Hasta siempre

Raúl Rubia Ortega “el rulo”de Jaén
“Danos fuerza a todos para vivir sin ti”

Eran aproximadamente las seis de la tarde del sábado 10 de abril, cuando nuestro vecino Antonio me llamó para darme la noticia.
Con sólo 36 años, tu corazón se había parado, y, el nuestro, se había roto. Había sido Lucía, “tu madre”, porque así era como ella te quería, como a un hijo, quien te había encontrado. No sabes cómo te echamos de menos todos y lo que nos esta costando aprender a vivir sin ti, pero la cuestión es que ya no oímos tus risas y tus idas de olla.

    02 may 2010 / 09:38 H.

    Raúl, te hemos querido y te querremos siempre Paco, Carlos, María, Nino, Victoria, Juanita, Charri y todos tus amigos te echamos tanto de menos que nos duele el alma.
    Hoy era tu cumple y queremos que todo el mundo sepa la gran persona que se ha ido y que esta carta sea un gran homenaje para un gran amigo.
    Paco dice que te fuiste con las botas puestas. Es el que más te extraña y, por supuesto, también, Lucía, “tu Lucy”.
    Nino quiere que sepas que seguirá apuntando todos los nombres de dinosaurios raros que a ti te interesaban cuando hablabas con él y que hoy escucharemos a Paulina Rubio, a los Héroes del Silencio y, cómo no, a Sabina.
    Por mi parte, siento no haberte escuchado cuando te ponías tan cansino. Ya sabes que la paciencia no es mi fuerte.
    A partir de ahora, los cumples y las fiestas —que tanto nos gustan— ya nunca serán iguales. ¿Te acuerdas, Raúl, de esas noches de verano en la terraza?
    Por favor, danos fuerzas a todos para seguir sin ti, pero, sobre todo, a Paco, que aún no se hace a la idea de que ya no estás aquí, aunque yo siempre he pensado que mientras se lleve a las personas que quieres en el corazón, nadie se va del todo.
    Nunca te olvidaremos. Eso sería imposible. Mil besos, guapo mío. Te quiero.
    Por María Camacho.

    Manuel Calderón garcía de Begíjar
    “Te escribimos para decirte lo mucho que te queremos”

    Un año sin verte, un año sin oírte, un año sin ti. Eso es lo que se suele decir cuando un ser querido deja de estar junto a nosotros, pero nosotros no podemos decir lo mismo. Llevamos un año sin olvidarte, llevamos un año viéndote cada noche, llevamos un año teniéndote junto a nosotros y mil años más pasarán y seguirás estando a nuestro lado. Cerramos los ojos y te soñamos, cerramos los ojos y vemos tu sonrisa, cerramos los ojos y oímos tu voz, cerramos los ojos y estás a nuestro lado.
    Cuando sólo tenías 57 años, cuando la vida podía recompensarte por todo tu sacrificio, el destino nos jugó la mala pasada de que no estuvieras con nosotros. Con nosotros en cuerpo, porque nos quedamos con tu alma, con tu espíritu, con todo lo que nos enseñaste, con tus recuerdos. Te extrañamos demasiado, papá.
    Te fuiste tan rápido y tan sorpresivamente que no tuvimos tiempo de despedirnos. Por eso, hoy, te escribimos, porque queremos decirte lo mucho que te queremos y que te extrañamos, que tu ausencia es el dolor más grande que hemos tenido en toda nuestra vida.
    Fuiste generoso, honesto, porque siempre tuviste una sonrisa para los demás, un buen consejo, una broma. A pesar de tu enfermedad, tú nunca te dejaste vencer, siempre luchaste por aferrarte a la vida. Por eso, nunca quisimos escuchar que debíamos estar preparados para ese momento y nunca lo estaremos. Jamás aceptaremos el que ya no estés, el que te hayas marchado y que no nos hayamos despedido, que ya no podremos mas hablarte, verte, tenerte.
    Cuando llegue el momento en que tengamos que cerrar los ojos para no abrirlos nunca más, tú nos guiarás, serás la luz que alumbre nuestro camino que nos lleve hacia ti.
    Por eso, tratamos de seguir tus pasos, tu ejemplo. Sabemos que aún estamos muy lejos de lograrlo, pero seguiremos luchando porque estamos seguros de que ese es el camino para llegar a donde tú estás. Y ese día en el que podamos verte nuevamente, tenerte, escucharte, ese será el día más feliz de nuestra muerte.
    Intentamos aprender a vivir sin ti, pero no sabemos hacerlo. Se nos han ido las ganas de reír que tu nos contagiabas con tus bromas. A menudo, estamos de mal humor sin venir a cuento. Nos ponemos mal sin saber qué nos pasa. Y es que es demasiado para soportarlo.
    Antonio y yo nos hemos hecho hombres antes de tiempo y María José no entiende el por qué Dios te ha llevado. Ella se consuela escribiéndote cartas cada día. Mamá nos da fuerzas, pero y a ella ¿quién se las da? Dáselas tú si puedes, que a veces flaquea.
    Nunca olvidaremos cuánto te debemos. Siempre ocuparás una posición de honor en nuestros corazones, en nuestras mentes, en nuestros frutos.
    Te queremos papá. Hasta siempre.
    Por mamá, María José, Antonio
    y Fidel Calderón Cátedra.



    Antonio Pulido García  de Andújar
    Último adiós al carretero más romero

    Antonio Pulido García fue una de las personas que promovió la subida al cerro del Cabezo en carreta. Fue hace unos veinte años, aproximadamente. De hecho, formó parte de la peña Las Carretas, la primera de la caravana hacia la Basílica Menor de Andújar. Incluso, en la última romería, sus amigos romeros quisieron rendirle un homenaje. Dejaron un ramo de flores en el Arroyo del Gallo y, además, colgaron este poema. Era el último adiós que otorgaban a una persona que sintió la dureza del camino y que quiso a la Virgen de la Cabeza como pocos. Ahora, el camino que él abrió, siempre tendrá una parte de Antonio.
    En una noche abrileña/ salí a dar un paseo, y me quedé extasiado/ al echar la vista al cielo.
    Vi una carreta blanca/guiada por una estrella/ iba surcando los cielos/ buscando a su Virgen Bella.
    Me pregunté: ¿Quién será el carretero que va guiado por esa estrella?/
    Es Antonio Pulido,/ el precursor principal de la subida en carreta,/ que ahora está al lado de nuestra Virgen romera.
    Vi a La Morenita/ bailando por sevillanas/ y los ángeles detrás iban tocando las palmas.
    El niño cogió un tambor/ y a su madre jaleaba/ y la Virgen se reía/ mientras le taconeaba.
    ¿Estaré soñando esto? Pensé al bajar la mirada/ y hallé un clavel en el suelo, que al recoger me recitaba:
    La Virgen de la Cabeza/ feliz está en su morada/ y todo el cielo celebra/ el día de la llegada de Antonio/ el carretero el más romero de España.
    Por sus amigos de la
    Peña Romera Las Carretas


    Virgilio Quesada Parras de Torredelcampo
    “Un empresario en mayúscula”

    Nos deja un hombre emprendedor, a los 85 años, que vio cumplidos sus objetivos con su trabajo, la constancia y el saber hacer de un torrecampeño de pro. Consiguió hacer realidad sus ilusiones, acompañado en todo momento de su inseparable Gregoria Eliche Rubio.
    Empresario en mayúsculas, porque seguía en activo con esa edad, cotizaba como autónomo y ejercía de ello, por lo que controlaba, dirigía y proyectaba el futuro de su familia y de sus empleados, a los que siempre consideró amigos.
    Todo empezó en la década de los sesenta, cuando desarrollaba labores agrícolas, pero su espíritu trabajador y aventurero le movió a llevar a cabo nuevas actividades y junto a su hermanos Adriano y Josefina y el apoyo económico de un familiar, casi un hermano más, Juan Parras Ruiz, decidieron embarcarse en, entonces, la incierta empresa de la venta de combustibles.
    En el año 1965, se abrió la estación de servicio San Andrés, en Torredelcampo, acompañado, primero por su amigo Enrique Castillo Galán y, más tarde, con Simón Chica Parras y Antonio Luque, que fueron los primeros en formar la empresa.
    Fueron años duros y difíciles en los que al reloj le faltaban horas para desarrollar la intensa actividad, tanto en la estación de servicio como en el campo.
    La empresa avanzó y el automóvil se hacía imprescindible en la vida cotidiana y, una vez más, junto a su familia, decidieron dar un salto más y establecer nuevas empresas en Jaén. Así nacieron la estación Quesada —en el año 1971— y Parras —en 1978—. Los nombres juntos de las tres estaciones formaban, a la vez que recordaban, el nombre de su padre: Andrés Quesada Parras.
    Nos deja orgulloso y convencido de que su labor tiene una continuidad. Virgilio Quesada Parras hizo equipo con sus cinco hijos, para seguir trabajando y progresando en el difícil mundo empresarial. Con ellos, y para ellos, creó el centro de distribución de combustibles a domicilio “Quesada Oil”, y, también, adquirieron la estación de servicio Quesada Eliche, en el polígono de los Olivares de Jaén.
    Virgilio Quesada Parras fue homenajeado, el pasado 9 de abril, en una gala en la que los empresarios quisieron reconocer su trayectoria. Se le veía contento y feliz junto a su esposa. Con la ayuda de su bastón, subió al escenario y recogió su placa, emocionado y algo nervioso se dirigió al público agradeciendo más la presencia de sus hijos, nietos y empleados que el significado en sí de la placa. Sus últimas palabras pusieron el acento en valores que él siempre cultivó: la familia, el trabajo, la amistad.
    Rodeado de los suyos, sintiendo el cariño y el amor de su familia, nos deja Virgilio Quesada Parras, un hombre agricultor y empresario, un torrecampeño que nunca olvidaremos.
    Por su esposa, hijos,
    familia y amigos.


    MARGARITA CÓRCOLES ALDEHUELA de Andújar
    La Morenita notó su ausencia

    Un año sin Margarita. El pasado mes de marzo, se cumplió el primer aniversario de la marcha de Margarita Córcoles. Ha pasado la Romería, un marco ideal para ser recordada, ya que Margarita vivía la fiesta romera con mucha intensidad y sus vítores, montada en jamugas, junto a la hermana mayor, son recordados por muchos  de los que, año tras año, forman el cortejo romero. Precisamente, un matrimonio comentaba en la pasada fiesta, al paso de la carrera, que es cuando la cofradía marcha hacia el cerro, el sábado por la mañana, que “se notaba la falta de Margarita”.
    A Margarita la han calificado como una mujer entrañable, muy unida a su pueblo y a sus gentes. Se caracterizaba por su entrega a los demás, sobre todo, a los más necesitados. Los ancianos y los niños fueron su debilidad. Juan Carlos Toribio, en un libro que tenemos publicado en Everest y que está declarado de Interés Turístico por la Secretaría de Estado de Turismo, la define como “colorido primaveral por el amor a su pueblo y a la Morenita”.
    Tuvo la suerte de recibir todos los posibles honores en vida. En 1994, recibió del Ayuntamiento la Medalla de Oro de la Ciudad. En el año 2000, recibió el galardón Romera de Oro y, en 2002, fue nombrada Hija Predilecta de la Ciudad de Andújar. Su nombre figura en una de las calles de la ciudad. La última distinción, el último homenaje lo recibió de la Asociación de los Anderos, un acto en el que ya no pudo estar presente. Todos los recibió en vida, no hay nada póstumo.
      Hija de Vicente y Encarnación, y hermana de Rafael, Encarnación, Isabel, Vicente y Pilar, Margarita fue una mujer de su tiempo que vio en su juventud el estallido de la Guerra Civil para trabajar con posterioridad en la posguerra y rehacer la España que había quedado maltrecha. Puso una nota de optimismo en aquella Andújar de los años 40 y así la vimos en un programa de Romería Municipal, realizado por Trigueros Engelmo en 1947. En él, Margarita aparece con unas alumnas de su escuela de sevillanas. De aquellos años hay un hombre entrañable con el que mantenía una gran amistad que siempre la recuerda. Es Joaquín Colodrero. Tras una etapa en Francia, entre las décadas de los cincuenta y sesenta, volvió de nuevo a su ciudad natal, al seno de su familia, a compaginar la enseñanza de la costura con la de las sevillanas.
    Margarita nos dejó el lado optimista de una persona alegre y comprometida y así hay que recordarla. Tal y como ella era. Tanto en aquel taller de costura de la calle Caldereros, o en el taller de baile en el que enseñaba los pasos de las sevillanas , cómo no, su labor en el centro de Adultos “Pedro de Escavias”, lugar en el que Margarita lo era todo. También estuvo vinculada a los talleres municipales de la Casa de Cultura. El día de su muerte, el 17 de marzo de 2009, las cadenas locales de televisión —ATV y Canal 45— le dedicaron programas monográficos muy extensos, así como en Radio Andújar.
    Este año, en los actos previos a la fiesta, que se llama Pórtico de Romería, se ha entregado una figura de cerámica que representa a una “mujer de gitana” a los galardonados. María Quirós sugirió que esta figura se institucionalice y se le ponga de nombre “Margarita”.
    Ha pasado un año más, una Romería más, un tiempo ideal para recordar a Margarita.
    Por Juan Vicente Córcoles.