Historias detrás de la crisis

Como siempre, la provincia va a contrapelo en estadísticas de empleo. En el mes de abril vuelve a confirmarse la particular idiosincrasia de la economía jiennense. Mientras que en país se habla del mejor abril de la serie histórica en términos de empleo, con una caída del paro de 111.565 personas en relación a marzo, en Jaén el final de la campaña de recogida de aceituna deja huella, y para mal, en la estadística. Jaén es la provincia de España en la que más ha subido el número de desempleados, y la única que lo ha hecho dos meses consecutivos, un mazazo que no por esperado lo es menos y que ratifica la insoportable dependencia de la agricultura, del monocultivo del olivar, y la falta de alternativas fuertes para la generación de riqueza y prosperidad. El turismo es una apuesta, pero queda mucho porque llegue a ser la piedra angular que debiera y en la que tanto se ha invertido y se invierte.
Pese a los generalizados mensajes de optimismo que llegan estos últimos meses directamente desde miembros del Ejecutivo central —y que tanto criticaron los sindicatos UGT y CC OO en el Primero de Mayo—, es incuestionable que cada uno de los números esconde detrás a personas con nombres y apellidos, con familias e historias personales que sobrepasan los porcentajes y fríos parámetros estadísticos. El drama solo acabará el día que nadie preste atención a las cifras del paro, porque sea una necesidad básica cubierta y el desempleo algo residual y sin relevancia social. Mientras ese lejano y utópico escenario llega, es preciso no bajar la guardia sobre la máxima de que la creación de empleo sea la prioridad absoluta en todos los gobiernos y a todos los niveles.

    06 may 2014 / 22:00 H.