¿Hay superaceituneros?

La Inspección de Trabajo busca “súper aceituneros”. Al parecer, deben ser como Supermán, pero en vez de capa llevan una vara, un fardo y tienen una fuerza descomunal. Han de ser héroes asombrosos capaces de cargar millones de kilos de fruto en tan solo unas horas. El subdelegado del Gobierno, Juan Lillo, es rotundo y muy irónico: “Si un agricultor puede coger 20.000 kilos en un día con 3 hombres, queremos saber quiénes son para contratarlos nosotros. Es asombroso”.

15 may 2014 / 22:00 H.


En realidad, los inspectores de trabajo creen que es un cuento. Más bien, sospechan que detrás de la apariencia de “súper aceituneros” hay un fraude. Por eso, llaman a los agricultores. La Inspección contacta con decenas de oleicultores en estos días para revisar su documentación. Los nuevos sistemas informáticos permiten cruzar los datos con tremenda facilidad. Un programa es capaz de ver cuánta aceituna se ha llevado a la almazara un día cualquiera y, a la par, señalar los hombres y las mujeres que estaban dadas de alta durante la jornada. Si hay mucha aceituna en la cooperativa y poca gente en el tajo, solo hay dos explicaciones: o eran súper hombres o súper mujeres las que recolectaban o había personas en el tajo sin contratar, lo que constituye un fraude.
Decenas de agricultores ya han recibido la visita de los inspectores. “A mí me llamaron de la gestoría con una cita con la Inspección de Trabajo. Fui y me preguntaron por los kilos que había entregado ese día en relación a la gente que tenía contratada. Le dije que tenía mucha mecanización y se lo demostré. Afortunadamente, salió bien”, dice un agricultor consultado por este periódico que prefiere no dar su nombre.
El subdelegado del Gobierno afirma que los controles han crecido considerablemente. “Ya tenemos 8 inspectores en vez de 5. Además, los últimos sistemas nos aportan mucha información en relación al número de kilos en la almazara y las altas laborales. No queremos recaudar dinero, sino pelear contra el fraude para que se tengan dados de alta a todos los jornaleros con sus derechos laborales y que no existan engaños ni en jornales ni en prestaciones”, dice Juan Lillo. Asimismo, continúa: “No necesitamos ir al tajo para detectar fraudes. Ahora existen otros sistemas eficaces”. Antes hacía falta visitar los tajos. Ahora, delante del ordenador hay mucha información que revisar. No obstante, se puede dar la circunstancia de que el inspector revise la documentación y se quede con la duda de si son datos reales o corresponden al milagro de los “súper aceituneros”, que esconden fraudes. Puede que no abra expediente sancionador, pero cuidado. Tal vez, el año que viene se le “ocurra” ir a ese tajo para conocer en persona a esos “súper trabajadores”.
Por otro lado, Juan Lillo afirma que los nuevos sistemas también permiten destapar casos de robos de fruto, que no son más que personas que entregan mucha aceituna pese a que tienen pocos olivos.