadora. Hizo, a su pesar, de padre y de madre. Pero no todo fueron tristezas. Con orgullo, habla de sus cinco nietos, “su alegría”. Y, con nostalgia, tiene en la memoria la poesía que le dedicó a su marido, Manuel, cuando se marchó para siempre, que, gracias a la asociación Santa Marta-La Plaza, quedó estampada en un pergamino. Fue parte de este “Reconocimiento a toda una vida”, uno de los actos más entrañables del colectivo, que consiguió emocionar a los asistentes. Con el detalle, Rosa Expósito también recibió una placa y un ramo de flores.
La presidenta de la asociación, Angustias Luque, subrayó que este acto, que se celebra desde hace quince años, es el más entrañable del colectivo de barrio. Un homenaje que estuvo repleto de sorpresas y con el que se puso de manifiesto que también la mujer sencilla merece su recompensa.