Hasta siempre
FRANCISCO BALLESTEROS CAZALILLA de Jaén
Otra vez es primero de julio
Otra vez es primero de julio. Y ya son siete años sin ti. Pero solamente tenemos que cerrar los ojos, solo tengo que cerrarlos y te veo delante de mí.
Te recuerdo cuando eras pequeño y papá te tenía en brazos, lo que llorabas cuando mamá te lavaba el pelo, las peleas que tenías con tu hermana por la carretilla con la que jugabais y con tu hermano cuando decía que no aprendías a jugar al fútbol.
Otra vez es primero de julio
Otra vez es primero de julio. Y ya son siete años sin ti. Pero solamente tenemos que cerrar los ojos, solo tengo que cerrarlos y te veo delante de mí.
Te recuerdo cuando eras pequeño y papá te tenía en brazos, lo que llorabas cuando mamá te lavaba el pelo, las peleas que tenías con tu hermana por la carretilla con la que jugabais y con tu hermano cuando decía que no aprendías a jugar al fútbol.
Te veo con Verónica entre tus brazos. Con el paso del tiempo te casaste con tu gran mujer. Te recuerdo con tu hijo y esa gran sonrisa.
Eras feliz. Muchos sueños rotos e ilusiones perdidas aún por vivir.
Los que aquí quedamos ya no somos los mismos.
Contigo se fue algo de cada uno de nosotros, pero eso está contigo ahí.
Dicen que solo mueren los olvidados, pero eso a ti no te pasará nunca porque nosotros te querremos siempre.
Tu familia no te olvida
Carmen Carrascosa Linde de Siles
Mujer ilustre y querida
El pasado 1 de julio de 2012 despedimos a Carmen Carrascosa Linde, sileña que dedicó gran parte de su vida a su pueblo, Siles; por un lado a la recopilación de las canciones, danzas y vestuario tradicional de este pueblo y, por otro, a la liturgia musical.
Desde la década de los cuarenta y como delegada de la Sección Femenina esta sileña ilustre fue atesorando las músicas que eran interpretadas por los distintos tocaores y cantaores de la comarca y las cortijadas incluidas en su término, cumplimentando un amplio cancionero popular compuesto de infinidad de jotas, malagueñas, fandangos seguidillas, gandulas y canciones infantiles plasmadas en las mismas partituras debido a sus estudios de Música y Piano realizados en Jaén y Madrid.
Por la mano de Carrascosa pasaron varias generaciones de sileños que constituyeron grupos de bailes populares que representaron a Siles y Jaén en infinidad de festivales comarcales, provinciales y nacionales, destacando el grupo de personas mayores, que interpretaron el folclore local de una manera muy auténtica, por lo que fueron premiadas en varias ocasiones.
A Carmen Carrascosa Siles le debe el orgullo de haber rescatado del olvido aspectos culturales que hubieran desaparecido de no haber sido constante y desinteresada en su labor.
Debemos recordar el interés de Carmen por la liturgia musical, con la que, durante años deleitó en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, con sus toques en el órgano.
Hoy más que nunca y en Cielo no dejarán de sonar letras de malagueña, y hoy más que nunca toma forma y sentido la letra de esta malagueña:
Noche oscura y tú en la reja,
al pie de la reja yo,
los ángeles en el Cielo
nos alumbran a los dos.
Con cariño, María Estela Olivares González.
Coros y Danzas San Roque de Siles (Jaén)
Descanse en paz.
Una sileña en el Cielo
Se fue Carrascosa Linde, profesora de serranos. Entre sones de guitarras, malagueñas y fandangos.
Dormida en viejos mandiles, faltriqueras y refajos. En Siles sollozos, llantos y en el Cielo suspirando, están ángeles serranos, deseando oír gandulas, jotas y esas tus manos
cuando acariciaban las teclas de ese tu eterno piano.
Directora de los coros, maestra de los serranos, cuando danzaban los bailes enseñados por tu mano.
Regia sileña de pro, buscadora de refajos, de faltriqueras mandiles, de esparteñas y bordados.
Estandarte y baluarte del folclore y de los cantos que entre cortijos, cañadas, entre remates y danzando...
Diste tu vida y tu encanto, por mostrar al más auténtico, festivo Siles serrano.
El baile, tu vida entera. San Roque tu fiel quebranto.
Siles tu corazón pleno; los sileños, orgullo tanto.
La parroquia, tu pasión; el órgano, sones de amor, y tu vida todo un canto a este pueblo, orgullo tuyo, Siles mío tan amado.
Pero nos dejas tus bailes, partituras, tus refajos. Sones eternos de amor que ahora suenan tan lejanos,
ahora en el Cielo se baila con guitarras de serranos y hasta los ángeles lucen sus pañuelos “rodeaos”.
Aquí en la sierra nos queda tu recuerdo, tus serranos.
Sileños que bailan y cantan, por tu esfuerzo y corazón, por ser
sileña de amor...
profesora de serranos.
Por Francisco Jiménez Delgado
Jaén
Rafael Molina Flores de Alcalá la Real
Adiós al vecino Mures y a su sonrisa eterna
Rafael Molina Flores era un ejemplo de la integración social del colectivo gitano en Alcalá la Real. Cuando está a punto de cumplirse un mes de su repentino fallecimiento, aún se me antoja que me encontraré con aquel vecino, atento, que vivía puerta con puerta con mi casa. Siempre con su gorra y una sonrisa eterna, era habitual verlo andar por la calle López de Haro o sus inmediaciones, o sentado en el exterior de su vivienda. Gozaba de un buen estado de salud a pesar de algún que otro achaque y de llevar el marcapasos puesto. De trato afable, solía hablar con sencillez de los difíciles tiempos pasados en un mundo rural en el que abundaban los tratantes de bestias y oficios hoy extinguidos. Rafael Molina, conocido por todos como “Mures”, estaba muy unido a su mujer, Aurora, quien, desde la inesperada defunción, no para ni un solo día de echarlo de menos y de lamentar su marcha para siempre. También están muy integrados en la ciudad sus hijos, personas honestas y muy trabajadoras.
Del trato con Mures, al que me unía una amistad forjada en la condición de vecino, siempre me quedarán los pequeños detalles. Era habitual que pidiera ayuda para marcar por teléfono, ya que le encantaba mantener intensas conversaciones con sus seres queridos a través del auricular. Pasa el tiempo y no queda más remedio que aceptar que, efectivamente, Rafael se ha ido, como ocurrió con otros residentes en López de Haro. Sin duda, era una persona peculiar, entrañable y enternecedora, de esas que dejan huella y que se granjean el cariño de quienes los rodean de una manera sencilla, sin artificios, con la autenticidad de ser, simplemente, una persona de bien.
Por Juan Rafael Hinojosa
Alcalá la Real
JUAN ORTIZ NOGUERAS de Jaén
Te queríamos, te queremos y te querremos
Juan Ortiz Nogueras ponía en tu carné de identidad, por Alfonso te conocía la gente, Nikitas te llamaban tus amigos, la Gitana Rizos en el mundo del toro y abuelo o papa para los que te queríamos, te queremos y te querremos toda la vida. Muchos nombres para llamarte, más adjetivos buenos para definirte, pero yo me voy a centrar en los más importantes para mí, en los que te definen como mi abuelo “papa”.
Como tu nieta que soy, todo lo que pueda decir se queda corto: cariñoso, atento, generoso, etcétera.
Tengo la cabeza y el corazón tan llenos de recuerdos que no podría describir uno solo, pero lo que más puedo destacar es tu presencia, el saber que siempre estabas ahí, para lo bueno y lo malo, sin hacer mucho ruido, pero ahí estabas.
Solo puedo darte las gracias por ello.
Gracias por cuidarme de pequeña, por ser otro padre para mí. Nunca olvidaré las veces que me subías a tus hombros. Gracias por llevarme contigo a todos lados y enseñarme cosas bonitas; contigo me subí por primera vez a un avión cuando me llevaste a Mallorca.
Gracias por venir a verme cuando me puse malita; se te hacían eternos los viajes a Córdoba para poder verme unos minutos.
Gracias por el tiempo que viví en tu casa hasta que me casé. Qué orgulloso estabas de mí. Gracias por el primer ramo de flores que entró en la habitación del hospital cuando nació mi hija. Gracias por dejarme disfrutar de ti hasta el final. Gracias por existir.
Qué vacío has dejado en nuestras vidas, ya no te encontramos paseando por la calle de Simago, te buscamos en la baranda pero ya no estás y ya no te vemos haciendo autostop para bajar al Puente de la Sierra.
Nosotros nos quedamos en esta plaza de toros que es la vida y tú estarás al quite desde la barrera, por si los malos toros de la vida nos embisten.
La faena de tu vida ha terminado con la plaza llena hasta la bandera y una nube de pañuelos blancos pide incansable a la presidencia las dos orejas y el rabo. La puerta grande del Cielo se abre para ti. Te llevamos a hombros mientras los músicos tocan para despedirte.
Bueno, papa, ya hace un mes que te fuiste y me duele como el primer día. Nunca te vamos a olvidar y tus “niñetes chiquitetes” crecerán sabiendo quién era su bisabuelo.
Te quiero, papa.
Por Irene María Almagro Ortiz
ANTONIO DÍAZ DEL RÍO de Jaén
Una persona muy especial
Papá, en este día tan especial me gustaría felicitarte, aunque no de esta manera; preferiría darte un beso, un abrazo y sentarme en tus rodillas como tanto te gustaba. Aunque hace casi un año ya de tu partida, parece que estás aquí con nosotros, protegiéndonos. No hay un solo día en el que no te recuerde. Mis hermanos cada día se parecen más a ti en los gestos, en su forma de hablar. Tus niños se acuerdan de ti, a pesar de lo pequeños que son. Tu Quique, que todos los días pregunta por ti, proclama a los cuatro vientos: “Yo de mayor voy a ser bombero como mi abuelo Antonio”. Qué orgulloso estarías, si lo vieras. A la “peque” no te dio tiempo de conocerla, pero sé que desde un rinconcito la estás viendo. Mamá, en su silencio, te añora muchísimo, al igual que tu chocolate, como lo llamamos cariñosamente. Todavía cuando voy a la casa y entro parece que te voy a encontrar sentado en tu sillón, con alguno de tus niños sentado en tus rodillas jugando. Cada día que se pasa se hace más cuesta arriba estar sin ti, pero la tranquilidad que me queda es que eres nuestro ángel de la guardia.
Hace unos meses, tus queridos compañeros te hicieron un homenaje. ¡Cómo te hubiera gustado estar allí recogiendo tu placa!, porque te mereces eso y mucho más. Tus compañeros te echan de menos, y me gustaría agradecer desde aquí lo bien que se ha portado con nosotros el Cuerpo de Bomberos de Jaén.
No podía terminar sin darle las gracias a tus amigos, los que están ahí dando todo su cariño y apoyo a todos nosotros, en especial a mamá, porque amigos como vosotros no los hay. También doy gracias a la Asociación de Campistas Aire Libre Jaén. Gracias, papá, por haber hecho de mí una buena persona y por haber dado todo el cariño y el amor que una hija puede recibir. Espero que sigas cuidando de todos como hasta ahora, en especial a mamá.
Tu hija que no te olvida, Chari