Hasta siempre
Francisco Troyano Díaz, de Jaén
'El maestro... El abuelo'
Querido Paco, es difícil empezar una carta describiendo lo que tú has sido para nosotros, porque, a veces, no se puede describir a una persona con palabras, hay que conocerla como nosotros te hemos conocido a ti.
Desde que te conozco, hace ya catorce años, descubrí un hombre generoso, honrado, trabajador, cariñoso, humilde, amigo de sus amigos, amante de su familia y un largo etcétera de adjetivos que formaban parte de ti… sólo de ti.
Te has ido rápido Paco. A ti que te gustaba hacer las cosas despacio y bien hechas, nos ha faltado tiempo para asimilar tu muerte, tu ausencia, la que compensaremos con tu recuerdo, ese que siempre vamos a llevar en nuestro corazón.
No pasará un día en que no nos acordemos de ti…
Querido Paco, abuelo, maestro, nuestro maestro… Allá donde estés, que seas tan feliz como lo fuiste aquí, junto a nosotros. Ya estás con Nuestro Padre Jesús como tu querías. Siempre en nuestros corazones. “Buen viaje amigo del alma. Sé que en tu cambio de plano tú sales ganando. Pero los que nos quedamos sin ti perdemos a un gran ser,
amigo, marido, padre, abuelo, yerno. Francisco, gracias por todo el amor y amistad. Nunca te vamos a olvidar, siempre has sido libre, pero hoy ya estás volando. Buen viaje” (K. C). Por María Aguila Zúcar, de Jaén
Luis de Abril Lozano, de Alcalá la Real
Fue un gran impulsor de la economía local
Con el paso del tiempo se hace merecido un recuerdo y homenaje a una persona que forma parte de la historia de alcalá durante, prácticamente, todo el siglo XX, debido a su longevidad. Se trata de Luis de Abril Lozano que nació en Alcalá la Real el 23 de octubre de 1887. Hijo de Rafael Abril y León y Justa Lozano Alcalá-Zamora, hermano de Justa, Aurora, Rafael, María y Gonzalo. Ejerció de concejal del Ayuntamiento alcalaíno en los primeros años del siglo XX sin llegar a ser vocacionalmente político ni alcalde como lo fue su hermano Rafael, que murió muy joven, el 12 de diciembre de 1912, y al que sustituyó en la Corporación Municipal desde 1914 hasta 1916. Pero parece que su paso por la política fue más bien fruto de las circunstancias. Hasta el tercer decenio del siglo XX compartió la vivienda familiar de la calle Miguel de Cervantes. Y posteriormente se casó con la granadina Gumersinda Fernández Figares, con la que tuvo varios hijos, y ocupó la remozada vivienda del Exconvento de Capuchinos. Entre sus actuaciones políticas destacaron, en julio de 1914, la propuesta de nombrar hijo predilecto de la ciudad al cronista Antonio Guardia Castellano y darle el nombre de Guardia Castellano a la calle Gala, con motivo de la publicación del libro “Leyendas y Notas para la historia de Alcalá la Real”, que gozó de los mejores aplausos y apoyo de las autoridades del momento. Sus primeras gestiones se encuadraron más en la administración de la hacienda familiar y abogacía que en la política local, al mismo tiempo que practicó el deporte de la caza en muchas ocasiones con gran pasión.
Cuando era joven, escribía poéticamente el cronista Guardia Castellano con motivo de la fiesta de inauguración de la empresa y garaje de la Unión 13 de junio de 1916, en la que ejercía de empresario: “Buen jinete y buena estampa,/ justo ecuánime, sereno,/ dueño de sí y con gran calma/(pues diz que nunca este niño/ Suele correrse por nada)./ Destocado de sombrero, cordobés de rectas alas, / cogió en el aire la llave/ que el echó la mano blanca./ Bien mocito, así me gusta!/ Eso es tener vista y maña/ A ver si también al vuelo/ te vemos coger el acta. / Ya es diputado Luisito/ en Cortes de la Nación./ Siguiendo la tradición/ de su progenie, a ellas va/ por nuestro heraldo; el sabrá/ haciendo honor a su historia,/ velar por la ejecutoria/ de los hijos de Alcalá./ Yo acuso a don Luis Abril,/ mozo robusto y viril,/ de hidalgo y recio solar,/ de dejarse cercenar/ por algún Fígaro vil,/ el ornato capilar/ de su rostro varonil./ ¿Qué queda de aquel edil/ de férrea musculatura/ recia y fuerte contextura/ y noble y gentil talante?/ La cara boba de un cura/ sobre un tronco de un gigante./ Vive Dios, que no me explica/ Cómo ha podido este chico/ tan ecuánime y juicioso,/ cercenarse de raya/ este atributo valioso/ que brota fino y sedoso/ debajo de la nariz./ Luisito, el santo varón,/ con modales de educando/ y de tan casta intención/ e impoluto corazón,/ que si alguna tentación/ del torpe pecar infando/ le asalta de vez en cuando,/ como el pobre es tan buenón/ las suele matar callando, empresario de la unión/. Como empresario, compartía el espíritu de un tiempo en el que comenzaron a nacer algunas nuevas industrias derivadas del textil, orujeras, jabón, alcoholes y de índole agropecuaria, aunque la ciudad se mantuvo con un gran predominio agrícola frente a los otros sectores industriales y comerciales. Por estos años, se multiplicaron en gran número los molinos de aceite. También nacieron algunas industrias de alcoholes, como las de la familia Garnica. Incluso, en lo cultural tuvo lugar el hecho de que se inaugurara el teatro el 9 de noviembre de 1916 y compartió con el resto de los munícipes el nombramiento de su padre, Rafael Abril, como senador real, acontecimiento celebrado festivamente . A los miembros de la familia Abril, los consideraban como la base de su elemental y seguro apoyo en la recuperación económica de los nuevos tiempos. El 8 de octubre de 1929 murió su padre, Rafael Abril, lo que le debió romper más las ataduras que lánguidamente mantenía con el partido conservador. Tras la Guerra Civil, Luis Abril, retirado de la vida pública, se dedicó a un negocios y mantuvo siempre su talante de cumplir con las órdenes ministeriales. Sufrió en sus propias carnes el secuestro de un hijo por parte de las gentes de la Sierra. En los últimos años de su vida, no perdió su espíritu emprendedor siendo empresario del Hotel de los Tres Amigos, que dio una proyección nueva al sector servicios de la ciudad, al mismo tiempo que logró desarrollar un área urbanística del centro por la Huerta de Capuchinos demostrando un espíritu colaborador a la hora de la gestión del suelo. Murió, ya longevo, bien entrada la democracia. Por Francisco Martín Rosales, Alcalá la Real
Juan José Pérez Campillo, de Jaén
'Gracias por querernos y ayudarnos tanto'
Me parece que fue ayer cuando te marchaste pero hace ya un año de esa fatídica fecha del 25 de septiembre de 2009. Estoy muy triste y emocionada y no sé sí podré expresar, en un frío papel, mi profundo sentimiento.
Nos enorgullece haber tenido un padre excepcional. Para nosotros, el mejor del mundo. Gracias, papá por tu optimismo. Incluso cuando faltaban dos horas para dejarnos Francisco te preguntó: ¿Papá no te pasará nada? y tu le respondiste: “Hijo mío no te preocupes, qué me va a pasar”.
Gracias, papá por apoyarnos y ayudarnos moral y económicamente. ¿Te acuerdas cuando nos decías: “Hijos míos no os preocupéis. Mientras yo viva, no os faltará de nada”. Ahora que te has ido nos sentimos solos, huérfanos, vacíos.
Gracias, por querer tanto a mamá. Desde que ella se fue, tú ya no fuiste el mismo. Jamás hemos visto un amor y un cariño tan puro y sincero hacia tu “santa” como a ti te gustaba llamarla.
Gracias, papá, por querer tanto a tus nietos, Aurorita y Gelete. Ya Aurorita no podrá jugar más con su abuelito, a los monstruos, al parchís, al dominó, al escondite... Ni Gelete podrá tirarte de tu corbata. ¿Te acuerdas cuándo Aurorita te preparaba todos los utensilios para asearte? No te preocupes, pues siempre les seguiremos hablando de ti para que nunca te olviden.
Gracias, papá, por ser un sanitario vocacional. Nunca olvidaremos la magia para curar de tus manos, esa forma tan especial que tenías de lavártelas. Eran las manos más bonitas del mundo.
Gracias, papá por ser un cristiano de primera y habernos transmitido e inculcado todos los valores necesarios para amar a Dios y a su santísima Madre.
Gracias, papá por ser el señor más elegante del mundo y ser un caballero de la cabeza a los pies. Siempre vestido con tu traje y tu corbata, incluso en el momento de tu muerte.
Tú siempre nos decías “gracias” por todo sin merecerlo. Ahora, papá, nosotros te lo decimos delante de todos gracias a ti por todo, siempre.
Papá, te hemos querido mucho, te queremos mucho y jamás te olvidaremos. Ruega, junto con mamá, por nosotros y no nos dejes nunca. Por Aurora Pérez Quesada, de Jaén
Diego Almagro Montiel, de Jimena
'No tenemos palabras para agradecer tu esfuerzo'
La peña madridista La Graja, del municipio de Jimena (Jaén), quiere hacer llegar a la toda la familia madridista en general, y a la familia de Diego Almagro en particular, nuestro dolor, rabia y desconsuelo por la muerte tan temprana e innecesaria de nuestro amigo y presidente, Diego Almagro Montiel, el pasado 27 de junio.
Sentimos profundamente tu pérdida, aunque nuestro dolor y recuerdo quedará siempre unido al de tu familia, pero te prometemos continuar con tu legado.
Diego, no tenemos palabras para agradecerte el esfuerzo, dedicación y amor que siempre pusiste a disposición de esta peña madridista, y de ese gran club de fútbol que es el Real Madrid de tus amores.
Alejandra, las lágrimas no se nos secan, y sabemos que allá dónde esté tu querido Diego estará tu corazón. También sabemos que allá donde estés tú, Alejandra, estará presente nuestro buen amigo. Gracias, por dejarnos compartir contigo su vida y ahora su recuerdo. En nuestra sede social siempre estará presente el latir de su corazón y la expresión de su bondad. Adiós Diego, gracias por haber existido y hasta siempre. Por Francisco Alameda López, de la junta directiva de la Peña Madridista La Graja, de Jimena.
Gines López Gómez, de Úbeda
'Otro año más que pasa sin tu presencia'
Mi amor, ya ha pasado casi otro año, otro año más sin ti, otro año con sus trescientos sesenta y cinco días y con sus trescientas sesenta y cinco noches (¡que vacío!). Sé de sobra que no es lo que tú quieres para los que nos quedamos aquí, cuando te fuiste, pero es tan grande el vacío que me has dejado, un vacío intenso y profundo como el pozo más negro.
A pesar de todo, todos seguimos haciendo nuestra vida (sé que tú quieres, que sea así) aunque cuesta y no sabes cómo, pero la vida sigue, aunque no nos guste.
Nuestras hijas, tu pitufina Dory, ya más cerca de aquí, en una tierra que tanto apreciabas (Manzanares), emprendiendo una nueva etapa profesional, con centro de trabajo nuevo, nuevos compañeros, y también una etapa nueva vital junto a Javi, un gallego que seguro te gustaría porque —lo más importante—, sabe hacerla feliz, ¡qué orgulloso estarás de ella!
Y la mayor, tu Isabel María, siguiendo con su pelu (ese negocio que entre los dos levantasteis), capeando la crisis como puede, y con tu ayuda, sin ella no habría podido (han sido tiempos duros), sobre todo por tu ausencia. Y además, empezando su nuevo proyecto de vida, tarea en la que sé y estoy segura de que le ayudarás, para que su vida sea tan feliz como la nuestra juntos, basada en el amor y en el respeto. Sé que también estarás tan orgulloso de ella, como siempre. (Lo hemos hecho bien, ¿verdad?).
El día de la boda todos te echábamos de menos (lo viste), aunque notábamos tu presencia entre nosotros. Tu hermano la llevó del brazo (¡cómo se lo agradezco!), aunque todos te veíamos a ti, tú eras quien realmente la llevó al altar y se la entregó al que hoy es su marido, Noni, un hombre bueno, que tú sabes que la puede hacer feliz (ya le diste tu aprobación antes de irte). ¡Qué decirte de tu hermano y de Isa! (sé que siempre la has visto como mucho más que tu cuñada), han sido los dos, el mejor apoyo tanto para nosotras como para la abuela. ¡Qué orgulloso te tienes que sentir de ellos también! Tu cuñada Lola, tus sobrinas, María Belén, Almudena y Luisa María, todas hicieron una piña en torno a nosotras para que no fuera tan grande ese vacío. Ese día estaban todos allí, nuestros queridos vecinos, tus compañeros de trabajo, los amigos que jamás habían ido de boda, pero para eso estaba nuestra Nieves. Lo organizó para que no faltara ninguno: Pepa y Luis, a pesar de las circunstancias por las que están pasando, hasta vino Elena de Torremolinos, con su Diego, seguro que habríais tenido largas conversaciones de política, seguro. Todos estaban con nosotras ese día, todos quisieron con su cariño devolverte un poco de todo lo que tú les diste a ellos, mientras estabas aquí.
Y de mí, qué digo de mí. Te sigo echando de menos, más de lo que nunca imaginé que pudiera soportar, ¡cómo no echarte de menos! Me faltan: tu cariño, tus manos, tu sonrisa, todo tú, pero sé que tú quieres que siga adelante, aunque este vacío no pueda llenarlo nunca, aunque sepa que siempre estás y estarás conmigo y además para eso me has mandado esos ángeles de la guarda que (seguro que me los has mandado tú), como Fran y Rafa. Aunque ya no nos vemos a diario como antes —por fin me saqué el carne de conducir como querías—, sigue teniendo ese sexto sentido para reaparecer en mi vida cuando lo necesito, cuando peor estoy, me lo encuentro o me manda un mensaje. No sabes cuánto me sigue ayudando, aunque no hablemos (él no se lo cree), pero saber de él me da tranquilidad. Y Rafa (te acuerdas, ¿verdad?) sé que eres tú quien ha propiciado nuestro reencuentro después de 30 años, y ahora intentamos compartir la soledad y así hacerla más llevadera. Por lo tanto no te preocupes por mí, seguiré adelante cogida de tu mano (como siempre). Y en mi corazón no morirás nunca. Te quiero. Por Dory Sotos Garrido.
Manuel Ardoy Medina, de Beas de Segura
“Segura se quedó huérfana”
En el tercer aniversario del fallecimiento del médico Manuel Ardoy Medina, la Asociación Cultural Española de Cabañuelas y Astrometeorología le recuerda: “Aún no nos habíamos recuperado de la muerte de nuestro presidente, Manuel Plaza García, fallecido el 5 de septiembre de 2007, cuando el 8 de este mismo mes, otro de los veteranos de nuestra asociación, Manuel Ardoy Medina, sufrió un ictus cerebral, diagnosticado como irreversible y letal. El día 25, demostrando una enorme resistencia física, fallecía nuestro entrañable amigo, organizador del Congreso de Cabañuelas y Astrometeorología en Beas de Segura en octubre de 2005, localidad donde ejerció de médico y de la que fue alcalde durante muchos años. Bajo su mandato, el municipio obtuvo el primer Premio Nacional de Turismo de Embellecimiento de Pueblos Españoles.
No nos puede extrañar que Manuel gozase del raro privilegio de haber visto en vida cómo una de las calles de Beas llevaba —y sigue llevando— su propio nombre, después de haber conocido su entrega y generosidad con todos los que tuvimos la fortuna de asistir a aquel Congreso. Beas perdió a uno de sus hijos más distinguidos, la familia a su cabeza y la Asociación Cultural Española de Cabañuelas y Astrometeorología (Aceca) a uno de sus miembros más destacados.
Manuel Ardoy, pese a la edad y los últimos achaques, se encontraba lleno de ilusión por organizar el próximo Congreso de Cabañuelas y Astrometeorología en Granada, para la festividad de Corpus de 2008. Él ya no pudo estar físicamente, pero su idea siguió adelante. Antonio Baquero, con quien compartía este proyecto, tomó las riendas. La idea y la ilusión de ambos revertirá en seguir dando a conocer estos viejos tesoros de la Meteorología Empírica Española y de la Astrometeorología. Se nos fue otro amigo en pocos días. Fue un duro golpe para todos nosotros, pero nos llena de fuerzas vernos capaces de seguir vuestro camino. Descansa en paz, Manuel Ardoy Medina. Queremos tener un recuerdo para toda la familia, y para todos los miembros de la asociación, ánimos para continuar adelante. Seguro que vamos a contar con vosotros desde la otra orilla del mundo. Por José Luis Pascual Blázquez
Querido Paco, es difícil empezar una carta describiendo lo que tú has sido para nosotros, porque, a veces, no se puede describir a una persona con palabras, hay que conocerla como nosotros te hemos conocido a ti.
Desde que te conozco, hace ya catorce años, descubrí un hombre generoso, honrado, trabajador, cariñoso, humilde, amigo de sus amigos, amante de su familia y un largo etcétera de adjetivos que formaban parte de ti… sólo de ti.
Te has ido rápido Paco. A ti que te gustaba hacer las cosas despacio y bien hechas, nos ha faltado tiempo para asimilar tu muerte, tu ausencia, la que compensaremos con tu recuerdo, ese que siempre vamos a llevar en nuestro corazón.
No pasará un día en que no nos acordemos de ti…
Querido Paco, abuelo, maestro, nuestro maestro… Allá donde estés, que seas tan feliz como lo fuiste aquí, junto a nosotros. Ya estás con Nuestro Padre Jesús como tu querías. Siempre en nuestros corazones. “Buen viaje amigo del alma. Sé que en tu cambio de plano tú sales ganando. Pero los que nos quedamos sin ti perdemos a un gran ser,
amigo, marido, padre, abuelo, yerno. Francisco, gracias por todo el amor y amistad. Nunca te vamos a olvidar, siempre has sido libre, pero hoy ya estás volando. Buen viaje” (K. C). Por María Aguila Zúcar, de Jaén
Con el paso del tiempo se hace merecido un recuerdo y homenaje a una persona que forma parte de la historia de alcalá durante, prácticamente, todo el siglo XX, debido a su longevidad. Se trata de Luis de Abril Lozano que nació en Alcalá la Real el 23 de octubre de 1887. Hijo de Rafael Abril y León y Justa Lozano Alcalá-Zamora, hermano de Justa, Aurora, Rafael, María y Gonzalo. Ejerció de concejal del Ayuntamiento alcalaíno en los primeros años del siglo XX sin llegar a ser vocacionalmente político ni alcalde como lo fue su hermano Rafael, que murió muy joven, el 12 de diciembre de 1912, y al que sustituyó en la Corporación Municipal desde 1914 hasta 1916. Pero parece que su paso por la política fue más bien fruto de las circunstancias. Hasta el tercer decenio del siglo XX compartió la vivienda familiar de la calle Miguel de Cervantes. Y posteriormente se casó con la granadina Gumersinda Fernández Figares, con la que tuvo varios hijos, y ocupó la remozada vivienda del Exconvento de Capuchinos. Entre sus actuaciones políticas destacaron, en julio de 1914, la propuesta de nombrar hijo predilecto de la ciudad al cronista Antonio Guardia Castellano y darle el nombre de Guardia Castellano a la calle Gala, con motivo de la publicación del libro “Leyendas y Notas para la historia de Alcalá la Real”, que gozó de los mejores aplausos y apoyo de las autoridades del momento. Sus primeras gestiones se encuadraron más en la administración de la hacienda familiar y abogacía que en la política local, al mismo tiempo que practicó el deporte de la caza en muchas ocasiones con gran pasión.
Cuando era joven, escribía poéticamente el cronista Guardia Castellano con motivo de la fiesta de inauguración de la empresa y garaje de la Unión 13 de junio de 1916, en la que ejercía de empresario: “Buen jinete y buena estampa,/ justo ecuánime, sereno,/ dueño de sí y con gran calma/(pues diz que nunca este niño/ Suele correrse por nada)./ Destocado de sombrero, cordobés de rectas alas, / cogió en el aire la llave/ que el echó la mano blanca./ Bien mocito, así me gusta!/ Eso es tener vista y maña/ A ver si también al vuelo/ te vemos coger el acta. / Ya es diputado Luisito/ en Cortes de la Nación./ Siguiendo la tradición/ de su progenie, a ellas va/ por nuestro heraldo; el sabrá/ haciendo honor a su historia,/ velar por la ejecutoria/ de los hijos de Alcalá./ Yo acuso a don Luis Abril,/ mozo robusto y viril,/ de hidalgo y recio solar,/ de dejarse cercenar/ por algún Fígaro vil,/ el ornato capilar/ de su rostro varonil./ ¿Qué queda de aquel edil/ de férrea musculatura/ recia y fuerte contextura/ y noble y gentil talante?/ La cara boba de un cura/ sobre un tronco de un gigante./ Vive Dios, que no me explica/ Cómo ha podido este chico/ tan ecuánime y juicioso,/ cercenarse de raya/ este atributo valioso/ que brota fino y sedoso/ debajo de la nariz./ Luisito, el santo varón,/ con modales de educando/ y de tan casta intención/ e impoluto corazón,/ que si alguna tentación/ del torpe pecar infando/ le asalta de vez en cuando,/ como el pobre es tan buenón/ las suele matar callando, empresario de la unión/. Como empresario, compartía el espíritu de un tiempo en el que comenzaron a nacer algunas nuevas industrias derivadas del textil, orujeras, jabón, alcoholes y de índole agropecuaria, aunque la ciudad se mantuvo con un gran predominio agrícola frente a los otros sectores industriales y comerciales. Por estos años, se multiplicaron en gran número los molinos de aceite. También nacieron algunas industrias de alcoholes, como las de la familia Garnica. Incluso, en lo cultural tuvo lugar el hecho de que se inaugurara el teatro el 9 de noviembre de 1916 y compartió con el resto de los munícipes el nombramiento de su padre, Rafael Abril, como senador real, acontecimiento celebrado festivamente . A los miembros de la familia Abril, los consideraban como la base de su elemental y seguro apoyo en la recuperación económica de los nuevos tiempos. El 8 de octubre de 1929 murió su padre, Rafael Abril, lo que le debió romper más las ataduras que lánguidamente mantenía con el partido conservador. Tras la Guerra Civil, Luis Abril, retirado de la vida pública, se dedicó a un negocios y mantuvo siempre su talante de cumplir con las órdenes ministeriales. Sufrió en sus propias carnes el secuestro de un hijo por parte de las gentes de la Sierra. En los últimos años de su vida, no perdió su espíritu emprendedor siendo empresario del Hotel de los Tres Amigos, que dio una proyección nueva al sector servicios de la ciudad, al mismo tiempo que logró desarrollar un área urbanística del centro por la Huerta de Capuchinos demostrando un espíritu colaborador a la hora de la gestión del suelo. Murió, ya longevo, bien entrada la democracia. Por Francisco Martín Rosales, Alcalá la Real
Me parece que fue ayer cuando te marchaste pero hace ya un año de esa fatídica fecha del 25 de septiembre de 2009. Estoy muy triste y emocionada y no sé sí podré expresar, en un frío papel, mi profundo sentimiento.
Nos enorgullece haber tenido un padre excepcional. Para nosotros, el mejor del mundo. Gracias, papá por tu optimismo. Incluso cuando faltaban dos horas para dejarnos Francisco te preguntó: ¿Papá no te pasará nada? y tu le respondiste: “Hijo mío no te preocupes, qué me va a pasar”.
Gracias, papá por apoyarnos y ayudarnos moral y económicamente. ¿Te acuerdas cuando nos decías: “Hijos míos no os preocupéis. Mientras yo viva, no os faltará de nada”. Ahora que te has ido nos sentimos solos, huérfanos, vacíos.
Gracias, por querer tanto a mamá. Desde que ella se fue, tú ya no fuiste el mismo. Jamás hemos visto un amor y un cariño tan puro y sincero hacia tu “santa” como a ti te gustaba llamarla.
Gracias, papá, por querer tanto a tus nietos, Aurorita y Gelete. Ya Aurorita no podrá jugar más con su abuelito, a los monstruos, al parchís, al dominó, al escondite... Ni Gelete podrá tirarte de tu corbata. ¿Te acuerdas cuándo Aurorita te preparaba todos los utensilios para asearte? No te preocupes, pues siempre les seguiremos hablando de ti para que nunca te olviden.
Gracias, papá, por ser un sanitario vocacional. Nunca olvidaremos la magia para curar de tus manos, esa forma tan especial que tenías de lavártelas. Eran las manos más bonitas del mundo.
Gracias, papá por ser un cristiano de primera y habernos transmitido e inculcado todos los valores necesarios para amar a Dios y a su santísima Madre.
Gracias, papá por ser el señor más elegante del mundo y ser un caballero de la cabeza a los pies. Siempre vestido con tu traje y tu corbata, incluso en el momento de tu muerte.
Tú siempre nos decías “gracias” por todo sin merecerlo. Ahora, papá, nosotros te lo decimos delante de todos gracias a ti por todo, siempre.
Papá, te hemos querido mucho, te queremos mucho y jamás te olvidaremos. Ruega, junto con mamá, por nosotros y no nos dejes nunca. Por Aurora Pérez Quesada, de Jaén
La peña madridista La Graja, del municipio de Jimena (Jaén), quiere hacer llegar a la toda la familia madridista en general, y a la familia de Diego Almagro en particular, nuestro dolor, rabia y desconsuelo por la muerte tan temprana e innecesaria de nuestro amigo y presidente, Diego Almagro Montiel, el pasado 27 de junio.
Sentimos profundamente tu pérdida, aunque nuestro dolor y recuerdo quedará siempre unido al de tu familia, pero te prometemos continuar con tu legado.
Diego, no tenemos palabras para agradecerte el esfuerzo, dedicación y amor que siempre pusiste a disposición de esta peña madridista, y de ese gran club de fútbol que es el Real Madrid de tus amores.
Alejandra, las lágrimas no se nos secan, y sabemos que allá dónde esté tu querido Diego estará tu corazón. También sabemos que allá donde estés tú, Alejandra, estará presente nuestro buen amigo. Gracias, por dejarnos compartir contigo su vida y ahora su recuerdo. En nuestra sede social siempre estará presente el latir de su corazón y la expresión de su bondad. Adiós Diego, gracias por haber existido y hasta siempre. Por Francisco Alameda López, de la junta directiva de la Peña Madridista La Graja, de Jimena.
Mi amor, ya ha pasado casi otro año, otro año más sin ti, otro año con sus trescientos sesenta y cinco días y con sus trescientas sesenta y cinco noches (¡que vacío!). Sé de sobra que no es lo que tú quieres para los que nos quedamos aquí, cuando te fuiste, pero es tan grande el vacío que me has dejado, un vacío intenso y profundo como el pozo más negro.
A pesar de todo, todos seguimos haciendo nuestra vida (sé que tú quieres, que sea así) aunque cuesta y no sabes cómo, pero la vida sigue, aunque no nos guste.
Nuestras hijas, tu pitufina Dory, ya más cerca de aquí, en una tierra que tanto apreciabas (Manzanares), emprendiendo una nueva etapa profesional, con centro de trabajo nuevo, nuevos compañeros, y también una etapa nueva vital junto a Javi, un gallego que seguro te gustaría porque —lo más importante—, sabe hacerla feliz, ¡qué orgulloso estarás de ella!
Y la mayor, tu Isabel María, siguiendo con su pelu (ese negocio que entre los dos levantasteis), capeando la crisis como puede, y con tu ayuda, sin ella no habría podido (han sido tiempos duros), sobre todo por tu ausencia. Y además, empezando su nuevo proyecto de vida, tarea en la que sé y estoy segura de que le ayudarás, para que su vida sea tan feliz como la nuestra juntos, basada en el amor y en el respeto. Sé que también estarás tan orgulloso de ella, como siempre. (Lo hemos hecho bien, ¿verdad?).
El día de la boda todos te echábamos de menos (lo viste), aunque notábamos tu presencia entre nosotros. Tu hermano la llevó del brazo (¡cómo se lo agradezco!), aunque todos te veíamos a ti, tú eras quien realmente la llevó al altar y se la entregó al que hoy es su marido, Noni, un hombre bueno, que tú sabes que la puede hacer feliz (ya le diste tu aprobación antes de irte). ¡Qué decirte de tu hermano y de Isa! (sé que siempre la has visto como mucho más que tu cuñada), han sido los dos, el mejor apoyo tanto para nosotras como para la abuela. ¡Qué orgulloso te tienes que sentir de ellos también! Tu cuñada Lola, tus sobrinas, María Belén, Almudena y Luisa María, todas hicieron una piña en torno a nosotras para que no fuera tan grande ese vacío. Ese día estaban todos allí, nuestros queridos vecinos, tus compañeros de trabajo, los amigos que jamás habían ido de boda, pero para eso estaba nuestra Nieves. Lo organizó para que no faltara ninguno: Pepa y Luis, a pesar de las circunstancias por las que están pasando, hasta vino Elena de Torremolinos, con su Diego, seguro que habríais tenido largas conversaciones de política, seguro. Todos estaban con nosotras ese día, todos quisieron con su cariño devolverte un poco de todo lo que tú les diste a ellos, mientras estabas aquí.
Y de mí, qué digo de mí. Te sigo echando de menos, más de lo que nunca imaginé que pudiera soportar, ¡cómo no echarte de menos! Me faltan: tu cariño, tus manos, tu sonrisa, todo tú, pero sé que tú quieres que siga adelante, aunque este vacío no pueda llenarlo nunca, aunque sepa que siempre estás y estarás conmigo y además para eso me has mandado esos ángeles de la guarda que (seguro que me los has mandado tú), como Fran y Rafa. Aunque ya no nos vemos a diario como antes —por fin me saqué el carne de conducir como querías—, sigue teniendo ese sexto sentido para reaparecer en mi vida cuando lo necesito, cuando peor estoy, me lo encuentro o me manda un mensaje. No sabes cuánto me sigue ayudando, aunque no hablemos (él no se lo cree), pero saber de él me da tranquilidad. Y Rafa (te acuerdas, ¿verdad?) sé que eres tú quien ha propiciado nuestro reencuentro después de 30 años, y ahora intentamos compartir la soledad y así hacerla más llevadera. Por lo tanto no te preocupes por mí, seguiré adelante cogida de tu mano (como siempre). Y en mi corazón no morirás nunca. Te quiero. Por Dory Sotos Garrido.
En el tercer aniversario del fallecimiento del médico Manuel Ardoy Medina, la Asociación Cultural Española de Cabañuelas y Astrometeorología le recuerda: “Aún no nos habíamos recuperado de la muerte de nuestro presidente, Manuel Plaza García, fallecido el 5 de septiembre de 2007, cuando el 8 de este mismo mes, otro de los veteranos de nuestra asociación, Manuel Ardoy Medina, sufrió un ictus cerebral, diagnosticado como irreversible y letal. El día 25, demostrando una enorme resistencia física, fallecía nuestro entrañable amigo, organizador del Congreso de Cabañuelas y Astrometeorología en Beas de Segura en octubre de 2005, localidad donde ejerció de médico y de la que fue alcalde durante muchos años. Bajo su mandato, el municipio obtuvo el primer Premio Nacional de Turismo de Embellecimiento de Pueblos Españoles.
No nos puede extrañar que Manuel gozase del raro privilegio de haber visto en vida cómo una de las calles de Beas llevaba —y sigue llevando— su propio nombre, después de haber conocido su entrega y generosidad con todos los que tuvimos la fortuna de asistir a aquel Congreso. Beas perdió a uno de sus hijos más distinguidos, la familia a su cabeza y la Asociación Cultural Española de Cabañuelas y Astrometeorología (Aceca) a uno de sus miembros más destacados.
Manuel Ardoy, pese a la edad y los últimos achaques, se encontraba lleno de ilusión por organizar el próximo Congreso de Cabañuelas y Astrometeorología en Granada, para la festividad de Corpus de 2008. Él ya no pudo estar físicamente, pero su idea siguió adelante. Antonio Baquero, con quien compartía este proyecto, tomó las riendas. La idea y la ilusión de ambos revertirá en seguir dando a conocer estos viejos tesoros de la Meteorología Empírica Española y de la Astrometeorología. Se nos fue otro amigo en pocos días. Fue un duro golpe para todos nosotros, pero nos llena de fuerzas vernos capaces de seguir vuestro camino. Descansa en paz, Manuel Ardoy Medina. Queremos tener un recuerdo para toda la familia, y para todos los miembros de la asociación, ánimos para continuar adelante. Seguro que vamos a contar con vosotros desde la otra orilla del mundo. Por José Luis Pascual Blázquez