Historia de la Fuente Nueva de Mancha Real
José María Morillas Mediano desde Mancha Real Las primeras noticias que encontramos de la Fuente Nueva de Mancha Real están impresas en el Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar de Pascual Madoz. Madrid 1845-1850.
25 sep 2013 / 10:19 H.
Nos informa, esta joya histórica, que Mancha Real tiene unas 800 casas, generalmente pobres. Sus calles en número de 9 son espaciosas, tiradas a cordel, muy bien empedradas y llanas, la principal de ellas denominada Maestra. En las afueras, como a unos 20 pasos de las casas, se ve una fuente llamada Nueva situada en el egido de la Concepción, donde hay una ermita de ese nombre y otra fuente llamada de las Pilas, ambas fuentes se surten de agua de un manantial existente en la falda de la sierra llamada Peña del Águila y sitio del Palomar.
A finales de diciembre de 1867, el Ayuntamiento recibe dos instancias firmadas por Juan Máximo Herrera e Ildefonso Calatrava y Contreras respectivamente, para poder conducir el derraman de la fuente de los Dos Caños de la Plaza de la Constitución, que iba al Convento, y desde allí a sus respectivas casas particulares. Para dar este permiso, el Ayuntamiento examinó ambas instancias, resultando estas conclusiones: que el obispado, como consecuencia del Concordato entre la Santa Sede y el Estado, publicado por Ley de 17 de octubre de 1851, otorgó escritura en la ciudad de Jaén a 8 de agosto de 1856, a favor de Juan Máximo Herrera del edificio del Convento de Carmelitas Descalzos de esta villa con todos sus derechos y usos en la cantidad de 20.000 reales rematado en subasta pública el 13 de mayo de 1853.
Resulta que Alfonso Calatrava y Contreras y Enrique Berro, por virtud del Real Decreto de Desamortización de 19 de febrero de 1836, adquirieron por escritura fechada el 16 de diciembre de 1840 en consecuencia de la subasta pública una huerta lindante al extinguido Convento, con 8 celemines de extensión de tierra de primera y segunda clase, con un alberca, árboles frutales, un molino aceitero y un corral; y disfrutando el derramen de la Fuente Nueva y las dos terceras partes de la fuente de los Dos Caños de la Plaza. Estas aguas eran aprovechadas por el convento para uso doméstico y por la antigua fuente del Pilarejo.
La huerta se vendió en 42.000 reales de vellón. El Ayuntamiento concedió estos derrámenes a los nuevos propietarios del convento. En 1912 propone el socialista Barrio Morales “que la plaza de abastos de la calle la Zambra se traslade a la Plaza del Común ya que esta nueva plaza tenía más capacidad y mejores condiciones de salubridad por tener agua próxima en la Fuente Nueva, ermita de la Concepción, inmediata a aquel sitio y las casas protegidas”. En 1915 el concejal socialista Ildefonso Herrera Cobo propone, para dar trabajo a la clase obrera, “ante esta grave situación de crisis, que se empiedren las calles de Tosquilla y Cañadas del Palomar próximas a esta calle y los alrededores de la Fuente Nueva”, y que se dote de ropas y abrigos las camas del hospital. Había traslados de fuentes de un lugar a otro para aprovecharse del derramen de sus aguas. En este sentido el Ayuntamiento ordena trasladar la Fuente Nueva a su lugar primitivo en el Humilladero —donde hoy está—. Alegaba el alcalde que la fuente se trasladó indebidamente a la esquina del convento solo para favorecer al señor Calatrava. El alcalde, Juan José Sánchez González, indaga los motivos del traslado de la fuente. Se investiga el hecho y se aclara que la mudanza se hizo el día 7 de julio de 1879, siendo el alcalde Ildefonso Calatrava López Vadillos y la trasladó para que los derrámenes fueran al convento de San Juan de la Cruz que lo habían convertido en una fábrica de aceite, después de su compra procedente de la Desamortización de Mendizábal.
Antonio Guzmán González era el maestro de obras públicas, el hombre que descubrió los caños ocultos en la tierra del derramen que iban desde la fuente nueva a la alberca de dicha fábrica. Vistos los caños ocultos se procedió al traslado de la fuente a su primitivo lugar, al Humilladero. Como consecuencia de estos traslados, la referida fuente quedó muy dañada, juntas rotas y algún que otro sillar partido en dos mitades. Ahora se está restaurando muy acertadamente, limpiando los sillares de cal y de otras suciedades. Espero que se respeten las lañas de pletina de hierro antiguas y que no se sustituyan por otras nuevas de acero inoxidable o de bronce.
Se debe restablecer el empedrado histórico de la fuente, como así lo podemos comprobar en la propuesta que hizo el socialista Ildefonso Herrera Cobo en 1915 que, para dar trabajo a la clase obrera, pide que se empiedren varias calles y los alrededores de la Fuente Nueva. Al ser fuente abrevadero de ganado, las piedras son más adecuadas que las baldosas por motivos obvios. Si así lo hiciera el Ayuntamiento estaríamos rindiendo un merecido homenaje a estos concejales socialistas que luchaban por el bien de la clase trabajadora y por el ornato de la villa y después recuperaríamos un espacio histórico, fuente de agua y pilar abrevadero, de los más antiguos y emblemático del urbanismo de Mancha Real.