Hasta siempre

David Cruz López de Torredelcampo
“Para el hermano más grande”

Querido hermano: ¡Qué pronto nos has dejado, con la salud y alegría que rebosabas por los cuatro costados! ¡Qué injusta es la vida! Tenías dos hijos por criar y un futuro lleno de ilusiones. Yo creo que no hay Dios porque, si lo hubiese, no te habrías ido tan pronto.

    21 oct 2012 / 10:10 H.

    ¡Vaya homenaje que te hicieron en el partido de tu Real Jaén! Aunque tú lo verías lo mismo que has ido a verlo por toda España, allá donde haya jugado y sin importarte tener que trabajar al día siguiente, ahí estabas tú, porque no he conocido persona más trabajadora que soltara su camión después de diez horas diarias y cogieras los fines de semana los trailers para ir donde hiciera falta. Acuérdate del viaje que nos pegamos a Tordera, 25 horas de viaje sin parar y, aun así, nos faltaba carretera.
    En el trayecto, nuestro Real Madrid metió el gol cuando subíamos por Almuradiel y ganamos la Copa del Rey. Era Miércoles Santo. Nuestros trabajos y el hecho de que  vivieras en Torredelcampo no nos ha ayudado a disfrutar más como hermanos, pero me quedo con lo vivido juntos, que no es poco.
    Nene, te tengo presente a diario. Todos estamos muy mal por tu pérdida, pero lo tenemos que superar como podamos para que entre todos saquemos adelante a las dos florecillas que nos has dejado. A partir de ahora le temo menos a la muerte, porque sé que, algún día, me volveré a juntar contigo y seguiremos conduciendo para recorrernos todo el cielo. Cuida de nosotros hermano. Nunca te olvidaremos ninguno de la familia. Hasta pronto, hermano.
    Por José Cruz López,
    de Jaén.


    José Simón Mata de Jaén
    “Se nos ha ido un amigo y un gran rociero”

    Efectivamente, así ha sido. Algo se nos ha roto en el alma cuando este amigo se nos ha ido. Y no tenemos por menos que pluralizar porque José Simón Mata, que es de quien pretendemos hablar, tuvo que tener en vida cientos de amigos. ¿Cientos?, por miles los tuvo que contar, no solo en su vida personal y profesional, sino en todo el entorno rociero de Jaén y provincia, incluso en la Hermandad Matriz de Almonte y en la Aldea del Rocío. Por si fuera poco, era un gran aficionado a la caza. En todos los círculos y ambientes que frecuentaba, además de muy conocido, contaba con algo mucho más importante: con el reconocimiento de quien tenía alguna relación o contacto con él.
    Pepe Simón, como le nombrábamos todos los que llevamos como icono de nuestras vidas a la Blanca Paloma, a la Santísima Virgen del Rocío, ha sido tan devoto, tan amante de la Señora, tan de su Virgen del Rocío que, seguramente, Ella ha querido tenerlo más cerca y se lo ha llevado a su lado, allá en las marismas del cielo.
    Él, antes, vivió intensamente, junto a su familia, todas las vivencias que lleva  consigo el ser hermano de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Jaén y, por si fuera poco, junto a su esposa Mariola, tuvieron el honor de ser hermanos mayores de la romería 2001-2002.
     Durante el periodo que va de 2005 a 2007, como presidente de la hermandad, dirigió los destinos de la misma, coincidiendo con la celebración del 25 Aniversario de la Hermandad del Rocío de Jaén. Ese emblemático año, rodeado de su junta de gobierno, poniéndose al frente de la misma, fue capaz de desarrollar un amplio y ambicioso programa de actividades religiosas y litúrgicas como, también, numerosos acontecimientos sociales y lúdicos. El año 2007 quedó para Pepe Simón y para su Hermandad del Rocío como un año pleno de satisfacciones y de logros.       
      Por todo ello, allá por donde transcurrió su vida, y más la rociera, fue dejando su sello y estela de hombre de bien, serio y formal donde lo hubiese. Creyente y ejemplo para los que lo tratábamos y teníamos el honor de contar con su amistad. ¡Cuántos caminos! ¡Cuántos momentos plenos de emoción al encontrarnos frente a Ella en su ermita de El Rocío! ¡Cuántas reflexiones acerca de nuestra hermandad!
    Ahora, solo nos queda el consuelo de que, estando a su lado, interceda ante Ella por todos nosotros hasta el día que nos volvamos a ver.
    Descasa en paz Pepe y que la Santísima Vírgen te acoja en su seno.
    Nosotros, tus amigos rocieros, quedamos aquí con luto en nuestros corazones y algo roto en el alma.


    Por Miguel Peragón y demás amigos rocieros,
    de Jaén


    Juan Arroyo gabaldónde Jaén
    “A mi padre: Una persona maravillosa”

    Apenas hace un mes que te fuiste y aún no me lo creo, miro tu foto y mis ojos se llenan de lágrimas, te echo mucho de menos. Fue todo tan deprisa... Pero, aun así, me queda la gran satisfacción de haberme podido despedir de ti. De que en los últimos minutos, cuando los médicos nos dijeron que te ibas, pudiese abrazarte y decirte lo mucho que te quería. Espero que me escucharas y desde el cielo cumplas el último deseo que te pedí…. No lo olvides.
    Aunque el dolor por tu ausencia me ahoga, tu recuerdo me da fuerzas, fuerzas para cuidar de ¨mamᨠy darle ánimos, pues te echa mucho de menos. Fuerza para decirles a tus nietos que, aunque tú ya no estás aquí los estas cuidando desde el cielo y que aunque no te vean, tú sigues cerca de ellos, fuerzas para sonreír aun en los momentos difíciles… Pues sé que te gustaba mi risa.
    Gracias por haber sido mi padre, me siento orgullosa y afortunada porque he tenido el mejor padre del mundo, que aparte de ser buen padre, marido y abuelo, era la mejor persona que jamás he conocido, amigo de tus amigos, nunca hiciste daño a nadie y tu corazón era tan grande que no te cogía en el pecho.
    Ahora descansa y no te preocupes por mamá, la estamos cuidando. Te quiero.

    Por tu hija Teresa Arroyo Lara,
    de Jaén


    Lucía Barranco sánchezde Jaén
    Un poema para Luci “In memoriam”


    Mi querida Luci
    pasaste por el mundo
    sin apenas rozarlo con tus finas alas.
    Quisiste tanto a los tuyos
    que el corazón se te henchía
    y saltaba de gozo.
    Siempre con tu tenue sonrisa clara y sincera.
    Te quisimos tanto los que tuvimos
    la suerte de conocerte,
    que nos dejas el alma rota de dolor.
    Pero no hay que ser egoístas,
    y dejarte que busques la paz
    en otros horizontes.
    Fuiste dulce y sencilla
    como flor nacida entre trigales,
    siendo buena hija, buena hermana
    y un hada madrina para tus sobrinos.
    Luci, siempre estarás en nuestros recuerdos
    y en el aire limpio que respiremos.
    Tu partida de esta tierra
    no romperá nunca la simbiosis de amor
    que creaste con tu ternura.
    Vuela alto, pero no mucho
    para poder seguir viéndote
    en el guiño de una estrella.

    Con todo el cariño.

    Por Antonia Mingorance Caballero,
    de Jaén


    José Cantero Rueda de Jaén
    “Nos haces mucha falta”

    Querido hermano, cuando se va a celebrar el cuarto aniversario de tu marcha, siento la necesidad de expresar mis sentimientos. Gracias a estas páginas que nos ofrece Diario JAEN puedo hacerlo, gritar en silencio cuanto quiero a “mi hermanico de mi alma”, que es como cariñosamente me refiero a ti, porque, aunque el tiempo va pasando, las cosas siguen igual. Te necesitamos mucho, se nota tu ausencia. Cuando nos juntamos todos faltas tú y eso nos entristece mucho, porque tú eras muy especial, ponías esa chispa que ahora tanto añoramos. Aunque espiritualmente tú estás con nosotros, yo siento que estás a mi lado en mis penas, alegrías y cuando alcanzo alguno de mis logros.
    Este verano fuimos a una actuación de la hija de tu amigo Mario y fue muy emotiva, sobre todo cuando en el escenario y mirando hacia arriba dijo: “Va por Pepe Cantero”. No sabes cuánto nos emocionó; por cierto, estuvo de lujo. Ya ves, la vida continúa y nosotros hacemos lo posible por estar bien, sabemos que es lo que tú quieres y nosotros lo necesitamos, pero nunca jamás te vamos a olvidar ni podemos ni queremos.
    ¡Cuánto te queremos, Pepe!
    A veces pienso que te has perdido muchas cosas de la vida, pero otras pienso que es la vida la que se pierde muchas cosas tuyas, tu bondad, generosidad y humildad, porque qué feliz eras con poca cosa. No imaginas lo que daríamos para que volvieses un solo día, nos dieses un último beso, un último abrazo, tus últimas palabras, tu última sonrisa y con eso quedarnos. También se va a celebrar el primer aniversario del fallecimiento de nuestro querido cuñado Pepe. Imagino que ya os habéis encontrado, pues entre los dos seguís mandándonos fuerza, hasta que llegue el día de volver a estar juntos otra vez. Nunca os olvidaremos, descansad en paz.
    Tu familia...
    Por Mari Sol Cantero Rueda, de Jaén

    JUan María Bustamante Torres de Peñolite (Puente de Génave)
    “Pasaste por este mundo sin llamar la atención”

    Un buen amigo me ha ofrecido la oportunidad de escribir unos renglones que sirvieran de recordatorio, hoy, para alguien apreciado por mí. Inmediatamente después de escuchar la proposición, la imagen de tu persona invadió mi mente.
    Con frecuencia salgo a pasear por las calles del pueblo y eso me encanta, me agrada hacerlo a deshoras, de tal modo que el silencio reina por todos los rincones. Eso me sirve para concentrar mis pensamientos, saborear la calma y dejar que los recuerdos fluyan.
    En una comunidad tan pequeña como es la nuestra, no es difícil pasar mucho tiempo sin encontrar algo o alguien que te haga recordar cosas del pasado. En mis frecuentes paseos suelo pasar por la era Tobilla y me detengo delante de tu casa. Por unos instantes observo cómo se van demacrando las cosas. Con el paso del tiempo y el abandono siempre se acelera el proceso. ¡Que pena!
    En ocasiones subo a los huertos del Tobazo y, al pasar por la alberca del “Chorrillo”, todo está muy diferente de cuando tú cuidabas el lugar. Los zarzales han invadido la totalidad del huerto, los higos se caen, pues nadie los coge y el nogal un tanto de lo mismo. Lamentablemente, cada día que pasa quedan menos hortelanos genuinos y tú eras uno de ellos.
    El tiempo gira demasiado deprisa y parece que fue ayer cuando aún estabas entre nosotros, cuando en la plaza relatabas alguna de tus aventuras a un grupo de amigos. Yo recuerdo bien la aventura tan fascinante que viviste el día que aprobaste el carné de conducir; para mí era la más graciosa. Te echamos mucho de menos, pero… sé que estarás en un lugar de privilegio allá, en la gloria, como toda la buena gente. 
    Tú jamás hiciste mal a nadie y pasaste por este mundo sin llamar la atención, pero cumpliendo con las ordenanzas de la buena conducta.
    Cuando estuviste en la residencia de Villanueva no fui a verte y lo siento. Además, en el día de tu último adiós, tampoco me fue posible asistir. Ya sé que no estoy en deuda contigo, pero después de escribir estas líneas me siento mucho mejor. De cualquier manera mi deseo es que este obituario sirva para que, aunque solo sea por un corto espacio de tiempo, vuelvas entre nosotros y así todos los que te queríamos podamos verte, aunque solo sea en los recuerdos. Descansa en paz.
    Un abrazo de tus hijos y de este que lo es.

    Por Sebastián Bustamante Sánchez,
    de Peñolite


    Isabel María López Fernández de Torreperogil
    “Además de abuela, fue una madre para mí”

    Dicen que los recuerdos son, en muchas ocasiones, como las fotografías, terminan llenando los cajones de la mente de buenos recuerdos, para mí ella, además de abuela, fue una madre.
    Su cariño desde pequeño cuando pasaba largas temporadas al abrigo de ella y mama Julia gamberreando por el parque y el campo no lo olvidaré jamás. Aun cuando el aroma de las “manjavanillas” envuelve alguna reunión familiar o de amigos, revolotean por mi mente las mañanas de invierno cuando me despertaba con un buen plato de este manjar que tanto me gustaba. Fuiste en vida todo lo que una buena mujer pudo ser, has querido a tus hijos como nadie y tus nietos y nietas te hemos sentido siempre muy cerca de nosotros, con nuestras decisiones y nuestras vidas que siempre has apoyado.
    Donde Torreperogil se funde con el campo, en esa avenida de Cazorla que tanto nos ha visto jugar, reír,  llorar, donde tantas veces hemos disfrutado de tu compañía, donde siempre hemos estado juntos a tu lado, siempre será a su paso, el lugar donde te sentimos muy cerca, muy viva.
    Cada día que pasa te echamos más de menos, cada día que nos faltas te queremos más, todos tus hijos, hijas, nietos y nietas y tu biznieto, que no pudiste ver, te vamos a echar mucho de menos…


    Por Antonio Rosillo Martínez,
    de Torreperogil