Hectáreas calcinadas
Desde Huesca. Estamos en un momento, otra vez de nuevo, de bastante sequía. Los campos que han tenido tantas pérdidas, en este caso los agricultores. Nadie parece que levante un dedo, para solucionar este entuerto.
No llueve, pero cae piedra que lo destroza todo, los campos y parte de montañas calcinados, y también algunos pueblos. Algunas veces, los campos quemados suelen ser por las extremadas temperaturas de calor, pero la mayor de las circunstancias de un acto nuestro. Al igual que en muchas más cosas, estamos en el monte o cualquier otro sitio, y tiramos una colilla, que a los pocos instantes de haberla lanzado sin mirar y sin pensar, eso se convierte en un fuego que parece imposible que se extinga. Entonces hacen falta personas que lo apaguen, y se encuentren en ese horror, mientras nosotros estamos tan tranquilos, y además también hace falta mucha agua que no tenemos para derrocharla. Eso pasa, cuando se hace de forma inconsciente; pues no digamos, cuando se procura de forma malintencionada. Ahí, ya no sabes qué pensar. Así luego nos quejamos de que los alimentos están caros, que no hay agua en los ríos, en los pantanos, etcétera.
Tenemos que tratar mejor a nuestra querida España, y a todo lo que nos rodea, porque de alguna manera siempre es algo nuestro.
Carmen Bardaji Vidal