Hasta siempre
Antonio Osuna Luna de Cabra
“Una persona muy querida por todos los bailenenses”
Nacido en el municipio cordobés de Cabra, su pertenencia a la Guardia Civil le trajo hasta nuestras benditas tierras hace más de tres décadas. Formó parte, desde un primer momento, de cuantos movimientos culturales y sociales se cernían sobre Bailén, siendo la suya una muerte, el pasado 29 de septiembre, muy sentida en todo el municipio. Fueron muchas las personas que se acercaron a expresar sus condolencias a su viuda y a sus hijas ante tan sensible pérdida.

Nacido en el municipio cordobés de Cabra, su pertenencia a la Guardia Civil le trajo hasta nuestras benditas tierras hace más de tres décadas. Formó parte, desde un primer momento, de cuantos movimientos culturales y sociales se cernían sobre Bailén, siendo la suya una muerte, el pasado 29 de septiembre, muy sentida en todo el municipio. Fueron muchas las personas que se acercaron a expresar sus condolencias a su viuda y a sus hijas ante tan sensible pérdida.
“Antonio Osuna se caracterizó, a través de las ondas radiofónicas, por su facilidad de palabra diciendo bien a las claras lo que opinaba sobre la vida y costumbres bailenenses, procurando en todo momento aportar su opinión para la mejora de la ciudad”, afirmaba Gema Padilla, directora de Radio Europa Bailén, al iniciar un programa especial dedicado a su figura. En él, se emitió el último espacio en el que, junto al párroco de la iglesia de la Encarnación, Antonio Baeza, el propio Antonio Osuna confesaba su devoción mariana tanto hacia la Virgen de la Cabeza —por su estrecha vinculación con la Guardia Civil— como por la Virgen de Zocueca y, cómo no, sin olvidarse de la Virgen de la Sierra, patrona de su pueblo natal, Cabra.
Yo, por mi parte, y desde Bailén Información, hago llegar nuestro más sentido pésame tanto a su esposa, hijas, familiares y amigos. Fue colaborador habitual de diferentes medios locales y falleció, recientemente, en un fatídico mes de septiembre, después de una larga enfermedad. Varios medios de comunicación del municipio se hicieron eco de la noticia. Todos decían que sería difícil olvidarte. Tu amigo José María Martos.José Pliego Arias de Jaén
“Recuerdo a mi hermano, que vive en nuestro corazón”
A través de estas páginas Diario JAEN, quiero manifestar un sentimiento que todavía me ahoga, como es el dolor tan grande que se siente cuando un ser muy amado nos deja. A pesar de los pocos meses que han transcurrido desde que mi querido hermano José se nos fue, él vive cada día en nuestros corazones, en el de sus hijos, por los que tenía delirio y a los quería con toda su alma, y, cómo no, en el de su querida esposa también. ¡Eran tan felices juntos! Y, por su puesto, también en el corazón de sus hermanos, que tanto le queríamos. ¡Con qué pocas cosas éramos todos tan dichosos!
Sí, mi hermano querido, mi hermano bueno del alma, con quien compartí los mejores años de mi niñez y de mi primera juventud, al que añoro con dolor y nostalgia y del que deseamos que pudiera estar todavía cerca de nosotros. Hablábamos de nuestras cosas, compartíamos pequeñeces, expresábamos cada día el cariño que nos unía en una vida que siempre dedicó a los suyos. Por su buen carácter y forma de ser, José se hace querer por todo aquel que le conocía, pues era una persona sencilla y llena de cualidades.
José era un hombre noble, simpático, trabajador, sí, muy trabajador, demasiado, y buena persona. Él supo ganarse a pulso el cariño de toda su familia, de sus amigos y compañeros, a los que agradezco de todo corazón el apoyo y el cariño que hemos recibido de todos ellos, y sé lo mucho que han sentido su muerte. Igualmente, se lo tengo que agradecer a mis tíos, que nos han arropado en todo momento, sintiendo el mismo dolor por su pérdida; a mis primos y amigos que tanto cariño me han demostrado.
Para mí, la muerte de mi hermano José querido ha sido como quitarme una parte de mi propia vida. En estos días que se acercan que son tan familiares, el recuerdo de su personas es aún más doloroso.
Aunque sabemos que fue por voluntad de Dios que José nos dejara para siempre, siendo aún tan joven, tan lleno de vida, todavía no sé a quién echarle la culpa de esta ausencia. Bueno, algo tengo en la cabeza. Sí sé que no le llevaron bien su enfermedad, sobre todo, al no mandarle a un especialista para hacerle las revisiones adecuadas para mayor control de su enfermedad, y este fue el terrible final que le llevó a la muerte. Pero en sus conciencias quede.
Yo siempre recordaré a mi querido hermano con añoranza, con cariño. Él no quería perder la esperanza de curarse, por lo que dio ejemplo de su fuerza. Luchó sin cesar para vencer a la enfermedad, aunque, al final, se derrumbó. Ya no se agarraba a la vida que tanto quería para disfrutar de toda su familia.
Con estas palabras quiero expresar un pequeño gesto de cariño y amor hacia el hermano amado al que siempre llevaré conmigo en el pensamiento y en el corazón.
Aurora Pliego Arias.ANA NIETO ALDEHUELA de Andújar
“Transmitió cariño y optimismo”
Nacida en Andújar en el año 1925, Ana Nieto Aldehuela se nos ha ido en el pasado mes de octubre. Hija de Pedro Nieto y de Josefa Aldehuela. Su familia tuvo que sufrir la Guerra Civil. Era la menor de seis hermanos. Los años de la contienda española los pasó en la viña de Trujillo, en la Sierra de Andújar, junto a sus primos y familiares. La posguerra también fue dura para ellos. Trabajó como cajera en los Almacenes Barragán de la calle San Francisco.
Se casó con Santiago Montes en la iglesia de Santa María de Andújar. Su marido es un hombre de una gran sensibilidad para el arte —magnífico dibujante— y, sobre todo, dotado de una inusual inteligencia. El matrimonio tuvo cuatro hijos: Ana, Santiago, Mercedes y Francisco. Santiago trabajó en Madrid en la firma Hispano Suiza, por lo que la familia se trasladó a la capital de España.
En la década de los sesenta, el Gobierno egipcio se fijó en los motores de la firma hispana para sus aviones y la familia se fue a El Cairo. Después, volvió a España unos días antes de la Guerra de los Seis Días entre egipcios e israelitas. La estancia en Egipto marcó a toda la familia. De vuelta a España, se afincaron en Madrid para trabajar el cabeza de familia en la Empresa Sener de Ingeniería y Sistemas, en el campo aerospacial.
Ana Nieto Aldehuela transmitió cariño y optimismo y no perdió los lazos con su Andújar. Enviudó hace unos ocho años y el Alzhéimer hizo aparición en su vida, destacando en los últimos años de su vida los cuidados y cariño de su hijo Francisco y de su nuera Lola en Guadalajara. De nuevo en Andújar, descansa ya junto a su hermana Matilde y su hermano Ángel, tal como ella quería. Juan Vicente Córcoles.José maría crespo neches de Jaén
“Elegía a la muerte de José María”
“Es una felicidad morir antes que invocar la muerte” Publio Syrio.
Tu muerte, Chema, me ha partido el corazón. Sólo me ha quedado la fuerza magnética que genera el recuerdo de nuestra siempre auténtica y gran amistad. En esta situación de orfandad han quedado muchos compañeros farmacéuticos y los amigos de la “Peña Rutílica”. Quiero se cumplan las palabras de Pablo Neruda: “¡Darle la luz! ¡Dársela a golpes de recuerdo, a paletadas de claridad que lo revelen, arcángel de una gloria terrestre que cayó en la noche armado con la espada de la luz!”.
Escribo esta elegía, canto de dolor por la muerte más amada. Verso triste, gozo y dolor circunstanciales con la vida. Elegía al amigo que fue mi “alter ego”. Se me han roto el corazón y las ilusiones de futuro. Se ha roto ese viaje, con mucha antelación programado, para finales de este año con motivo de recibir “la perdonanza” en la apertura del nuevo Año Jubilar en Santiago de Compostela.
Tú ya gozas de la visión beatífica del Altísimo y disfrutas de los beneficios de la purificación de tu alma. Desde ahora, se impone investigar tu página web para alcanzar bajo tu influencia la protección divina que tanto nos está haciendo falta.
Mientras tanto, el llanto y el desconsuelo están presentes y digo con el poeta: “Creo en la dialéctica del llanto/ el hombre llora al medio día y en la noche…/y entre dos luces, cuando canta el gallo”.
El llanto no está en los programas de los políticos ni en las pragmáticas de los poderosos. Está en los versículos de los profetas y en el corazón engañado y afligido del hombre. El llanto rompe las fronteras políticas del mundo y hará que un día los hombres se entiendan mejor. Hablamos tantos idiomas distintos y sin embargo, todos lloramos igual.
Hemos llorado mucho y hemos aprendido a llorar bien, pero no quiero ser plañidero pues mi corazón está totalmente roto
“Encontré mi ilusión desvanecida/ y eterno e insaciable mi deseo;/ palpé la realidad y odié la vida;/ sólo en la paz de los sepulcros creo”. Un epitafio latino manifiesta: “Mors ianua vitae”, (“La muerte es la puerta de la vida”). Y a este respecto termina un soneto: “luego con fácil conclusión se infiere/ que muerese el alma cuando el hombre vive,/ que vive el alma cuando el hombre muere”.
Desear la muerte es malo, pero peor es temerla. Así lo canta López de Ayala en su obra “Un hombre de Estado”: “Sabed que dentro del alma/ la mayor grandeza existe/ y la ventura consiste/ en saber gozar de calma./ Viviendo en paz, sin violencia,/ nuestro fin llegar se advierte/ y ver con calma la muerte/ hace feliz la existencia”.
Decía Séneca: “Toda la vida del hombre no es más que un camino hacia la muerte”. Y nuestro Jorge Manrique en copla de pie quebrado: “Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar a la mar/ que es el morir”.
Mi sentimiento cristiano me obliga a tener una visión positiva hacia la muerte. La muerte cuando Dios quiera, Chema, nos unirá para compartir una vida definitiva y mejor como la que tú ya gozas: La visión de Dios.
Quiero recordar que nuestra corta vida es un lento caminar a un único fin que es la muerte. Desde el día que nacemos, a la muerte caminamos, no hay cosa que más se olvide ni que más cerca tengamos. Ese día que temes como el último es el nacimiento a la eternidad.
Tu muerte rompió de forma imprevista nuestro discurso que no muy lejos recuperaremos un mundo mejor, en una eternidad de convivencia y felicidad de la que tú, ya gozas. En esa fe y esperanza me despido con un fuerte abrazo y hasta pronto…¡ cuando Dios quiera!.
Rafael Muñoz Montes, presidente de Honor del Colegio Oficial
de Farmacéuticos de Jaén y miembro numerario de la Academia Iberoamericana de Farmacia.Alonso Liébana Fernández de Pegalajar
“Fue un privilegio tenerte”
Hoy, en el primer aniversario de tu descanso permanente, queremos dejar plasmado en este papel el reconocimiento y homenaje a un hombre que ante todo quiso ser buena persona. Por cómo admirabas y querías a mamá, nos decías que, sin ella, no eras nada porque es una mujer sencilla y discreta, al igual que ella siempre nos dijo que, si volviera a nacer, te elegiría otra vez. Y es que, en una balanza, todas tus virtudes pesan más que cualquier defecto que tuvieras.
Es por ello que nos sentimos afortunadas de haberos tenido como padres. El dicho de “detrás de un hombre hay una gran mujer”, se hace realidad con vosotros.
Tenías tres cosas claras y muy importantes en tu vida. La primera era conseguir una “familia” sólida y unida, para lo que depositaste toda tu confianza en mamá, ya que sabías que estábamos en buenas manos. La segunda fueron tus amigos, unos hermanos como los que nunca has tenido. Siempre les dabas todo lo que necesitasen sin condiciones y sin fallarles.
Por último, de tu trabajo hiciste tu forma de vida. Empezaste de cero, sin nada, pero con tu habilidad comercial y con tu don de gentes, te moviste dignamente por varios trabajos, como comprador de aceituna, fotógrafo, secretario del juzgado de paz de Pegalajar y, por último, y sin tú saberlo, alguien se fijó en ti. Te propusieron poner en marcha una caja de ahorros de la que tú estarías al frente como director. Era todo un gran reto y, sin embargo, aceptaste el riesgo dejándolo todo de lado. Así, hiciste de la antigua Caja de Ronda, y actual Unicaja, la caja de “Periñol, a la que conoce todo el pueblo y por la que te entregaste en cuerpo y alma, en muchas ocasiones, siempre mucho más de lo que te exigían.
En tu actitud, siempre prevaleció el compañerismo sin alardear ni imponerte por el cargo que tenías de director. Paradójicamente, aunque convivías con el dinero, en sobradas ocasiones, demostraste que no da la felicidad y, en ese punto, mamá siempre estuvo de acuerdo contigo.
Las virtudes de tu carácter —eras un ser desprendido, sociable, atento, formal, servicial y alegre, según lo que correspondiera en cada momento— lograron que te pudieras relacionar con cualquier persona sin distinción alguna de raza, cultura o clase social. Supiste compaginar el trabajo con los impulsos de tu corazón durante las veinticuatro horas del día.
Te dicen que tienes cáncer y el cielo se desploma en tu espalda. Tu corazón llora por dentro pero decides que no vas a rendirte ni a derrumbarte, al menos, por fuera. Te fuiste con elegancia, sin exageraciones y, para que no sufriéramos, fuiste capaz de tener el mejor comportamiento ante una enfermedad dura y cruel. Nos diste una gran lección de fortaleza y resignación al aceptar con coraje lo que Dios quiso mandarte.
No nos extrañó nada. Al menos, a nosotros, los que estábamos más cerca de ti. Tenías una gran serenidad para soportar lo que no podía cambiarse, puesto que ya nos lo habías demostrado en algunos momentos difíciles.
Tu espíritu se ha quedado atado a nosotros. Nos has dejado la mejor herencia que unas hijas pueden tener: el ejemplo de tu comportamiento, los valores humanos y la actitud positiva hasta al final. Con orgullo te recordamos cuando te tenemos presente, cada día, al decir: “Papá haría...”, “papá diría...”.
Quizás, por todo ello, el último día que estuviste entre nosotros fue más evidente la respuesta de toda la gente que te quería o que te admiraba. Quisieron acompañar a tu familia y, especialmente, a ti, en esas fechas. En su momento, les dimos las gracias en tu nombre y, hoy, que hace ya un año que no estás, aquí volvemos a darlas, porque sabemos que la respuesta de calor humano de toda la gente que te acompañó fue el mejor homenaje que pudieron darte.
Mari Nieves Mengíbar Yeguas.