Hasta siempre

MARCIAL SÁNCHEZ DE LA FUENTE
de Fuensanta


“Todos te echamos muchísimo de menos”
Hola papá, espero que te encuentres bien, en compañía de los tuyos, supongo que, donde quiera que estéis, estarás poniendo al día a los tíos Ángel, Adelina y África, de cómo van las cosas por aquí. Ya estáis todos allí, he tenido la oportunidad muchas veces de demostrarte lo mucho que te quiero y ahora lo que hago es hacerte ver lo mucho que te echo de menos.

    11 ago 2013 / 09:15 H.

    Has sido un referente en mi vida, y que una “persona talismán” se te vaya, siempre cuesta. Cualquiera que te haya conocido sabe que fuiste un gran hombre, has tenido bien marcados tus ideales y has sido fiel a ellos hasta el final, por ello y por muchas cosas más me enorgullezco de ser hijo tuyo.
    No has dejado de ser persona, con tus defectos y tus virtudes. Siempre tuviste tu toque de “gorrión”,  por ello cuando diste tu último paseo por la iglesia asistieron dos compadres tuyos, seguro que su intención era la de distraernos de la ceremonia, hasta en ese momento tuviste un toque original, ¡eres único viejo! En definitiva, me siento muy orgulloso de ti y de lo que has sido en tu paso por esta vida, ojalá pueda transmitir a mis hijos los valores que tú me inculcaste. ¡Hasta siempre!
    Miguel Ángel
     
    Es inolvidable la huella que dejaste en nuestros corazones. Ahora que tu vida ha terminado, te echamos mucho de menos y solo nos reconforta el pensar que de alguna manera sigues viviendo con nosotros, porque cada uno llevamos dentro un poquito de ti y de tu vida, esa vida de esta familia que comenzó contigo.
    Tu nieta María José Marín Sánchez

     Querido papá: Por aquí las cosas no han cambiado mucho, la familia nos seguimos juntando todo lo que podemos y disfrutamos como tú y mamá nos enseñasteis. Pero nos faltas desde hace mucho tiempo, cuando esa maldita enfermedad llegó a casa y perdimos al patriarca. Eras tan cariñoso, simpático, amable, servicial... No solo con nosotros, sino con todo el mundo. Esa es una enorme lección que espero poder seguir siempre ya que fuiste el mejor maestro. Te quiero mucho.
    De tu benjamina Yolanda

    Pensaba que te quería pero no creía que tanto, te echo muchísimo de menos, los días son interminables sin ti y no hay cosa que me pase que no la relacione contigo y es que has sido mi guía y mi camino, mi amor. Es verdad que ya tenías una situación muy deteriorada pero aún así no quería que nos dejaras. Esa enfermedad terrible, que no sé ni decir su nombre te anuló hace tiempo y, aunque no era tu personalidad, seguías siendo un señor, como decía Dana. Como es nuestra creencia espero que estés al lado de ese Dios al que tanto debemos, espero que le hables bien de mí, pues allí nos juntaremos de nuevo.
    De tu Rosa, sin lugar a dudas, la mujer de tu vida

    Querido papá: Los primeros días subía a la casa con la esperanza de volver a verte, no me podía hacer la idea de no encontrarte y la soledad de la habitación me devolvía a la realidad de que ya nos faltabas. Ahora me he pegado a ti como si fueras mi sombra, por eso estás siempre conmigo, donde mejor te encuentro es en la soledad. El amor que nos has desprendido sigue presente en cada momento y como buen cristiano que eras, tengo la esperanza y la seguridad de que estás con nuestro padre Dios. Te seguiré queriendo hasta después de la muerte, pues te quiero con el alma y el alma nunca muere.
    De tu hija Rosa Mari

    Mi padre, ese gran padre. Hace dos meses que nos dejaste y aún me cuesta creer que no estás con nosotros. El domingo nos juntamos a comer en tu Parralejo y todos nos acordamos mucho de ti, te echamos mucho de menos, especialmente tu Rosa, mamá, que derramó algunas lágrimas mientras balbuceaba entre sollozos que te quería mucho, bueno, igual que todos. También te hemos tenido muy presente por una cinta que Miguel Ángel ha rescatado en DVD y donde se te ve en todo tu esplendor, tal como tú has sido siempre, simpático, cariñoso, amable y, sobre todo, un gran aficionado al baile. “Soy el primero que empieza el baile y muchas veces el último que lo ha terminado”, solías decirnos, y a los tratos, tu gran vicio, como yo te decía, seguramente ya habrás cambiado algo con alguien allí donde te encuentres. Siempre me sentí orgulloso de ti, pero ahora que no estás, es cuando más orgulloso me siento de haber sido hijo tuyo, de llevar tu mismo nombre, de haber compartido miles de experiencias y de haber recibido tantas cosas de ti. También, cómo no, de compartir esos recuerdos y las miles de anécdotas que nos contaste, con tu familia, pues tus nietos y sobrinos, igualmente, te recuerdan con cariño.
    De tu hijo Marcial Jesús

    CARMEN GIRONA DE TORO de Linares
    “Dos años sin ti, abuela Carmen”

    Cual un ave herida, débil y agonizante,
    estabas aquel día.
    Dios te llamaba en ese instante,
    Entonces… supe que te perdía.

    ¡No podía creerlo!, no estaba preparada,
    ¡Todo me parecía cruel, despiadado, injusto!
    Sentí… que no podía hacer nada,

    Hoy,
    trato de enlazar las palabras
    que con lágrimas salen de mi alma,
    palabras que en este momento
    no quisiera decir
    palabras que acompañaran esta tristeza
    por una ausencia que no esperaba

    Hoy,
    la nostalgia me visita otra vez
    trayendo a la memoria recuerdos
    de esa gran mujer
    una mujer maravillosa, llena de fuerza,
    llena de vitalidad, llena de vida

    Hoy,
    parece que las palabras
    también se despiden de mí
    tengo tanto que decir
    pero su ausencia enmudece mi voz
    cautiva mi pensamiento
    y sencillamente no puedo.

    Ahora mismo estás,
    estás viva, pues tu esencia sigue
    tu recuerdo, tu ejemplo
    tu valor y tu esfuerzo
    han quedado plasmados
    en nuestra memoria
    y escritos con letras doradas en el corazón.

    Abuela amada,
    tus palabras vivirán en mi alma
    las recordaré cada mañana,
    ahora mismo la tristeza me quita la calma
    pero hago muy mío tu recuerdo, tus besos, tus abrazos
    son un tesoro interminable. Te queremos.
    Por tus nietos Antonio y Lita

     CÁNDIDO CASTILLO OJEDA
    de Arroyo del Ojanco

    “Los que te conocimos, nos quedamos con la vitalidad que irradiabas”
    Ahora te estamos recordando con uno de tus pasatiempos favoritos, los chascarrillos. Tecleamos en el Facebook, “Los chascarrillos de Cándido” y nos sale tu foto, esa persona elegante, llena de vida, que nos dejó prematuramente hace seis años con tan solo sesenta y cuatro.
    Los que tuvimos la suerte de conocerte nos quedamos de ti la vitalidad que irradiabas, esas ganas de vivir y esas ganas de disfrutar de todo aquello que te rodeaba, tu esposa, Lola, esa gran mujer que te acompañó hasta tu último aliento y de la que cuidaste como nadie en sus momentos más difíciles, una mujer que te lo dio todo, compañía, amistad, algún consejo que otro y lo mejor de todo, tus dos hijos. Juan Carlos, ese chico singular que siempre pretendías que aprendiera deprisa los quehaceres de la vida, te acompañó a muy temprana edad al campo y le enseñaste todo lo que un chico de su edad necesitaba saber. Los consejos que un día te dieron tus padres quisiste transmitirlos a tu progenitor, en definitiva, te fuiste al otro mundo sabiendo que ese chico travieso del que siempre esperabas que siguiera tus pasos está por la senda correcta, la dedicación al campo es su cometido y mantiene los olivos de la misma manera como si tú estuvieses a su lado.
    Tu hija Montse, tu niña, esa hija de la que siempre estabas orgulloso, me gustaría que la vieses por un agujerito. Ahora regenta una pescadería, quién te lo iba a decir, esa chica revoltosa, más de campo que las amapolas, ahora vende pescado y de qué manera, Cándido, qué gozo te haría verla detrás del mostrador diciendo: “¡Vaya sepias que tengo hoy, menudos boquerones, qué sardinas, tengo el mejor emperador de Vila Real!”. Y más cosas que te harían llorar de alegría solo con escucharla.
    No veas cómo han crecido tus tres nietos. Todos te echan mucho de menos, pero Miquel se acuerda mucho de ti y a veces llora cuando te recuerda, y fíjate lo pequeño que era cuando te fuiste. Imagina lo que hubiese sido poder disfrutar de ti ahora, en la mejor edad para él y la mejor para ti, poderle enseñar todo cuanto sabías, llevarle al campo a enseñarle las lindes de las olivas y, por el camino, contarle alguno de tus chascarrillos, chascarrillos que de vez en cuando le oyes decir, cuando la ocasión lo requiere.
    Como te he contado, Cándido, ahora te recordamos todos con tus chascarrillos. No entenderías seguramente que la gente se mete en internet y los lee; lo pueden hacer desde cualquier lugar del mundo, cada vez que alguien se mete en tu página, y les gusta el chascarrillo, nos llega un mensaje como que le ha gustado. No sé si esta es la mejor forma de recordarte, seguramente no, pero te aseguro que para mí es un honor poder ofrecer a todos los que tienen a bien leer Los chascarrillos de Cándido, que disfruten de esos momentos en los que te explayabas con la gente de una forma chistosa y que podía, o no, gustar pero que ahora nos sirve para entender que la vida está llena de gente singular, y que tú eras de los que no pasaban desapercibidos. Por eso te quiero decir que muchas gracias, Cándido, por todo lo que nos enseñaste y aportaste.
    Por Joaquín Castillo

    José Bermúdez Cortés de Martos
    “Pepe, para el Martos CD siempre serás eterno”

    El pasado martes fallecía uno de los mejores jugadores de fútbol que ha tenido Martos y la provincia de Jaén, José Bermúdez Cortés, más conocido por su nombre futbolístico, Pepe Bermúdez, un jugador que lo dio todo por el equipo de sus amores, el Martos CD, donde comenzó a jugar jovencito, allá por el año 1978, hasta que colgó las botas en la temporada 94-95. Y que lo vio crecer como jugador, temporada tras temporada, logrando muchos éxitos con el conjunto de la ciudad de La Peña, éxitos como el campeonato de Liga del grupo noveno de la Tercera División en la temporada 84-85, o los partidos de las eliminatoria de la Copa del Rey ante el los equipos de Primera División que visitaron Martos, como el Real Betis Balompié, o el Real Valladolid, donde a todos los aficionados se nos quedará grabado para siempre cómo Pepe Bermúdez era capaz de romper a cualquier defensa y, en este caso, a todo un internacional que venía de jugar con Honduras el Mundial de España, Gilberto. Por eso se le conocía cariñosamente como “el ratón del área” o los partidos de eliminatorias de ascenso en un abarrotado Estadio Chamorro Martínez, con el Lloret del Mar, que casi da el ascenso a la Segunda División B al Martos CD. ¿Y quién no recuerda esas jugadas que casi siempre finalizaban en gol con su inseparable socio en la delantera, el también marteño Pepe Cuesta? ¿Y aquel equipo que tantas alegrías dio a la afición marteña con jugadores como Palomino, Montijano, Amezcua, Cardoso, Lastre, Ruiz, Barranco, Paco Delgado —hoy alcalde de Martos— o José Bonilla —también presidente hoy en día de la entidad marteña— y otros muy buenos jugadores que venían de Córdoba y que compartieron vestuario con él?
    Y Pepe Bermúdez no era conocido solo en Martos y en la provincia, sino que puedo contar a modo de anécdota, que estando en Torremolinos (Málaga) de vacaciones, me subí a un taxi y el taxista, al enterarse que era de Martos, me preguntó por el delantero alto que metía goles de cabeza, Pepe Cuesta, y el extremo bajito que siempre la liaba con sus regates, Pepe Bermúdez.
    No solo Pepe Bermúdez será recordado como buen jugador, sino también como entrenador, que también logró éxitos al frente del Martos CD, ascendiéndolo en los peores momentos de la entidad marteña, de Regional Preferente a Andaluza, y de Andaluza hasta Tercera División, y trabajando en la cantera marteña con los juveniles que formaron parte de sus éxitos. Terminó como entrenador, antes de caer enfermo, en el Atlético Marteño.
    Se nos ha ido un gran jugador y entrenador y una gran persona dentro y fuera de los terrenos de juego.
    Pepe Bermúdez siempre estará con nosotros, y como reza en un cartel que se ha difundido por los aficionados al conjunto marteño en las redes sociales, como homenaje a este gran jugador: “Pepe Bermúdez, para el Martos CD siempre serás eterno. Descanse en Paz”.

    Por Paco Mena